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Peligra servicio de agua de 35 millones de personas, advierten expertos y ecologistas

■ Alertan que 147 mil hectáreas de bosque están en riesgo por la construcción de carretera

■ De perderse cobertura forestal se requerirán 100 millones de dólares al año para brindar suministro

Fuente: La Jornada
23 de julio de 2008
Por Laura Poy Solano

Especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y ambientalistas de Greenpeace alertaron sobre el riesgo de destrucción del Gran Bosque de Agua (GBA), una de las mayores zonas boscosas del país, que tiene una extensión superior a 147 mil hectáreas, de las cuales 75 por ciento aún cuenta con cobertura forestal considerable, ante la probable construcción de la autopista Lerma-Tres Marías y el libramiento carretero norponiente de Cuernavaca, Morelos.

Ubicado entre los estados de México, Morelos y Distrito Federal, se estima que el GBA abastece de agua a cerca de 35 millones de habitantes, pues se localiza en una zona de recarga, por lo que “proporciona 100 por ciento del líquido que se consume en Cuernavaca y 25 por ciento de la ciudad de México”, alertaron expertos de la UAM-Xochimilco.

Al presentar el estudio Zonificación para la conservación de los bosques del sur de la cuenca de México, norte de la cuenca del Balsas y sur oriente de la cuenca del Lerma elaborado en colaboración con investigadores de la UAM-Xochimilco y Greenpeace, Diego Reygadas, adscrito a Laboratorios de Bioconservación de la Fauna Silvestre de esa casa de estudios, afirmó que el objetivo del análisis fue “elaborar una primera herramienta que nos permita tener un acercamiento a zonas al GBA, por lo que se crearon cinco categorías, que van de áreas de conservación y agroecológicas a aquellas que por su destrucción ya están muy degradadas”.

Destacó que en dicho bosque hay diversas especies de flora y fauna, que representan 2 por ciento de la biodiversidad del planeta, por lo que “incluso es considerada zona estratégica no sólo para la recarga del acuífero”. Sin embargo, alertó que, a pesar de su enorme valor como ecosistema y por los servicios ambientales que proporciona, se ve en riesgo ante la inminente construcción de dos vías carreteras que atravesarán la zona.

Reygadas afirmó que, de perderse la cobertura forestal y con ello la capacidad de recarga del acuífero, se requerirían unos 125 millones de dólares anuales para garantizar el abasto de agua a la ciudad de México. “Hoy la obtenemos gracias al bosque, pero si abrimos más carreteras avanzará la mancha urbana y se facilitará la tala ilegal. Además, una incalculable pérdida de la biodiversidad.”