ISMAEL RIVERA
FOTOS: ROMAN CARLOS VELASCO

Derivado de la indiferencia de las autoridades capitalinas –desde hace casi cuatro décadas– y la explosión demográfica, los cauces de ríos y arroyos que cruzan y rodean la ciudad de Oaxaca se han convertido en un peligro latente, coincidieron Manuel Maza Sánchez y Luis Zárate Carballido, director estatal de Bomberos y jefe de Logística y Planeación de la Unidad Estatal de Protección Civil, respectivamente.

La reducción de los caudales, el cambio climático que viene repercutiendo con la intensificación de las lluvias en el reciente temporal, la acumulación de basura que abandonan los capitalinos en las orillas de los ríos y la mínima limpieza de estos, las principales causas de que los caudales como el del Atoyac, Chiquito, Salado, San Felipe, Tecolote y Donají, sean un foco rojo que en cualquier momento puedan detonar la calamidad.

 

Identificando también que las colonias Guadalupe Victoria, Popular Victoria, Elsa, Los Cedros, Tulipanes, Hoteleros, Bugambilias, Sauces, Ex Hacienda, Santa Rosa Panzacola, 2da. Sección y Educación, mismas que se encuentran en la demarcación de San Jacinto Amilpas, y que están por debajo del nivel del río Atoyac, son los asentamientos de más alto riesgo ante una eventualidad.

Asimismo, las colonias Ricardo Pérez Hernández, San Juan Chapultepec y Vicente Suárez del municipio de Oaxaca de Juárez, y los fraccionamientos Santa Elena e Indeco Xoxo, pertenecientes a Santa Cruz Xoxocotlán, son lugares de mucho riesgo ante un desbordamiento del río Atoyac.

Lo anterior, sin descartar que municipios como San Sebastián Tutla, Tlalixtac de Cabrera, Santa Lucía del Camino, San Jacinto Amilpas, Villa de Etla y Zaachila, podrían verse afectados por las crecientes de los ríos y arroyos.

 

En este sentido, Maza Sánchez reconoció que es evidente el riesgo sobre el desbordamiento del Atoyac, por lo que dijo que "lógicamente es algo latente y no solamente para la ciudad, ya que también hay algunas comunidades de Valles Centrales por las que atraviesa este río. De hecho hay asentamientos humanos en ambos costados de este y otros ríos, y esta situación representa que se dieran inundaciones y que pudiera haber afectaciones de los domicilios de las personas que habitan en esas zonas", precisó.

Y detalló: "Entiendo que hay un programa para que de alguna manera con anticipación, si es que los ríos estuvieran creciendo y pudieran salir de sus cauces, se pudiera hacer la evacuación pertinente hacia las áreas de seguridad que determine la Unidad Estatal de Protección Civil".

De igual forma, Maza añadió que de presentarse una contingencia por menor que ésta fuera, en el desbordamiento del río Atoyac principalmente, los trabajos de reorientación en el cauce del mismo representaría cuestión de días, y de tratarse de una tempestad climatológica, sería algo indeterminado.

Sin embargo, el director estatal del Heroico Cuerpo de Bomberos, aclaró que hasta este momento de parte de Protección Civil del Estado o cualquier otra dependencia, no se ha recibido ningún tipo de llamado para estar atentos en las crecientes de los ríos y arroyos que atraviesan y circulan la capital.

Ante ello, el jefe de Logística y Planeación de la Unidad Estatal de Protección Civil, Luis Ignacio Zárate Carballido, manifestó que la responsabilidad de emitir un dictamen sobre las condiciones en las que se encuentras los afluentes de ríos y arroyos, es la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

 

Asumiendo que existe un descuido grave en este sentido, Carballido agregó que la edificación de obras sociales como son canchas deportivas, la reducción de los muros de contención y bordos que rodean a los caudales, incrementa las posibilidades de una inundación en cualquier momento.

"Nosotros hacemos las observaciones y en todo caso pasamos un informe de los posibles riesgos", señaló, "pero nosotros no tenemos las facultades ni el personal especializado para poder emitir un dictamen en hidráulica, eso le corresponde directamente a la Comisión Nacional del Agua", recalcó.

Y recordó que durante el año de 1969, Oaxaca sufrió la mayor crecida del río Atoyac, fecha que quedará en la memoria de los grandes desastres naturales que se han presenciado en la entidad, "por ello es necesario un rescate del afluente del río Atoyac", propuso.