Un exceso de sedimento rodea la laguna de Bacalar, llamando la atención de activistas y ambientalistas; aseguran que “algo está mal” en el funcionamiento natural del ecosistema del cuerpo de agua, que desde mediados de 2020 ha perdido sus colores característicos y a la fecha no ha podido recuperarlos, además de que registran una ausencia de caracol chivita tras la muerte masiva de esta especie ocurrida en agosto pasado.
Este fenómeno, creen, puede ser producto de la actividad agrícola y el uso de agroquímicos; el cambio de coloración ha dejado de ser normal, como lo han acotado algunos empresarios, señalaron. Leer más.