3 de cada 10 personas carecen de acceso a agua potable
17 julio 201713 de Julio 2017
Fuente: iAgua
La OMS y UNICEF publican las primeras estimaciones mundiales sobre agua, saneamiento e higiene en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En todo el mundo, alrededor de 3 de cada 10 personas, o 2.100 millones de personas, carecen de acceso a agua potable y disponible en el hogar, y 6 de cada 10, o 4.400 millones, carecen de un saneamiento seguro, según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de UNICEF.
El informe del Programa Conjunto de Monitoreo (JMP), Progresos en materia de saneamiento y agua: informe de actualización de 2017 y evaluación de los ODS, presenta la primera evaluación mundial de los servicios de agua potable y saneamiento “gestionados de forma segura”. La conclusión fundamental es que todavía hay demasiadas personas que no tienen acceso, sobre todo en las zonas rurales.
“El agua potable, el saneamiento y la higiene en el hogar no deben ser un privilegio exclusivo de quienes son ricos o viven en centros urbanos”, dice el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud. “Se trata de servicios fundamentales para la salud humana, y todos los países tienen la responsabilidad de garantizar que todo el mundo pueda acceder a ellos”.
Miles de millones de personas han obtenido acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento desde el año 2000, pero estos servicios no proporcionan necesariamente agua potable ni saneamiento seguro. Muchos hogares, centros de salud y escuelas también carecen de agua y jabón para lavarse las manos. Esto aumenta el riesgo de contraer enfermedades que, como la diarrea, pueden afectar la salud de todo tipo de personas, especialmente de los niños pequeños.
“El saneamiento deficiente y el agua contaminada también están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A y la fiebre tifoidea”
Como resultado, 361.000 niños menores de 5 años mueren cada año a causa de la diarrea. El saneamiento deficiente y el agua contaminada también están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A y la fiebre tifoidea.
“El agua potable, el saneamiento eficaz y la higiene son fundamentales para la salud de cada niño y cada comunidad, y por lo tanto son esenciales para construir sociedades más fuertes, más saludables y más equitativas”, dijo el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “A medida que mejoramos estos servicios hoy en día en las comunidades más desprotegidas y para los niños más desfavorecidos estamos ofreciéndoles una oportunidad más justa para que disfruten de un mañana mejor”.
Persisten importantes desigualdades
Con el fin de reducir las desigualdades mundiales, los nuevos ODS exhortan a poner fin a la defecación al aire libre y a lograr el acceso universal a los servicios básicos para 2030.
De los 2.100 millones de personas que no disponen de agua gestionada de forma segura, 844 millones no tienen ni siquiera un servicio básico de agua potable. Esto incluye a 263 millones de personas que tienen que emplear más de 30 minutos por viaje para recoger agua de fuentes que se encuentran lejos de su hogar, y 159 millones que todavía beben agua no tratada procedente de fuentes de agua de superficie, como arroyos o lagos.
En 90 países, el progreso hacia el saneamiento básico es demasiado lento, lo que significa que sus habitantes no alcanzarán la cobertura universal para 2030.
De los 4.400 millones de personas que no cuentan con un saneamiento seguro, 2.300 millones aún no disponen de servicios básicos de saneamiento. Esto incluye a 600 millones de personas que comparten un inodoro o letrina con otros hogares, y 892 millones de personas –la mayoría en zonas rurales– que defecan al aire libre. Debido al crecimiento demográfico, la defecación al aire libre está aumentando en África subsahariana y Oceanía.
Una buena higiene es una de las formas más simples y efectivas de prevenir la propagación de enfermedades. Por primera vez, los ODS están monitoreando el porcentaje de personas que disponen de instalaciones para lavarse las manos en casa con agua y jabón. Según el nuevo informe, el acceso al agua y el jabón para el lavado de manos varía enormemente en los 70 países con datos disponibles, desde el 15% de la población en África subsahariana hasta el 76% en Asia occidental y África del Norte.
“De los 4.400 millones de personas que no cuentan con un saneamiento seguro, 2.300 millones aún no disponen de servicios básicos de saneamiento”
Otras conclusiones clave del informe son:
Muchos países carecen de datos sobre la calidad de los servicios de agua y saneamiento. El informe incluye estimaciones para 96 países sobre el agua potable gestionada de forma segura y 84 países sobre saneamiento gestionado de forma segura.
En los países que experimentan conflictos o disturbios, los niños tienen cuatro veces menos probabilidades de utilizar servicios básicos de agua y dos veces menos de utilizar servicios de saneamiento que los niños de otros países.
Existen grandes desigualdades en el servicio entre las zonas urbanas y rurales. Dos de cada tres personas con agua potable gestionada de forma segura y tres de cada cinco personas con servicios de saneamiento gestionados de forma segura viven en zonas urbanas. De los 161 millones de personas que utilizan aguas superficiales no tratadas (de lagos, ríos o canales de riego), 150 millones viven en zonas rurales.
Nota para los editores
La gestión de forma segura de los servicios agua potable y saneamiento supone que hay agua potable libre de contaminación disponible en el hogar cuando sea necesario, así como inodoros donde los excrementos se tratan y eliminan de forma segura.
“Los servicios básicos suponen disponer de una fuente de agua potable protegida de la que se puede recoger agua en menos de 30 minutos”
Los servicios básicos suponen disponer de una fuente de agua potable protegida de la que se puede recoger agua en menos de 30 minutos, utilizar un inodoro mejorado o una letrina que no se tiene que compartir con otros hogares y disponer de un lavamanos con agua y jabón en el hogar.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 promueve garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. El JMP monitorea el progreso de los dos objetivos siguientes:
6.1 De aquí a 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos.
- 6.2 De aquí a 2030, lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad.
El JMP también contribuye al monitoreo del ODS 1 para “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo”, y al ODS 4 para “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” mediante la recopilación de datos sobre agua básica, saneamiento e higiene para las metas siguientes:
- 1.4 Para 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos.
- 4.a Construir y adecuar instalaciones educativas que tengan en cuenta las necesidades de los niños y las personas con discapacidad y las diferencias de género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos.
El agua potable, el saneamiento y la higiene también son esenciales para el ODS 3, que busca “garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos en todas las edades”. Según la meta 3.9 de los ODS, los países están trabajando para reducir considerablemente para 2030 el número de muertes y enfermedades causadas por productos químicos peligrosos y por la polución y contaminación del aire, del agua y del suelo. Adicionalmente, el agua potable y el saneamiento y la higiene seguros son necesarios para reducir la mortalidad materna y terminar con las muertes prevenibles de recién nacidos y niños, como se insta en los objetivos 3.1 y 3.2 de los ODS.