Aún falta mucho por hacer: la importancia de mejorar la relación entre el agua y la agricultura
09 febrero 2021De acuerdo con el documento Agua en México. Un prontuario para la correcta toma de decisiones (2017), desde 2016, a nivel mundial, el uso agrícola representa el 70% del volumen total de agua utilizado, siendo el riego un factor determinante para la actividad agrícola.
Existe una estrecha dependencia entre la producción de alimentos y la disponibilidad de agua en un país, misma que se relaciona con la agricultura de temporal y la de riego. Mientras que la primera depende de la precipitación pluvial de cada región, la segunda cuenta con la seguridad del agua de ríos o almacenada en presas y/o pozos.
Tan sólo en 2015, el sector agroalimentario mexicano (agricultura, ganadería y pesca) produjo 268 millones de toneladas de alimentos, de esta cifra, el sector agrícola aportó 246 millones, este sector consume 76.7% del agua disponible en el país, según cifras obtenidas del Atlas alimentario de 2016 del Gobierno de México.
La agricultura de riego ha sido señalada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 1996) y Graiz- borrd (2004), como la actividad más demandante del recurso hídrico, en México se estima que cerca del 30% de la superficie agrícola del país se cultivaba bajo el régimen de agricultura con riego, en donde aproximadamente se produce de 2 a 3.7 veces más que en la agricultura temporal, de acuerdo con la publicación digital de 2020 Agua y alimentos de Impluvium.
La situación en México es crítica: se siembra en donde más hace falta el agua. El método de riego más utilizado es por gravedad o rodado, en el que el agua proveniente de las presas, ríos, lagos o manantiales se conduce a través de canales hacia las parcelas, no obstante, este sistema en particular es el que registra la mayor pérdida debido a fugas y evapotranspiración. Apenas el 46% del agua destinada a la producción de alimentos, es utilizada de manera eficiente, señala el documento Agua en México. Un prontuario para la correcta toma de decisiones (2017).
La importancia de la relación entre el agua y la agricultura radica en la doble función de este recurso natural: primero como aquel que permite la producción de alimentos para la subsistencia de la salud de los seres humanos, al mismo tiempo que garantiza la vida de los seres vivos y los ecosistemas. Debido a esto, nosotros como seres humanos, nos enfrentamos al gran reto de fomentar prácticas que modernicen los sistemas de riego para impedir el desperdicio del agua, así como asegurar la seguridad hídrica y alimentaria para atender las necesidades alimentarias de la población en general.
Durante los próximos 35 años, “asegurar el abasto de alimentos, dependerá de factores como la tasa de crecimiento poblacional, la economía, la infraestructura agrícola y de los recursos naturales [que incluyen la disponibilidad de agua] de cada país” declaró el autor Sosa Baldivia en 2017, pero también de la aprovechar eficientemente el agua para garantizar el abasto requerido de la población.