Perú: "El agua es primero, la mina, después"

Perú: “El agua es primero, la mina, después”

16 febrero 2012

16 de febrero de 2012

Por Mario Camoirano

Febrero es mes de lluvias y carnavales y también de “marchas por el agua” que en realidad son marchas contra la inversión y el progreso. Desde la suspensión del proyecto Conga poco se ha hecho para difundir los verdaderos alcances de éste y desmentir a sus detractores. Para despejar esas dudas entrevistamos al gerente de responsabilidad social de ese proyecto, Darío Zegarra.

Correo: ¿Las constantes postergaciones del gobierno respecto al peritaje del EIA afectan al proyecto?
Darío Zegarra: Nosotros llegamos al peritaje luego de la suspensión, un escenario no previsto originalmente por la empresa. Yanacocha está convencida de la fortaleza del EIA. Son quince años de estudios y de discusión con autoridades y comunidades que lo fueron enriqueciendo. Lo que sí preocupa es la falta de voluntad de concertar sobre la base de información técnica y científica por parte de ciertos actores, lo que a su vez determina que el interés es político antes que ambiental.

Pero cada día que pasa juega en contra de Conga.
Es una gran complicación sin duda, pero no sólo para nosotros sino para toda la dinámica económica que ya se venía generando. Hasta setiembre de 2011, firmamos contratos con 50 empresas locales por US$70 millones que ya se habían endeudado para adquirir maquinaria. Ya teníamos a 3,000 pobladores de caseríos locales capacitados para entrar a trabajar al proyecto. Incluso iniciativas inmobiliarias en Cajamarca se han debido postergar. Eso también debería ponerse en la balanza cuando se habla de paralizar Conga.

El EIA de Conga recibió un grave golpe mediático con la publicación del informe no oficial del Ministerio del Ambiente.
Lo que nos queda claro es que quienes prepararon ese informe, que en ninguna parte dice que el proyecto sea inviable, no tuvieron toda la información que da sustento al EIA.

El punto es que a partir de ese informe ha quedado sentada la impresión que se desaparecen dos lagunas naturales de manera innecesaria además de afectar toda la cuenca aguas abajo.
Hay que darle su verdadera dimensión al tema de la cabecera de cuenca. En primer lugar, no es el único punto de origen de las aguas de una cuenca. Conforme se recorre una quebrada se van incorporando aguas de otras quebradas hasta desembocar en un río. El hecho que el uso de las tierras de una de las quebradas pase de agrícola y ganadero a minero no implica que se perjudique todo el sistema. En una quebrada la cantidad de agua depende de la cantidad de lluvia. Al hacer minería en la parte alta sólo afectamos dos mil hectáreas de un total de 50,000. El nivel de afectación es proporcional a la intervención. El planteamiento en Conga, a pesar de la eliminación de cuatro lagunas, minimiza la afectación a las fuentes de la quebrada, pero además, con la construcción de tres reservorios exclusivos para el campo, el agua de lluvia seguirá contribuyendo al río durante la temporada seca. En la práctica, vamos a tener disponible más de ocho veces la cantidad de agua actual durante el estiaje.

¿Y la afectación (contaminación) a las redes subterráneas?
El comportamiento del sistema hidrogeológico en la zona de Conga está bastante localizado. El porcentaje de infiltración del agua de lluvias es de 5%. El resto o se evapora (40%) o recorre la quebrada hasta llegar al río (55%). Por eso la gran oportunidad está en almacenar ese flujo superficial. El stress hídrico no es una condición real. No falta agua, falta gestionarla. Pero cuando le vendes a los lugareños la idea que les va a faltar agua es natural el temor y el rechazo a cualquier negociación. El compromiso de este proyecto es que el agua es primero y la minería después, pero el hecho es que el agua abunda para cualquier uso que le querramos dar. No hay ningún fundamento técnico para sostener que le va a faltar agua a Celendín o Cajamarca porque, para comenzar, el sistema de la zona no alimenta a esas ciudades. Cuando caminas la cuenca te das cuenta que hay seis meses de abundancia y seis de carencia; por eso lo primero que nos pidieron las comunidades fue capacidad de embalse, y por eso nuestro compromiso fue construir los reservorios antes de comenzar a explotar la mina. Pero el tema no termina allí, también se requiere capacidad de canalización, tecnificación en el riego. Hoy día el 90% de la actividad agrícola en la zona es por secano (sólo por lluvia) y ello termina por degradar la tierra de las laderas, empobreciéndolas. Todo eso lo contempla el proyecto. Y ya hemos avanzado consiguiendo aumentos de productividad lechera para los ganaderos de la zona.

¿Y el tratamiento de los humedales (bofedales)?
Actualmente los humedales son utilizados para actividades ganaderas durante la temporada seca y es el sobrepastoreo el que los pone en peligro. En el EIA planteamos que los bofedales directamente impactados por la infraestructura de la mina se recuperarán al momento del cierre creando un humedal en la zona de relaves. Y respecto al impacto por el servicio ambiental que brindan como fuente de alimento de ganado se implementarán programas de cultivo de pastos mejorados, además de ayudar al mejoramiento genético de las razas locales. La población de la zona tiene una expectativa de mejorar su vida a través de la ganadería y agricultura, entonces, el reto es lograr que esas actividades no sean de subsistencia. Hoy sus vacas dan 5 litros de leche al día cuando en el valle de Cajamarca llegan a 20 litros. El balance ambiental va a ser positivo para la comunidad local.

¿Si Yanacocha hace tan bien las cosas porque en veinte años Cajamarca no ha progresado?
En las cuencas donde venimos trabajado hay 96 km. de canales revestidos, más de 2,000 hectáreas bajo riego, casi 100% de cobertura eléctrica y más de 90% de acceso a agua potable. Si subes a lo largo de la cuenca del Porcón puedes ver la dinámica que se ha generado. Lamentablemente, la única forma de impactar positivamente en el resto del departamento es mediante la gestión de las autoridades regionales y locales. Todos los actores deben cumplir su rol para que los beneficios lleguen a la población.