La sequía está generalizando los incendios y falta de agua en Argentina
01 septiembre 2009Los vecinos de Tafí Viejo pasaron el fin de semana sin la provisión del elemental líquido. Fastidiados amenazan con cortar los accesos a la ciudad.
1 de septiembre de 2009
Fuente: El Siglo
La combinación de altas temperaturas y la falta de lluvias se están transformando en un verdadero problema en la provincia. Además de la polución que genera irritación de las fosas nasales y de ojos, lo que más preocupa es la sequía que está dejando sin provisión de agua potable a varias localidades y los incendios provocados que se propagan descontroladamente.
La localidad más perjudicada ante la escasez de lluvias en Tafí Viejo. Los pobladores del vecino municipio padecen la falta de agua potable desde hace varios días, drama que se profundiza ante la ola de calor que castigó durante el fin de semana con temperaturas superiores a los 35 grados.
El propio gobernador José Jorge Alperovich, expresó su preocupación por la prolongada sequía al recordar que "hace 100 días no cae una gota" en la provincia. Reconoció que la falta de lluvias no permite que la capa freática recupere líquido necesario para el consumo humano, industrial o productivo. Para que esto suceda, será necesaria una cantidad de agua significativa posibilidad que aún se observa distante según el pronóstico de los expertos. Las previsiones indican que desde mañana aumentará la nubosidad que estará acompañada por una masa de aire polar que motivará un descenso de la temperatura y algunas lluvias.
El Gobernador dijo que el sector productivo no sufre todavía las consecuencias de la sequía, dado que aún no es momento de siembra. "Para el sistema productivo todavía hay tiempo, porque en 10 días más o menos estaría lloviendo", dijo.
Sin embargo la ausencia de lluvias potencia un problema de inconciencia por parte de muchos productores que siguen ejerciendo la quema de cañaverales en forma indiscriminada para abaratar costos. Un pequeño incendio termina descontrolándose producto de la sequía y las ráfagas de viento que estimulan el fuego. Prueba de ello es lo sucedido en la localidad de Los Ralos, donde se registró un incendio de magnitud que avanzó sobre algunas viviendas poniendo en riesgo la vida de numerosas familias.
Al respecto, el titular del Poder Ejecutivo dijo que "si no hay responsabilidad de cada uno de los tucumanos, es muy difícil de erradicar el problema".
"Ya hemos metido preso a personas, pero siguen quemando. Vamos a tratar de controlar los incendios, pero debe haber un compromiso de los dueños de los campos", manifestó a la prensa, tras advertir: "Usted sale hoy con el helicóptero y sigue habiendo quema intencional".
Sin agua potable
Mientras desde el Estado surgen numerosas explicaciones justificando la escasez de agua potable, los vecinos de Tafi Viejo padecen la dura realidad de observar las canillas sin agua para el consumo. Así tuvieron que pasar el agobiante fin de semana, peleando por bidones de agua y racionalizando al máximo el elemental líquido, dado que la red de distribución apenas entregaba algunas débiles gotas. Los vecinos se instalaron a protestar en las puertas de la sede que tiene la Sociedad Aguas del Tucumán en la ciudad del Limón, donde pidieron explicaciones al responsable de la oficina. Una vez más, las autoridades señalaron que siguen trabajando para solucionar el recurrente problema y pidieron paciencia, algo que los habitantes de la zona ya no están dispuestos a conceder.
Por esta razón, analizan iniciar una serie de acciones directas que tienen que ver con protestas diarias hasta tanto el Gobierno les brinde una solución definitiva.
En este sentido no descartaron cortar los principales puntos de acceso a la ciudad de Tafí Viejo.
La semana pasada, el presidente de la SAT Alfredo Calvo, había atribuido el problema a dos factores: la sequía y el boicot por parte de desconocidos.
"La falta de agua se encuentra agravada por la falta de lluvias", había manifestado luego de informar que la policía reforzó la vigilancia en los principales puntos de distribución de agua para evitar que desconocidos interrumpan el paso del líquido.