Sequía del Amazonas permite descubrir grabados en piedra de 5.000 años

19 noviembre 2010

19 de noviembre de 2010
Fuente: Pueblo en línea (Xinhua)

La caída del nivel de las aguas del río Amazonas a niveles históricos como consecuencia de la sequía que afectó este año a la Amazonía brasileña permitió descubrir una serie de grabados sobre piedras que estaban dentro del río y a los que se le calculan cerca de 5.000 años.

Los rostros esculpidos fueron descubiertos el 25 de octubre pasado por pescadores que pasaban por una región del Amazonas generalmente cubierta por las aguas y que quedó a la vista tras la bajada del río Negro a 13,63 metros de profundidad, su menor nivel desde 1902, informó hoy la agencia Folha On Line.

Se trata de una decena de grabados rupestres de rostros en bajo relevo que decoran piedras sumergidas ubicadas en la región en donde se juntan las aguas de los ríos Negro y Solimoes, los dos principales afluentes del Amazonas

El conjunto de rocas está en la margen izquierda del llamado Encuentro de las Aguas, en un área próxima a Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas y la mayor ciudad de toda la Amazonía.

Según arqueólogos y geólogos consultados por Folha On Line, los grabados pudieron haber sido realizados hace cerca de 5.000 años por poblaciones indígenas que habitaban la región.

“No sabemos el significado de esas máscaras, pero sospechamos que fueron hechas en una época en que no llovía tanto en la Amazonía”, afirmó el arqueólogo Eduardo Góes Neves, que investiga desde la década de 1990 las sociedades que habitaban la Amazonía.

El arqueólogo recordó que en 2001 descubrió en la misma región una urna funeraria con cerca de 1.200 años, hasta entonces el artefacto más antiguo encontrado en el área, y que hay un sitio de interés arqueológico próximo al llamado Encuentro de las Aguas de los ríos Negro y Solimoes.

Según Neves, la confirmación de que los grabados son aún más antiguos que la urna demostraría que había una ocupación permanente en la región.

El arqueólogo agregó que grabados similares de rostros han sido descubiertas en rocas sumergidas en las márgenes de los ríos Urubu y Trombetas, también la Amazonía, aunque con trazos diferentes.