La calidad del agua, a debate
07 junio 201730 de Mayo 2017
Fuente: iAgua
Nota: Andrés Martínez
Uno de los hitos más importantes de la comunidad internacional en este siglo ha sido el trabajo conjunto que desplegó en el desarrollo de los “Objetivos de Desarrollo del Milenio”, los cuales si bien es cierto, no solucionaron los problemas de la humanidad, al menos contribuyeron a mejorar la calidad de vida de millones de personas.
De los 8 objetivos fijados (2000-2015), el 7 buscó “Garantizar la sostenibilidad del Medio Ambiente”, siendo la meta 7.C, “Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible a agua potable y a servicios básicos de saneamiento”, siendo claros los propósitos de cumplir con la accesibilidad. Muestra de ello es que en 2015, 147 países cumplieron con la meta de acceso a fuentes de agua, y ya el 91% de la población mundial utiliza una fuente de agua mejorada.
Foto tomada del medio
Mientras que, con los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” (2015-2030), el agua y el saneamiento son de trascendental importancia, puesto que el 6 objetivo se refiere precisamente a “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”. Sin embargo, aún hay mucho que hacer con respecto a la calidad del agua. Ya que cada día más de 1000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas, las cuales se podrían prevenir si se mejoran las condiciones de agua y saneamiento. Por ello, a continuación relato tres casos que nos deben llevar a reflexionar:
El primero, se relaciona con la situación en México, y su crítica la hace D. Léo Heller, Relator de la ONU sobre DDHH, Agua y Saneamiento, quien en su visita in situ le sorprendió los indicadores en la cobertura (94% en agua y 93% en saneamiento), sin embargo, el acceso de la gente es aún precario, pues existe falta de continuidad del servicio (el 70% de la población de la ciudad de México recibe agua solamente 12 horas diarias, según el informe de la Comisión de DDHH), además existen quejas sobre la calidad del agua, pues no hay un control muy adecuado; así como la asequibilidad, ya que la población reclama los valores que deben pagar por las facturas del servicio, siendo la gente que más problemas tiene aquellas que no están conectadas a la red pública, y deben pagar a camiones o tanqueros de agua, o adquirir agua embotellada.
El segundo caso se relaciona con Cuba, donde la pérdida por agua no contabilizada alcanza el 50%, siendo un grave problema la falta de suministros, y lo deteriorado que se encuentra su infraestructura. Sin embargo, el acceso al agua en la isla depende de la ciudad o distrito en el que se encuentre, además debido a la falta de presión, los habitantes utilizan motores eléctricos para bombear el agua a los pisos superiores, los cuales se estropean constantemente. El suministro de agua es administrado por el Estado, y su valor asciende a “…unos cinco centavos de dólar, por persona y mes, independientemente de la cantidad del uso…”, lo cual nos hace reflexionar sobre la sostenibilidad del sistema.
Y por último, en Ecuador, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC, sorprendió al país con los resultados de su encuesta sobre calidad de agua, donde demostró que el 20% de la población consume agua contaminada con heces fecales; el estudió abarcó a 16.722 personas, y 4.442 hogares, donde se pudo comprobar que la bacteria E. Coli estuvo presente en el siguiente porcentaje: 15,4% urbano; y, 31,8% rural de las muestras. Siendo la presencia más importante en la red pública, seguida del agua embotellada.
En mi opinión, a nivel mundial se ha trabajado mucho en accesibilidad y mejora de cobertura, no obstante, es momento que concentremos nuestros esfuerzos para que el agua que se consuma sea también segura y de calidad.