La marcha inició en punto de las 10 de la mañana y los organizadores dividieron la protesta en cinco contingentes, que partieron de diversos puntos del municipio de Puebla como Ciudad Universitaria, el Paseo Bravo, el parque Juárez y los mercados Zapata e Hidalgo, luego se concentraron en el zócalo de la ciudad. Ahí, los representantes de los sectores estudiantil, campesino, popular, magisterial y organizaciones civiles se encaminaron hacia Casa Aguayo, sede del Poder Ejecutivo estatal, donde realizaron un mitin que culminó antes de las 3 de la tarde.

“¡Zapata vive, la lucha sigue!”, “¡Calderón, entiende, Pemex no se vende!”, y “¡Góber precioso, corrupto y asqueroso!”, fueron algunas de las consignas que endilgaron los integrantes del Movimiento de Pueblos Cholultecas en Defensa del Agua y la Tierra; la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; Coordinadora Estudiantil de la Universidad Autónoma de Puebla contra el Alza al Transporte Público, comerciantes de la Central de Abastos y otras agrupaciones. Una comisión de los grupos entró a dialogar con representantes del gobierno de Mario Marín, quienes se comprometieron a revisar y analizar cada una de las peticiones.

Los organizadores criticaron que los sindicatos de Telefonistas, del Instituto Mexicano del Seguro Social y de Electricistas hayan decidido no acompañarlos ayer, a pesar de que habían comprometido su participación semanas antes; los sindicatos, señalaron, preparan su propia manifestación para el 1 de mayo. Por esa razón la marcha no tuvo a los 10 mil manifestantes que se habían anunciado originalmente.

Entre consignas y nieves de limón

Luego de cinco horas, durante las cuales la capital padeció un caos vial en las avenidas más importantes aledañas al primer cuadro de la ciudad, los participantes se fueron reduciendo considerablemente, agobiados por el intenso calor; de los miles que eran en un principio, terminaron poco más de 300 frente a Casa Aguayo.

Quizás quienes sacaron la mejor parte de la marcha fueron los comerciantes ambulantes, principalmente los vendedores de nieves de limón y mango, quienes rápidamente agotaron sus botes de producto. “Nada más falta que un día Calderón nos quiera privatizar las nieves, a eso estamos llegando con este gobierno”, dijo en tono de mofa uno de ellos.

Uno de los dirigentes del Movimiento de Pueblos Cholultecas, Maurilio Galeote Mixcóatl, afirmó que la marcha cumplió su objetivo, al demostrarle al gobierno del estado que los campesinos no están solos en su lucha y en sus demandas. Afirmó que cuando hay organización y determinación para defender los recursos naturales de los pueblos de la región de Cholula hay buenos resultados, y puso como ejemplo el caso de San Francisco Ocotlán, pueblo que rechazó la perforación de seis pozos para la extracción de agua el año pasado.

En ese sentido, dijo que se le exigió al gobierno del estado que intervenga para detener la especulación inmobiliaria en San Andrés Cholula; recordó que el cabildo de este municipio recientemente detuvo una iniciativa del ex edil Omar Coyópol para cambiar el uso de suelo a 300 hectáreas de tierras agrícolas, las cuales serían destinadas a nuevos fraccionamientos residenciales. Desde hace semanas se le propuso a la administración estatal la creación de una reserva agrícola en San Andrés, pero a la fecha no hay una respuesta a esta petición, indicó.

“Juan C. Bonilla se está secando”

Por otro lado, más de 300 campesinos del municipio de Juan C. Bonilla exigieron a la administración estatal detener el proyecto de desarrollo urbano municipal. “No vemos ninguna respuesta por parte del gobierno, el actual ayuntamiento continúa autorizando los cambios de uso de suelo; el municipio se está secando”, afirmó Gustavo Sandoval Chávez, representante de los ejidatarios de esa demarcación.

Dijo que en Juan C. Bonilla ya se crearon dos organizaciones que defenderán el agua y las 500 hectáreas de tierra cultivable de ese lugar; el objetivo es que se detenga la urbanización de este pueblo campesino “antes de que suceda lo mismo que en San Andrés Cholula, donde ya se acabaron las reservas ecológicas. Por eso estamos en esta marcha”.

No al alza al transporte público

“Las demandas de los estudiantes universitarios no son distintas de los demás sectores sociales, por eso estamos aquí”, afirmó Frida Damián, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAP, que encabezó a un grupo de 500 alumnos que expresaron su repudio al alza del transporte público. Subrayó que no sólo los inscritos en la UAP padecen en su economía el aumento de un peso por viaje en camiones y microbuses de la capital, sino también el resto de la población estudiantil.

Damián señaló que a pesar de que el Sistema de Transporte Universitario de la UAP es una ayuda, resulta insuficiente para quienes viven en las orillas de la ciudad de Puebla y en municipios conurbados; además, los horarios de los camiones universitarios no son uniformes.

“¿Por qué no hay estudiantes de la Sierra Norte aquí? Muchos de ellos dejan de estudiar por falta de dinero; es más, ¿cuántos de ellos no presentan el examen de admisión a la UAP porque ni siquiera les alcanza para pagarlo? En la UAP las cuotas extraordinarias son altísimas y aparte nos suben el pasaje. La escuela de Medicina, por ejemplo, no es para cualquiera porque los materiales y las cuotas ahí son muy altas”, aseguró.

Agregó que si bien la sociedad poblana es “muy apática” para participar en manifestaciones sociales, los estudiantes lo son más. “Pero en las últimas marchas los estudiantes hemos demostrado que esto es valioso. Las marchas no lo solucionan, pero es un medio para expresarnos, que se oiga nuestra voz alternativa y se escuchen nuestras demandas”.