Degradación de la pesca ribereña de los Cucapá

08 julio 2014

Pescador cucapá extrayendo mojarra del río Hardy
 

Los cucapá contemporáneos se dedican a la pesca artesanal comercial, a la producción de artesanías y a trabajar en el sector de servicios en los campamentos turísticos de la región. También venden su mano de obra para la agroindustria, la reparación de caminos o la maquila.

Desde épocas ancestrales, los cucapá han utilizado los cauces y humedales que cruzaban el delta del Río Colorado, sobre todo en su principal afluente en el noroeste de México: el Río Hardy. Con la construcción de la presa Hoover hacia la década de 1930, se redujo el flujo del agua del Río Colorado, lo cual afectó no sólo la pesca cucapá, sino todo el ecosistema del delta. Sumado a ello, los volúmenes de agua dulce que llegaban a los ríos y humedales del Alto Golfo de California en México fueron disminuidos tras la firma del Tratado de Distribución de Aguas Internacionales entre México y Estados Unidos, en 1944.

La sequía se dejó sentir entre 1964 y 1981; sin embargo, en 1983 la hoy extinta Laguna Salada, a espaldas de la Sierra Cucapá, fue rellenada con excedentes de agua en las presas norteamericanas. En la Salada, los cucapá desarrollaron intensamente la pesca ribereña de lisa, mojarra, robalo, lobina, bagre, carpa y camarón. Esta etapa es recordada por los pescadores como la de mayor productividad en las actividades pesqueras del bajo delta. La bonanza terminó al desaparecer la Salada, a fines de la década de 1980.

Los cucapá que decidieron continuar con la pesca de lisa y mojarra tuvieron que hacerlo en las cercanías de los campos turísticos que se encuentran a lo largo del Río Hardy. Hoy en día algunos cucapá siguen pescando en el bajo río durante todo el año; no obstante, esta actividad también se ha visto afectada por la planta de tratamiento de aguas residuales Las Arenitas, que fue construida en 2006: “Estas aguas llegan al río y contaminan nuestro pescado, aunque las autoridades nos lo nieguen”.

Hacia 1992, la curvina golfina (Cynoscion othonopterus), especie endémica que se consideraba extinta, regresó a reproducirse a la zona del delta. Al reactivarse la pesquería, algunos cucapá se incorporaron a la actividad, junto con otros pescadores mestizos de la región. La entrada de los indígenas a la curvina coincidió con el establecimiento de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y delta del Río Colorado en 1993, cuya zona núcleo abarca parte del territorio cucapá. Desde que se expidió dicho decreto, han devenido innumerables problemas sociales, económicos y políticos en la región. Para muchos pescadores indígenas, la creación de la Reserva es el origen del llamado “conflicto cucapá”.

La pesquería de curvina golfina se norma por medio de la veda temporal (desde 2005), la cuota anual de captura (establecida por primera vez para la temporada 2011-2012 y actualizada para las siguientes dos temporadas) y el permiso específico de curvina golfina (obligatorio desde 2013; en 2014 los permisos de curvina cucapá sumaban 109).

La veda temporal prohíbe la extracción de curvina golfina del primero de mayo al 31 de agosto de cada año, dentro de los límites de la Reserva, mientras que la cuota anual determina una captura máxima por región y por unidad pesquera. Paralelo a ello, la Norma Oficial Mexicana NOM-063-2005, publicada en 2007, establece artes de pesca específicos para la captura, tallas mínimas y sitios de arribo permitidos. Esta norma prohíbe la pesca de curvina golfina dentro de la zona núcleo de la Reserva, reforzando así la restricción a cualquier actividad extractiva en dicha área definida en el programa de manejo de la Reserva.

El establecimiento de la Reserva –igual que la veda y la cuota de captura- no tuvo un buen recibimiento por parte de los pescadores, quienes denuncian no haber sido consultados en la planeación de los acuerdos. Durante 20 años de lucha, los cucapá de la cooperativa Pueblo Indígena Cucapá Chapay Seisjhiurrar Cucapá han invocado ese derecho a la consulta establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y aún más, en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además existe el estatus preferencial de los pueblos al acceso, uso y disfrute de los recursos pesqueros, así como del otorgamiento de concesiones y permisos de pesca, según reglamenta la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, publicada en 2007.

El más reciente intento por atender el conflicto cucapá ocurrió el 20 de mayo de este año, cuando líderes cucapá se reunieron con representantes de las secretarías de Medio Ambiente (Semarnat) y de Agricultura (Sagarpa), así como de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), del Instituto Nacional de Pesca (Inapesca), de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y de la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas en la Ciudad de México. Se negoció la reorganización de la cuota de captura de curvina golfina a favor de los pescadores cucapá; la revisión de los tiempos de la veda, y la conformación de una mesa técnica para proponer los temas de la consulta, donde el establecimiento de la Reserva es el punto principal.

El cumplimiento de estos acuerdos es sólo la punta del iceberg debido a que la pesca cucapá involucra dos cooperativas más enfocadas a esta actividad: la Juañak Jah Kajuath y El Mayor Cucapá. Su inclusión en las negociaciones representaría un diálogo de saberes más amplio.


08 de julio de 2014
Fuente: La Jornada del Campo
Nota de Berenice Morales Aguilar y Silvia Yee

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