Menstruación digna y agua

28 mayo 2024 Agua

Redacción: Karina Bautista-agua.org.mx/Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental A.C.

Investigación: Víctor Enrique González Fuentes- Estudiante de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana

El ciclo menstrual es un proceso natural y regular por el que pasan todas las mujeres, los hombres trans y las personas menstruantes. Consta de varias fases y la menstruación es sólo la manifestación física de una de ellas y aquí entra el concepto de salud que es la Gestión Menstrual Digna[1].

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF en inglés), definen a Gestión Menstrual Digna como aquella que permite a mujeres y a niñas utilizar material para la higiene menstrual limpio, que absorba o recoja la sangre y pueda ser cambiado en privado, utilizando agua y jabón para higienizar el cuerpo, y teniendo acceso a instalaciones para disponer el material ya utilizado[2]. Esta gestión es el reconocimiento de que todas las mujeres tienen derecho a contar con los recursos y condiciones necesarias para gestionar la menstruación de manera saludable y funcional; es una mirada integral que reconoce desde el derecho a recibir una educación sensible a las realidades del ciclo menstrual, que no lo contemple únicamente como un aspecto de la reproducción humana y que se imparta a niñas y niños en todas las escuelas para fomentar la comprensión y el respeto.

La Gestión Menstrual Digna también comprende la obligación del Estado a garantizar el acceso a ciertos servicios necesarios para llevar la gestión del ciclo de menstruación de una forma saludable, como lo son productos de gestión menstrual como compresas o copas menstruales para todas las niñas, mujeres y personas menstruantes que lo requieran al igual que las instalaciones adecuadas[3]. Dentro de estos servicios, está incluido el acceso al agua. De hecho, las Naciones Unidas considera que la higiene menstrual es un tema de derechos humanos, ya que tiene que ver con la igualdad de género, derecho al agua y al saneamiento, a la salud, a la educación y a la participación. Lo anterior es porque carecer de servicios de agua y saneamiento vulnera el derecho a la salud de las niñas y las mujeres, ya que utilizar trapos en lugar de compresas, no poder cambiarse regularmente o no tener acceso al agua para lavarse aumenta el riesgo de infecciones2.

Contar con disponibilidad y acceso a agua segura, que los baños o letrinas estén en las mejores condiciones o que haya acceso a materiales para la menstruación es fundamental para tener una vida digna y para el cumplimiento de los derechos humanos. Sin embargo, a nivel mundial, una de cada cuatro escuelas primarias y una de cada seis escuelas secundarias carecen de servicios de agua potable, lo que frena la salud menstrual de las niñas[4]. No sólo eso, datos del banco mundial en 2017 estimaron que 500 millones de mujeres en todo el mundo no tienen un lugar para defecar y muy posiblemente carezcan de privacidad para la gestión de la higiene menstrual. Además, la falta de utensilios de limpieza representó un desafío específico para la gestión de la higiene menstrual, ya que en 6 de cada 10 países más de ¾ de mujeres no tuvieron acceso a agua y a jabón[5].

Pero no sólo a nivel mundial, sino que este 2024 por la crisis hídrica que vive el país, y sobre todo en el Valle de México hubo afectaciones por no tener un suministro de agua potable constante. Ha habido casos de mujeres en la alcaldía de Azcapotzalco que, por no tener suministro de agua potable, una familia con 2 mujeres tuvo un incremento en sus gastos familiares para poder comprar garrafones de agua. La falta de agua y compartir baños afecta a la salud menstrual de las mujeres y niñas, pero también limita sus oportunidades de empleo, provoca ausentismo o abandono escolar, genera infecciones vaginales y afectaciones emocionales según organismos de derechos humanos aquí en México[6].

Para evitar consecuencias generadas por una mala salud menstrual, organismos internacionales recomiendan a los Estados aumentar la inversión en programas que garanticen el acceso a servicios y productos de gestión menstrual, y dentro de estos debe estar el cumplir con el derecho al agua y saneamiento sobre todo haciendo la distinción de que no todas las personas padecen de la misma forma la escasez del agua, siendo las mujeres uno de los sectores más afectados.

 

Referencias:

[1] Gaceta UNAM. (2023). Hablemos de menstruación digna. Gaceta UNAM.

[2] Amnistía Internacional (2022) La menstruación y los derechos humanos.

[3] Núñez Resendiz, N. M. (2021). Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman artículos de la ley de educación. Congreso de la Unión

[4] Amnistía Internacional (2022) La menstruación y los derechos humanos.

[5] Loughnan, L. (2024). La falta de acceso a un retrete y artículos para el lavado de manos afecta más a las mujeres y las niñas, especialmente durante su periodo menstrual. Banco Mundial Blogs.

[6] Ocampo, A. (2024). Salud menstrual escasez agua. N+.

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