Ciudad de México  (20 julio 2012).- La solución al problema grave del Sistema Cutzamala no está sólo en modernizar tecnológicamente el complejo, sino en acciones preventivas en los bosques con el fin de que el agua no se siga tratando ya contaminada.

Para ello se requiere restaurar bosques y promover que los poseedores de la tierra tengan un pago por servicios ambientales, tal y como lo hizo Nueva York, planteó Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM.

El experto destacó la importancia de trabajar en la restauración de los bosques para que el agua no baje contaminada a los afluentes del Sistema Cutzamala, pues los costos de saneamiento en las presas irán a la alza.

Agregó que el agua que recibimos del Cutzamala tiene impactos en la calidad, pues el episodio reciente de las toxinas como la geosmina ha sido recurrente.

“Se tuvo hace tres años y como van las cosas se volverá a presentar en los próximos años si no se actúa de forma urgente contra las descargas del drenaje, con ordenamiento urbano y con un plan maestro para rescatar los bosques.

“Nueva York enfrentó hace algunos años el mismo problema que ahora padecemos en el Cutzamala y en el abasto al DF y el Edomex. El agua llegaba contaminada a los ríos que alimentaban al sistema de abasto de la urbe neoyorquina, y le salía más caro el tratamiento que enfrentar el problema en las montañas. Ellos cambiaron el modelo, pues en lugar de modernizar sus sistemas de distribución, tratamiento y abasto, se fueron a las montañas y trabajaron para que el agua ya no siguiera bajando contaminada a los ríos”, expuso.

Ceballos enfatizó que el agua sí tiene afectaciones en la calidad, pues aunque la toxina no sea dañina a la salud, ya la impactó, y además las redes urbanas de abasto no han tenido mantenimiento desde hace años, lo cual también ocurre con tinacos y cisternas en miles de viviendas.

El investigador, que lleva 25 años estudiando la cuenca del Cutzamala y del Valle de Toluca, recomendó establecer un pago de servicios ambientales a los poseedores de la tierra, y en cada pago por el consumo urbano se le retribuya un porcentaje para que continúe conservando los bosques.

“El asunto de la potabilización hay que verlo en forma integral, y un líquido que baja limpio de las montañas sólo requiere de los tratamientos básicos con diversos sistemas como el carbón activado, ultrafiltración, ósmosis inversa, ozonización y cloro.

“Lo recomendable también sería que las autoridades mexicanas revisaran los procesos de saneamiento y que inviertan en nuevas tecnologías, pero siempre informando con qué indicadores se analiza la pureza del agua”.