Sigue la preocupación: la contaminación del agua a causa de la industria minera
23 febrero 2021Redacción Agua.org.mx
23 de febrero de 2021
En 2014, la mina “Buenavista del Cobre” causó la peor tragedia ambiental en México por el derrame tóxico al Río Sonora al derramar 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado en el agua que bebían 22 mil personas. Este suceso hizo evidente el hecho de que la industria minera es una de las más contaminantes y hasta el momento pareciera que no habrá consecuencias importantes para los responsables.
En el momento del incidente, Grupo México, dueño de la minera, informó que el derrame fue ocasionado por el exceso de lluvias en la zona, más adelante la versión fue desmentida pues en los días previos no se presentaron precipitaciones, sino que en realidad se ocultó el hecho que Buenavista del Cobre no cumplía con las instalaciones adecuadas para el manejo de residuos peligrosos y además, la mina había pasado 14 años sin haber sido inspeccionada, de acuerdo con la investigación realizada por la organización periodística CONNECTAS.
El agua es un recurso fundamental para la minería por su utilidad en el procesamiento de los materiales, es por esto que, según informa la organización Alliance For Responsible Mining, debe existir una mejor gestión en su aprovechamiento.
Por lo general, esta industria descarga el agua de forma directa al medio ambiente y si no es tratada, contamina con los metales pesados y los materiales suspendidos que se producen a causa de los procesos mineros.
Por otro lado, también se debe tomar en cuenta la cantidad agua que se utiliza durante este proceso, puesto que además de afectar a múltiples ecosistemas como lagos, manglares, ríos y arroyos, la población rural se ve afectada con la reducción de agua en los nacimientos y quebradas que alimentan los acueductos locales.
De acuerdo con la Gaceta UNAM en 2018, nuestro país fue considerado como una nación con baja disponibilidad de agua. Los sectores que más agua utilizan y más la desperdician son la agricultura y la ganadería con un 57% del total utilizado que se desperdicia por infraestructuras obsoletas y fugas. Y aunque, el sector industrial utiliza apenas el 14% del total, porcentaje menor al agrícola, genera la contaminación equivalente a la de 100 millones de habitantes, de acuerdo con los datos proporcionados por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
La organización y movimiento argentino “No a la mina” se oponen a la minería contaminante por sus efectos negativos en la salud humana y en la del medio ambiente. Exponen a esta industria como una de las actividades más degradantes para la Tierra ya que elimina y contamina a los ecosistemas terrestres, acuíferos y aguas marinas adyacentes a las minas con las emisiones gaseosas y la dispersión de materiales nocivos.
Esta actividad también deteriora el ciclo del agua por el movimiento de agua que se lleva acabo en la corteza terrestre continental y termina por alterar los flujos del agua en sentido, dirección, cantidad y calidad del escurrimiento superficial en la vegetación y en el suelo, según los hallazgos de “No a la mina”.
Como señala Alliance For Responsible Mining: “el liderazgo innovador en el sector minero requiere de enfoques colectivos y de cuenca para el uso y la gestión sostenible de los recursos hídricos”, lo que se requiere en estos momentos es que los grandes empresarios dueños de las minas tengan una visión más completa del panorama sobre la gestión responsable del agua en los procesos mineros para no afectar ni a la población ni al medio ambiente.
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