Zapotillo: Infraestructura que afecta sitios y monumentos históricos

31 agosto 2011

28 de agosto de 2011
Fuente: Síntesis 

Sigue el plan de la CONAGUA de avanzar la Presa “El Zapotillo” en el Estado de Jalisco, con la que desaparecerán tres pueblos uno de ellos: Temacapulín, que conserva su fisonomía homogénea y el trazo compuesto con fincas, arcadas y templo de los siglos 18 y 19. Contra un dictamen del INAH que advierte que será irremediable la pérdida de esos elementos identitarios del México profundo, eminentementecampesino. La urgencia de llevar el agua de los Altos de Jalisco a León Guanajuato y a Guadalajara vino a reforzar los planes y los intereses gubernamentales en la drástica medida que se contempla como imparable.

El pragmatismo de los modernizadores ha tomado decisiones escalofriantes sobre sitios
dotados de valor histórico, parques naturales que podrían haber sido declaradas reservas de la biósfera perdieron su virginal aspecto y los componentes de su riqueza como ecosistemas paradisíacos, ultrajadas por la colocación en ellas de toda clase de instalaciones industriales, pozos petroleros, refinerías, reactores nucleares, etcétera.

De igual manera los cascos antiguos, asentamientos ruiticos de civilizaciones anterioes han sido borrados por obras hidrológicas y topográficas de gran entidad, grandes presas –embalses- y autopistas, libramientos y los “segundos pisos” han sepultado o destruido vestigios de monumentos milenarios.

Como excepción a esas tragedias culturales puede citarse el espectacular rescate de Abu Simbel dirigido por la UNESCO en 1960 previo a la construcción de la Presa de Asuan en Egipto, esa ha sido –sin duda- la más importante misión de salvamento de un conjunto de enormes dimensiones enclavado sobre las sedientas arenas del Sahara, las portentosas esculturas de los colosos de Ramses II del retablo tallado en roca y los adoratorios interiores excavados y labrados son un testimonio del imponente politeísmo del antiguo Egipto.

Abú Simbel fue trasladado después de haber sido cortado en miles de piezas (numeradas y vueltas a unir) para ser colocado a una distancia de varios kilómetros a salvo de las aguas de la gigantesca presa que se hizo para acumular los excedentes del Lago Nasser. Eran esos los tiempos en los que la UNESCO dirigió empresas descomunales y la mayor de todas. La UNESCO no es la mísma en ímpetu y capacidad defensora de tantos lugares en riesgo de alteración por el capricho y el funcionalismo antiestético del presente.

En León, España en 1987 por una decisión similar “fueron destruidos y anegados ocho pueblos que componían el valle de Riaño: Anciles, Burón, Éscaro, Huelde, La Puerta, Pedrosa, Riaño y Salio” impotentes vecinos y grupos ecologistas inconformes denunciaron la inutilidad de la colosal empresa que tras 24 años ha vuelto a levantar argumentos para ser revertida, fue un fracaso como cuenca de regadío y un ecocidio además de haber sido arrasados los edificios históricos de dichos pueblos acaso de fábrica modesta pero indiscutiblemente exponentes de la arquitectura rural típica de la región. Lo grave es que hoy se sabe que la verdadera justificación fue –por encima de cualquier otra finalidad- la ambición política y mercenaria: negocios impúdicos de los burócratas implicados con las constructoras que alzaron la cortina de la presa.

Volviendo al caso de Temacapulín, en Jalisco se asegura por la CONAGUA que “reubicará cada piedra del templo, la plaza con su arquería de cantera y el cementerio”. Al menos el 70% del territorio de Temacapulín tiene monumentos históricos de interés nacional, catalogados así por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, el dictamen sentencia que de ninguna manera podría remediarse la pérdida de las características del paisaje arquitectónico y natural de Temacapulin.

La presa del Zapotillo dicen los entusiastas de la idea vendrá a generar más beneficios que perjuicios, a cambio les darían a los habitantes reubicados de los tres poblados que en conjunto no llegan al millar, viviendas para cada familia que integrarán el nuevo Temacapulín y que se dice ya fueron edificadas en Cañada de Obregón.

Una vez más se cierne la duda sobre la viabilidad de una obra de infraestructura que amenaza sitios especiales por sus cualidades artísticas e históricas, se deben agotar todas las instancias antes de cometer el plan que a lo visto es una obsesión gubernativa irreversible.

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