Sigue crítica la situación de la sequía en La Habana

24 agosto 2010

24 de agosto de 2010
Fuente: Tribuna de La Habana
Nota de Irene Izquierdo

La situación con el suministro del agua en Ciudad de La Habana continúa tensa; no obstante, las frecuentes lluvias de julio y agosto, el descenso de los niveles afecta a diversas fuentes, por lo que la disponibilidad de agua se reduce y las roturas en redes, causa de fugas, contribuyen a bajar los niveles de entrega a la población.

Tales motivos hacen que sea preciso incrementar el suministro mediante carros cisterna, no solo del sistema de recursos hidráulicos, sino de otros organismos y entidades que prestan su apoyo para contribuir a mitigar la situación, motivada por sucesivos períodos secos intensos.

En julio el promedio de precipitaciones en el mes fue de 222 milímetros, y la media histórica para ese período es de 141,3, por lo que los volúmenes caídos representan el 157,6 por ciento. En lo que va de agosto el acumulado se comporta, aproximadamente al 50 por ciento de la media para ese lapso de tiempo.

Según informó Jorge Kalaf-Maluf, subdelegado de Desarrollo de Recursos Hidráulicos en Ciudad de La Habana, los niveles de la cuenca subterránea Almendares Vento están deprimidos y se mantienen por debajo de lo normal, debido a que estas lluvias no han sido representativas como para augurar una mejoría de los acuíferos.

“Para los territorios al sur de la provincia, que más repercuten en la recuperación de la cuenca, no está lloviendo en la medida que se precisa, agrega Kalaf. Por ejemplo, Cotorro solo acumula el 43 por ciento de la media histórica; Boyeros, el 59, y  Arroyo Naranjo, el 61.

En cuanto a los embalses del este de la provincia, solo la presa Bacuranao, con 6,5 millones de metros cúbicos acumulados –el 41 por ciento de su volumen total- está suministrando a la Planta Potabilizadora Norte Habana (de Filtros) 300 litros por segundo, solo la mitad de la capacidad de procesamiento de esa fuente de abasto. La Coca y La Zarza están sin explotar porque las cantidades de agua de que disponen no permiten hacer extracción alguna.

Desde finales de 2008 las autoridades administrativas de la capital cubana han aplicado planes emergentes para evitar que la carencia sea mayor en las zonas altas o de la periferia de la cuenca. Pese a ello, los efectos de la sequía se sienten. Por eso, mantienen los planes de reajuste.

Todos los municipios están afectados de alguna forma, pero los de que más difícil situación presentan son: La Habana Vieja, Centro Habana, Guanabacoa en su área rural, la entrada al municipio de Cotorro, desde San Miguel del Padrón, y algunas áreas de Diez de Octubre.

En términos generales, la posibilidad de que algún día el agua puede desaparecer de la faz de la tierra asusta al universo. Hay muchos intentos para salvarla, pero hay muchos más que la maltratan.  Mientras que a través de las agencias de noticias y otras fuentes de información, llegan referencias alarmantes: un quinto de la población mundial – más de 2 mil 400 millones de personas- no tiene acceso a ese imprescindible líquido, en Ciudad de La Habana somos testigos de cuánto trabajan para amortiguar los efectos de la actual sequía y continuar el millonario programa inversionista, enfocado a rehabilitar las grandes y pequeñas conductoras que conforman las redes.

En marzo de 2007 la Sociedad de Ingeniería Hidráulica de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC), emitió en La Habana una declaración acerca de la necesidad de preservar  y usar el agua racionalmente, como parte de las actividades que lleva a cabo el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, de conjunto con la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) y otras instituciones.

Recientemente,  el pasado 26 de julio, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución en la que declaró el derecho al agua potable y el saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.

La Asamblea se declaró “Profundamente preocupada porque aproximadamente 884 millones de personas carecen de acceso al agua potable y más de 2 mil 600 millones de personas no tienen acceso al saneamiento básico”. También se siente  “alarmada porque cada año fallecen aproximadamente 1 millón 500 mil niños menores de 5 años y se pierden 443 millones de días lectivos como consecuencia de enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento”.

Es un triste panorama que solo los gobernantes y los industriales ricos están en condiciones  resolver,  si hacen suyos todos los acuerdos y resoluciones adoptados en diversos eventos internacionales y piensan más en la vida de los seres humanos que en ampliar sus riquezas personales,  porque el único recurso natural que atañe a todos los aspectos de la civilización, desde el desarrollo agrícola e industrial hasta los valores culturales y religiosos arraigados en cada comunidad es el agua.

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