Río Atoyac: provoca cáncer en pobladores de Tlaxcala y Puebla

12 octubre 2010

12 de cotubre de 2010
Fuente: Pueblaonline

Foto: Especial

 

Las descargas residuales de sustancias tóxicas en el Río Atoyac ya mataron a la fauna y ahora enferman a la población de cáncer.

La presencia de desechos industriales en las aguas ha provocado una alta incidencia de cáncer en comunidades de Tlaxcala y Puebla aledañas al río, concluye un estudio realizado por expertos de la UNAM, la UAM y del Instituto Nacional de Pediatría y publicado en la edición de septiembre de la revista Mutagénesis de la Universidad de Oxford, Inglaterra.

Regina Montero, investigadora del departamento de Toxicología Ambiental y Medicina Genómica de la UNAM y encargada de coordinar el estudio, asegura que hay una relación directa entre los tóxicos encontrados en el río y las enfermedades. “Se debe reconocer la responsabilidad de las industrias localizadas en el Corredor Industrial Quetzalcóatl, ya que a través de sus descargas se genera la contaminación de los ríos (principalmente) el Atoyac, lo que tiene una relación directa con el aumento en las enfermedades”, sostuvo.
Montero detalló que en donde hay lo que llaman “catástrofes ambientales” se corre el riesgo de que se esté replicando la situación detectada en Tlaxcala, tal es el caso del río Coatzacoalcos en Veracruz en donde hay plantas petroquímicas y productoras de metales.

“Es una zona muy contaminada que se está estudiando debido a los grandes problemas de salud detectados”, aseguró.

“Desgraciadamente ni la Secretaría de Salud lo reconoce porque sabemos poco de toxicología y por eso no se le da importancia, pero en el País se requieren estudios toxicológicos coordinados con riesgos a la salud, pero ya, urgente”, demandó.

Como otra catástrofe ecológica, explica, está catalogada la región de El Salto, Jalisco.

“Se instalaron industrias y poco a poco comenzaron a contaminar y entonces inició todo el movimiento de la gente que vive ahí para restringir a las industrias y exigirles que cumplan con la protección del ambiente”, dijo.

La investigadora añadió que en donde están ubicadas alguna plantas petroquímica o refinería habrá un problema ambiental como en Coatzacoalcos, Tabasco o Salamanca con las consecuentes afectaciones a la salud.

De acuerdo con una investigación encabezada por Montero, habitantes de al menos siete localidades asentadas a lo largo del Río Atoyac entre los estados de Puebla y Tlaxcala, presentan modificaciones celulares, que potencializan la presencia de enfermedades como asma, leucemia y cáncer.

Esto lo atribuyen a la exposición permanente de sustancias tóxicas que industrias vierten en el río y que por sus características químicas permanecen en el aire por largo tiempo.

Víctor Dávila, biólogo e investigador del Laboratorio de Toxicología del Instituto Nacional de Pediatría, explicó que las personas que viven en los márgenes del río están directamente expuestas a olores y vapores de esas corrientes.

“Estos compuestos son volatilizables, eso quiere decir que a temperatura ambiente se evaporan. Por su constitución química, son moléculas que pueden combinarse fácilmente y permanecer en el ambiente por mucho tiempo”, explicó.

Además, las sustancias también pueden llegar al acuífero, porque el río abastece pozos de agua.

Dávila detalló que encontraron modificación genética del ADN de al menos nueve formas diferentes en 71 por ciento de las 126 personas analizadas, lo que provoca el desarrollo de cáncer.

“La integridad y función de las células están en el ADN, ahí está la información para que la célula funcione adecuadamente. Los agentes químicos por los contaminantes ambientales alteran y modifican esa información y ello es lo que conocemos como mutaciones.

“Cuando eso pasa, la célula trata de reparar esas mutaciones, pero llega un punto en que (…) la célula ya no puede repararlas y pierde el control. Cuando eso sucede se generan células igual de descontroladas y esas células son cancerosas”, explicó Dávila.

Para los investigadores, es urgente la adopción de medidas preventivas para frenar la incidencia de cáncer en la zona.

Según la Asociación Mexicana de Niños con Cáncer, en 2008 se detectaron en Tlaxcala 17 niños con este padecimiento, mientras que de enero a agosto de este año han sido 120 los menores enfermos,en su mayoría, originarios de la región Nativitas y Villa Alta, por donde cruza el río Atoyac.

El Río Atoyac, donde apenas hace 20 años las familias iban a pescar, ahora se ha convertido en un foco de contaminación que a pesar de las denuncias, continúan sin sanear.

Pese a que la principal fuente de contaminación del río son las descargas industriales, el proyecto de saneamiento de la cuenca no contempla la regulación de éstas, acusó Alejandra Méndez, dirigente del Centro Fray Julián Garcés de Derechos Humanos.

Méndez expuso que además, aunque se ha denunciado la situación, la contaminación del lugar continúa debido a que se han instalado sólo cinco de las 115 plantas de tratamiento planteadas en el plan de saneamiento del Río.

“Estamos en medio del corredor Industrial Quetzalcóatl, rodeados de textileras, metalúrgicas, metal-mecánicas que al combinar sus descargas en el Río, generan sustancias muy contaminantes”, denunció.

El río Atoyac, que cruza por las cinco comunidades tlaxcaltecas y dos poblanas contempladas en el estudio, se incluye entre los 34 afluentes que la Comisión Nacional del Agua clasificó como “fuertemente contaminados”.

En el lado poblano, en San Martín Texmelucan, la refinería de Pemex y empresas del corredor industrial Quetzalcóatl, que incluye textileras, metalúrgicas, industrias metal-mecánicas, descargan en el río aguas residuales.

Tlaxcala contribuye a la contaminación de este río con las descargas, sin previo tratamiento, de las lavanderías de mezclilla.

‘Casi nunca se enfermaba’

“Quiero un mundo de caramelo donde todo sepa mejor”, entona Cristina de ocho años a su mamá, Irma Méndez, recuerda que la niña casi nunca se enfermaba, pero comenzó con un cansancio inusual.

“Empezó con vómitos y bronquitis, tenía una tos como de ancianito que no se le quitaba”, recuerda.

En un hospital de Puebla le diagnosticaron leucemia linfoblástica.

“Preguntamos por qué se enfermó, pero los doctores nos preguntaban si era genético o si la habíamos expuesto a algunas sustancias”, relata Irma, quien vive a 800 metros del Río Atoyac.

Su esposo se fue a EU para cubrir los mil 500 pesos semanales que les cuesta la atención de la niña en Veracruz.

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