Punta Diamante, asentamiento irregular de lujo, en decadencia

14 diciembre 2007

Acapulco, Guerrero (13 de diciembre de 2007).- Los habitantes de esta zona de la ciudad carecen de agua potable y drenaje. Las aguas negras se vierten al mar o a las lagunas de Tres Palos y de Puerto Marqués. Año con año las lluvias inundan viviendas y negocios y a veces interrumpen el tránsito vehicular.

No se trata de las colonias marginadas Renacimiento o San Agustín, ni de otra área pobre del municipio, sino de la exclusiva zona Acapulco Diamante, proyectada por el finado ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu como el nuevo polo turístico, el más exclusivo del puerto.

Hoy Punta Diamante enfrenta conflictos sociales derivados de la tenencia de la tierra y un desorden total en la prestación de servicios públicos.

“Se trata –dice el diputado local priísta Fermín Gerardo Alvarado Arroyo– de un gran asentamiento irregular para ricos y está empezando a hacer crisis”.

Según Roberto Desentis León, presidente de la Cámara Nacional de Promoción y Desarrollo de la Vivienda, aún falta crear mucha infraestructura.

El Bulevar de las Naciones, que lleva a esa zona, ha generado conflictos entre los gobiernos estatal, que encabeza Zeferino Torreblanca Galindo, y el municipal, a cargo del alcalde Félix Salgado Macedonio, ambos perredistas. La obra carece de sistema de drenaje, lo que cada año provoca inundaciones.

En 1998, después del paso del huracán Paulina, esta vía se anegó desde la glorieta de Puerto Marqués hasta la entrada a la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, y está casi destruida desde ese punto hasta el ejido La Zanja.

El caos abarca desde el cerro Punta Diamante, a un lado de Puerto Marqués, hasta el desarrollo Tres Vidas, por el rumbo de Barra Vieja –hasta donde se ha extendido la actividad turística– y por el norte hasta la zona de Llano Largo y la laguna de Tres Palos.

Durante un recorrido por el bulevar Las Palmas –donde se ubican los exclusivos desarrollos Mayan Resorts, Pierre Marqués y Las Palmas, entre otros, y donde tienen propiedades el cantante Luis Miguel, el ex senador panista Diego Fernández de Cevallos y el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León– se comprobó que el servicio de agua potable no lo proporciona el organismo operador del municipio, sino que se extrae el líquido de pozos artesianos.

Hace tres años, la inmobiliaria que promovía el conjunto Campestre de la Laguna (uno de los que quedaron parcialmente inutilizados por la tormenta Henriette) afirmaba en su publicidad que el abasto no estaría a cargo de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (Capama), sino mediante pozos artesianos autorizados por la Comisión Nacional del Agua.

Lo mismo ocurre en el Bulevar de las Naciones, donde la mayoría de las viviendas carece de medidor de Capama, aunque algunas sí tienen tubería. En la unidad Luis Donaldo Colosio las viviendas tienen conexión de agua entubada, pero carecen de medidores, al igual que los nuevos conjuntos.

“No sé cómo se hicieron esas residencias –comenta Martín Cruz Bello, presidente del comisariado del ejido El Podrido, colindante con el desarrollo Tres Vidas–; no sé adónde llevan las aguas negras las desarrolladoras. ¿Tienen alguna planta tratadora? Yo creo que deben ver bien cómo desarrollar la zona y pensar en construir plantas tratadoras, que es la única solución para el drenaje. Si van a construir un hotel o condominios, tienen que ver cómo van a traer el agua, cómo van a sacar sus desechos, y tienen que hacerlo los desarrolladores, porque los pobladores no van a ser los dueños de los hoteles, tampoco el municipio”.

En la zona sólo hay dos plantas tratadoras de aguas negras, ninguna de las cuales opera con eficiencia. Una está en Puerto Marqués y la otra en el bulevar que va al Cayaco, en la colonia Miramar. Según un informe que la Capama entregó al Congreso en agosto pasado, cada segundo se vierten 500 litros de aguas residuales al río La Sabana, a la Laguna Negra y a la de Tres Palos, pues la planta de Miramar sólo puede tratar 25 litros por segundo.

El diputado priísta Alvarado Arroyo alerta: “El agua de los pozos no es potable. Es una irresponsabilidad que al día de hoy no hayan podido ponerse de acuerdo las autoridades (estatales y municipales) y que por sus disputas tengan esa zona y el resto de Acapulco con problemas de agua, o más bien sin agua, porque la sacan de pozos, y sin alcantarillado e infraestructura para el tratamiento de aguas, que son fundamentales para cualquier proyecto de desarrollo habitacional y turístico”, expresó.

En Llano Largo, “de manera irresponsable se autorizó el cambio de uso de suelo, de agrícola y ecológico, a desarrollo inmobiliario, a través del plan urbano, que indebidamente fue contratado, a decir de los propios grupos de ingenieros y arquitectos, con una empresa en la que tiene vínculos el secretario de Desarrollo Urbano, Guillermo Torres Madrid (titular del mismo ramo en el municipio en el trienio 1999-2003), cuando el alcalde era (el hoy gobernador) Zeferino Torreblanca Galindo”.

Alvarado Arroyo instó al cabildo porteño a aprobar de inmediato el programa de ordenamiento ecológico (POE) y el plan parcial de desarrollo para Punta Diamante, a fin de ordenar el desarrollo de la zona.

Recordó que el POE se elaboró después del huracán Paulina. El Congreso autorizó un millón de pesos para su actualización. “Esperemos que el cabildo termine de liberar el recurso y que a más tardar en diciembre pueda terminarlo”, añadió.

Precisó que el Congreso pidió al Centro Nacional de Prevención de Desastres Naturales un dictamen para determinar qué obras de infraestructura hidráulica se requieren en la zona de Llano Largo.

Por: La Jornada Acapulco

Sitio web: http://www.jornada.unam.mx/2007/12/14/index.php?section=estados&article=036n1est