Se hunde el suelo en varios Municipios mexiquenses

08 septiembre 2011

* La extracción de agua del subsuelo, la pérdida de áreas boscosas y la falta de planeación en el desarrollo urbano son las principales causas de este fenómeno que significa un gran riesgo de desastres para todos los seres vivos

08 de septiembre de 2011
Fuente: Milenio
Nota de Ana Salazar

Acerca de los hundimientos “Son el castigo natural por sobreexplotar los mantos acuíferos del subsuelo” Archivo

Los hundimientos del suelo en diversos municipios mexiquenses, de hasta 50 centímetros, son el castigo natural por la sobreexplotación de los mantos acuíferos del subsuelo del Valle de México. Pero la extracción no es todo el problema. La pérdida de aéreas boscosas y la falta de planeación en el desarrollo urbano han ocasionado el aumento de zonas de riesgo.

“El problema de hundimientos provoca la pérdida de capacidad de desagüe, debido al cambio en los niveles de inclinación del suelo. A esto se suma el incremento en la demanda de servicios como el de drenaje, consecuencia del crecimiento de la población, pues mientras en 1975 la Zona Metropolitana del Valle de México contaba con aproximadamente 10 millones de habitantes, actualmente la población es de 20.1 millones. Es decir, el doble, pero con 40 por ciento menos de capacidad de desalojo”, explica el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) José Luis Luege Tamargo.

El pozo
La emergencia ocasionada por las lluvias que golpean el municipio de Cuautitlán, patente en los poblados y colonias inundadas y embalses en riesgo de desbordar su capacidad, podría replicarse en los siguientes años en la región, advierte el Director de Agua Potable, Drenaje y Saneamiento de Conagua, Antonio Gutiérrez.

“Todos los habitantes que alberga la cuenca del Valle de México están en riesgo de perder su patrimonio o incluso la vida porque habitan en zonas de alto riesgo ante los desastres naturales. Vivimos en zonas de riesgo por su vocación lacustre. Enclavado en una zona natural diseñada para captar y almacenar agua de lluvia, este lugar, donde otrora hubo lagos, por la acción humana ha sido desecado”, advierte.

Y agrega: cada temporada de lluvias los habitantes de los municipios situados en el Valle de México libran una batalla con el agua. Cada vez más, los habitantes experimentan un miedo atroz al agua de lluvia”.
Para aliviar los efectos de desastres naturales es urgente la instrumentación de programas de captación de agua de lluvias, pues el líquido no se infiltra del todo al subsuelo y, por ende, la recarga del acuífero no se da de la misma forma que la explotación.
De acuerdo con ese estudio, el agua que se extrae es más que la que se filtra, debido a la pérdida de las áreas verdes y de conservación ecológica, que son zonas de recarga del acuífero.
Es necesario aprovechar el agua de lluvias que, de infiltrarse al subsuelo, revertiría la tendencia de dependencia actual que se padece en algunos municipios, al tener que recurrir a fuentes externas, explica Antonio Gutiérrez.
Cifras de Protección Civil del Estado de México indican que durante la temporada de lluvias del año 2009 y las lluvias inusuales invernales de 2010, fueron afectados más de 108 mil habitantes en 50 municipios, inundando una superficie de 77 kilómetros cuadrados, que significa casi lo doble de la zona anegada en el municipio de Cuautitlán México.

La indiferencia
Hay indiferencia de los gobiernos municipales para tomar medidas preventivas en la autorización de nuevos desarrollos habitacionales que impactan de manera negativa la infraestructura hidráulica, principalmente la relacionada con el desalojo de aguas, el saneamiento de aguas residuales y la captación de agua de lluvia.

Al problema de esta extracción de agua subterránea se suma la falta de planeación urbana con una indiscriminada autorización de nuevos desarrollos habitacionales así como la invasión de zonas de alto riesgo.
“Fraccionamientos residenciales y colonias populares ubicadas en municipios metropolitanos se construyeron en predios sobre antiguas minas de tepojal y arena o en laderas de pendientes excesivas, en terrenos sujetos a fallas tectónicas o sobre planicies de inundación o desecación, en el entorno de volcanes o en antiguos fondos lacustres con características de multiplicación de efectos sísmicos, sin más fundamento técnico para la validación del terreno que el de una sencilla mecánica de suelos”, denuncia Rufino Sánchez López, miembro del Colegio de Ingenieros y Geólogos de México.

Un informe de la Secretaría de Medio Ambiente indica que los acuíferos ubicados en los valles de Toluca y de México, sobre todo este último, presentan una sobreexplotación de hasta 175 por ciento, lo que significa una extracción de agua de 48 .72 metros cúbicos por segundo contra una recarga natural de 17.72, lo que ha generado hundimientos de diferentes rangos.
El acuífero de Texcoco, situado en la Cuenca del Valle de México, registra un índice de sobreexplotación superior a 850 por ciento y como consecuencia, algunos manantiales se han secado y se registran hundimientos de hasta 40 centímetros anuales en este valle, lo que afecta ya la infraestructura del desalojo de aguas negras y el de la conducción de agua potable.

Advierte la ONU que la intensa sobreexplotación se agrava aún más por “el hecho de que el suelo arcilloso de los valles de México y Lerma fomenta la escorrentía del agua de lluvia y reduce la recarga natural.
Ecatepec, ciudad sin ríos y ejemplo claro del alto riesgo que significa ser la única salida natural para el agua, no tiene un sistema de alcantarillado adecuado y sus mantos acuíferos son sobreexplotados debido a la demanda de la creciente población, lo cual genera un hundimiento constante del suelo.

En consecuencia, para 2002 el desfogue del Gran Canal del Desagüe tenía una capacidad de conducción inferior a 7 metros cúbicos por segundo, acrecentando el riesgo de inundación por aguas negras.

Además, en el Estado de México se pierden anualmente 3 mil 266 hectáreas de áreas boscosas, por lo que el panorama de extinción de especies es grave, debido a la gran deforestación y la contaminación de sistemas acuáticos, advierte un estudio elaborado por la UNESCO.