San Carlos sin agua

20 marzo 2013

Preparar esa guía fue una gran experiencia, las pruebas en campo resultaron excelentes. Como ejercicio educativo fue muy bueno; hoy en día aún se utiliza ese material.

El tópico central fue el agua, ¿cómo no serlo viviendo en un desierto donde además de indispensable es escasa? La secuencia de las actividades educativas van del entendimiento del papel del agua y los seres vivos que viven naturalmente en el desierto, hasta la problemática relacionada con las actividades humanas.

Se usaron diferentes técnicas para que los conceptos resultaran claros, se buscó la correlación con el programa escolar oficial; era y es, un buen manual.

Entre las técnicas usadas se eligió el debate para una actividad llamada La Crisis del Agua; en ella se forman grupos y a cada uno de ellos se les asigna un papel simulado. Hay agricultores, industriales, empresarios del ramo turístico, comerciantes, administradores, usuarios urbanos y otros que se enfrentan a una situación común en un lugar imaginario llamado San Carlos, donde como resultado de la sobreexplotación el caudal de agua que se usa en el lugar disminuye notablemente.

Todos ellos contaban con una cantidad de agua y se les pide que la redistribuyan en base a la escasez, el resultado siempre es el mismo, todos los sectores solicitan más agua de la que ya tenían. En resumen, ante la falta de agua, demandan más, en lugar de pensar en cuidar, racionar o ser más eficientes. “Si hay poca que sea para mí; si se acaba, que me la acabe yo”. Esa es la reacción poco inteligente y nada solidaria.

Lo que sucede en esa simulación donde participan normalmente niños y jóvenes es la misma que sucede en situaciones reales. En lugar de pensar en usar menos, analizar las causas, entender las consecuencias, solicitar la participación del gobierno para buscar los remedios de fondo para problemas acumulados —a veces añejos y muchas veces resultado de la impunidad y de la prepotencia–, de reflexionar en el real fondo del problema y buscar en ese fondo la solución, que a veces pudiera antojarse irreversible, pero que muchas veces es posible que sea remediada total o parcialmente; pero en tanto no se atienda, sólo se puede agravar.

En la actividad escolar, si los actores no llegan a un acuerdo de conservación del agua y el ambiente, la fábrica de aviones se muda a un lugar que le garantice que hay suficiente agua, las áreas agrícolas se reducen, los balnearios se secan, el comercio se acaba, eso sucede en ese lugar imaginario llamado San Carlos y que puede ser cualquier ciudad, villa o pequeña comunidad enclavada en el desierto.

Hoy la crisis del agua se manifiesta en muchos lugares, uno de los más dolorosos es Cuatro Ciénegas, pero mientras la pérdida del recurso agua es visible, todavía hay voces que desvían el desastre hacia otros temas mucho menos importantes y –la mayoría de las veces– sin fundamento legal ni de otro tipo.

Justifican la crisis culpando a la Profepa de no abrir un balneario que es una propiedad privada, ¿eso qué tiene que ver?, dicen que hace 60 años pasó lo mismo y que por lo tanto no es importante, esperemos que tenga razón y que en 2014 se recuperen como por arte de magia los humedales.

Dicen que es medio natural, porque se formó un nuevo depósito hace 30 años, cuando ese nuevo depósito ya aparece en las fotos de 1948 ¿de verdad creen eso?. En medio de este debate digno del mundo bizarro de las historietas de Supermán, mucho dudo que se pueda avanzar. San Carlos puede ser un buen ejemplo educativo, Cuatro Ciénegas una triste realidad.

 


20 de marzo de 2013
Fuente: El Diario de Coahuila
Nota de Eglantina Canales*

 

* Secretaria de Medio Ambiente del Gobierno de Coahuila

Artículos relacionados
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Sabes qué tipos de agroquímicos llegan hasta tu mesa y cómo te pueden afectar?  🌽 😨

Pon a prueba tus conocimientos y descubre datos sorprendentes sobre esta iniciativa.
🎯 ¡Juega y aprende!

 Ir a la trivia