Usos, abusos y contaminación del agua en México: Industria y minería (I)

18 agosto 2017 Agua

Redacción: Agua.org.mx

Durante este mes, medios nacionales e internacionales publicaron reportajes sobre el derrame de residuos tóxicos en el río Sonora[1], considerado el peor desastre ambiental provocado por la industria minera en México. Pasaron tres años desde ese evento para que los pobladores afectados ganaran por fin un juicio de amparo, que promovieron al demostrar que dos pozos de la región, presentan concentraciones de arsénico y manganeso, en niveles nocivos para los humanos;  han demandado a las instituciones de salud estatal y federales, por haber desatendido su derecho a la salud.

Este caso ha inspirado el presente escrito; la calidad del agua determina su aptitud para el consumo y las actividades humanas, y la permanencia de los procesos y funciones de los ecosistemas. La contaminación es un tema que se aborda tanto desde la perspectiva ambiental, como de salud humana, pasando por la dimensión productivo-económica de la sociedad. El derrame que nos ocupa se considera contaminación química y el sector industrial es el principal responsable de esta contaminación en el mundo.

El agua es fundamental en los procesos industriales de producción, ya sea como vehículo energético, de transporte, disolvente, en operaciones de lavado, como disipador de calor, etcétera. Esto hace de la contaminación industrial la más diversa. No obstante, su impacto está más relacionado con las descargas de agua residual industrial, que con la cantidad de agua que utilizan. De hecho, estas descargas generan 340 por ciento más contaminación que las municipales[2]. Si a  esto agregamos que hacia el 2050 el sector industrial será el que más incrementará su demanda de agua[3] —hasta 400 por ciento más, en comparación con el 130 por ciento del incremento para uso doméstico—, se vuelve imprescindible considerar la contaminación, particularmente las descargas de aguas residuales industriales, como aspecto prioritario en la gestión del agua, sobre todo en el marco del derecho humano al agua y al saneamiento, y a un medio ambiente sano. El asunto es que en nuestro país las descargas comúnmente no se tratan; el 70 por ciento de los residuos industriales son vertidos sin ningún tratamiento, siendo las que más incumplen las normas oficiales.

El uso industrial

En México la Comisión Nacional del Agua (Conagua) es la autoridad encargada de administrar el uso del agua a través de la emisión de concesiones y permisos de descarga, a diversos sectores o grupos de usuarios. Asimismo es responsable del Registro Público de Derechos de Agua (Repda); que es la base de datos en la que se publica toda la información sobre estas autorizaciones —titular de la concesión o permiso, volumen de agua autorizado, ubicación del aprovechamiento o descarga, entre otros datos—.

En el 2015 el uso agrícola del agua representó el 76.3 por ciento del volumen total autorizado; del agua restante, el uso industrial, que considera la minería, la construcción y la manufactura, ocupó el 13 por ciento, algo más de dos billones de litros[4]. Adicionalmente la Conagua incluye el uso agroindustrial, de servicios y de comercio, en un sólo rubro denominado industria autoabastecida[5], que en los últimos diez años incrementó su demanda en 27 por ciento, más del doble que cualquier otro uso[6].

Algunos puntos importantes respecto a las dificultades de conocer con certeza las dimensiones de la contaminación industrial en México:

  • Del total de títulos de aprovechamiento para el uso público y la industria autoabastecida, en el Repda el 15 por ciento —poco más de 30 mil títulos— no presenta información sobre el volumen concesionado[7].
  • Comúnmente las industrias ubicadas en zonas urbanas vierten sus desechos al sistema de drenaje público, esto obliga a considerar el uso público y el de industria autoabastecida juntos y complica la identificación del volumen de contaminantes que genera en este sector.
  • El 7.3 por ciento del total del volumen concesionado para todos los usos, está geográficamente mal referenciado, —las coordenadas del registro están fuera de los límites continentales del país—.
  • La falta de monitoreo y verificación han ocasionado que los registros estén desactualizados, omitiendo cambios de uso en las extracciones del agua; en 2014 tres de cada diez litros que se extrajeron en zonas urbanas estaban clasificados como uso “agrícola”, esto es importante, si bien las tarifas difieren de una entidad a otra, el uso agrícola siempre tiene una tarifa preferencial.

Adicionalmente la información pública desagregada respecto a la industria minera es prácticamente inexistente. El acceso a datos sobre el volumen de minerales que extrae cada empresa, el monto de las regalías que pagan por esto, o los estudios de geoquímica de sedimentos, están reservados o a la venta. De esta forma quienes conocen está información son los empresarios, y  no los dueños de la tierra y la sociedad en general[8].

Lo que sí sabemos es que la industria minera en México ocupa 436 millones 643 mil m3 al año, esto es el agua para abastecer anualmente a 3 millones 229 personas; de este volumen la mayor parte se extrae en Sonora —aproximadamente 25 por ciento—, que junto con Zacatecas y Michoacán, extraen la mitad del agua destinada a la minería.

Grupo México y el río Sonora

La industria minera es una de las grandes protagonistas de la contaminación del agua en el mundo y se manifiesta en formas distintas:

Por metales pesados. A través de procesos de lixiviaci&oa, metales pesados como cadmio (Cd), cromo (Cr), plomo (Pb), arsénico (As), mercurio (Hg) y el cobre (Cu) entre otros, alcanzan acuíferos y cuerpos de agua. Este tipo de metales residuo de la actividad minera, son tóxicos en altas concentraciones y se caracterizan por su persistencia en el ambiente, su fácil transporte y por ser bioacumulables.

Por drenaje ácido. Como residuo del proceso de separación de la roca del metal se forma ácido sulfúrico que acidificará el agua. Cuando el drenaje ácido termina en un cuerpo de agua las posibilidades de sobrevivencia de la flora y fauna son mínimas y los efectos en la salud humana son importantes.

Río Sonora. Foto: Twitter @loudeer, tomada de Proceso

Grupo México posee el 84 por ciento del volumen de agua concesionado del río Sonora —poco más de 16 mil millones de litros[9]—; este río es también el octavo cuerpo de agua más explotado por la minería en nuestro país.

En el momento del derrame, la producción de cobre de este grupo era la segunda a nivel mundial alcanzaba las 200 mil toneladas anuales No obstante no cumplió con la norma para la construcción y operación de las presas de en las que se depositan los sólidos y líquidos de desecho producto de la explotación minera (NOM-141-SEMARNAT-2003), ni con la que establece los lineamiento para instrumentar planes de manejo de residuos mineros (NOM-157-SEMARNAT-2009).

Después de tres años de sequías en el noroeste del país, en 2014 la temporada de lluvias incrementó el volumen de las aguas ácidas y el sistema no lo resistió, la válvula de un tubo falló, se rompió el bordo del represo en el área de lixiviados, y se abrió un boquete por donde se vertieron 40 millones de litros de lixiviados de sulfato de cobre, lo que afectó directamente a 22 mil personas, indirectamente a otras 250 mil, y ocasionó el cierre de 322 pozos que abastecían de agua a siete municipios.

Entre las repercusiones del derrame en el Río Sonora, los vecinos han señalado el aumento en la frecuencia de aparición de enfermedades dermatológicas y malestares en el estómago; así como impactos en la comercialización de sus productos agrícolas ahora que riegan con agua de calidad incierta; los efectos han impactado también en el ámbito socio-cultural, pues “el río era parte de nuestra vida, familias enteras lo usábamos como diversión; íbamos a nadar y a pasar un buen rato[10].

 

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Referencias

Imagen de entrada: Río Sonora. Foto: Héctor Guerrero/AFP-Getty Images

[1] Véase, por ejemplo, los publicados en Animal Político, El País, La Jornada, Proceso, Sin Embargo, Contralínea, El Economista y El Sol de México.

[2] CONAGUA. Estado del agua en México, citado en Terras, P. 2012. Ríos Tóxicos. Greenpeace México A.C.

[3] Proyecciones de la OCDE

[4] CONAGUA. 2016. Estadísticas del agua en México. Edición 2016. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

[5] En conjunto la industria autoabastecida ocupa el 22 por ciento del total del agua concesionada para los usos consuntivos, exceptuando el uso agrícola. De este porcentaje: además del 13 por ciento de la industria, el sector de los servicios ocupa el 9 por ciento; la concesión de agua a la agroindustria y al comercio es insignificante en relación a estos dos usos.

[6] REPDA. 2016. Registro Público de Derechos de Agua. (http://201.116.60.25/sina/index_jquery-mobile2.html?tema=usosAgua).

[7] Toda la información de este párrafo fue tomada de: Llano, M. 2017. Opacidad y desigualdad en el uso de agua: Hidrocarburos y minería. CartoCrítica. Investigación, mapas y datos para la sociedad civil.

[8] Llano, M. 2017. Ibid.

[9] CartoCrítica. Concesiones de agua para las mineras. (http://www.cartocritica.org.mx/2016/concesiones-de-agua-para-las-mineras/)

[10] Alonso-Rebolledo, R. 2017. Nos quitaron el agua, reclaman vecinos del Río Sonora. El economista, consultado en Agua.org.mx.

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Un comentario en “Usos, abusos y contaminación del agua en México: Industria y minería (I)”

  1. Increible que siga pasando estos niveles de contaminación industrial. Por décadas nos hemos puesto al servicio de los industriales en general y es mínima la respuesta para tratarles sus aguas residuales. Tecnología Arthrobacter orgullosamente mexicana es la más eficiente de las que existen en este momento y nuestra experiencia en un 90% es en depuración de aguas industriales sin producir lodos residuales ni olores. Nos pondremos en contacto con Grupo México pues tenemos la solución a ese problema que se ha generado.
    Dr. Humberto López Leal
    Director Comercial de
    Arthrobacter del Bajío, S.A. de C.V.
    movil 461 2394474
    arthro.comercial@gmail.com

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