El investigador del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), uno de los cuatro expertos que participaron en la excavación, dijo que el éxito de un pozo con agua explotable a dos mil metros de profundidad en esa delegación es relevante.

Insistió que por este motivo se requiere mayor información para conocer las propiedades hidráulicas del acuífero, su extensión y relación con las formaciones geológicas que lo rodean, así como la cantidad y ubicación de sus zonas de recarga.

Morales Casique explicó que una vez que se cuente con estos datos será posible evaluar si la explotación intensa causaría efectos en el acuífero superior, el cual está en explotación (de cero a 400 metros de profundidad aproximada).

Además de determinar que estos efectos son significativos, saber en qué lapso ocurrirían, lo que permitiría planear un uso sustentable, añadió en un comunicado el investigador de la UNAM.

A su vez, Óscar Escolero Fuentes, quien también participó en la excavación que comenzó en junio de 2011, indicó que existe un convenio firmado entre el Instituto de Geología y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México para ese proyecto que acaba de concluir.

“Estamos en pláticas para reanudar este año el acuerdo y avanzar en las investigaciones con una nueva exploración”, comentó Escolero Fuentes.

01 de febrero de 2013
Fuente: Rotativo