Agua y electricidad: armando el rompecabezas

30 marzo 2015

Una de las necesidades urgentes del modelo de desarrollo económico que impera en el país y sus fines de expansión es la de generar electricidad, ya sea por termoeléctricas o hidroeléctricas. La generación de energía alterna a la de fósiles, como la del petróleo, es una demanda urgente a nivel mundial y nacional. En el capítulo IV del Proyecto de Ley en Uso en Generación de Energía Eléctrica también se incluye la explotación, uso o aprovechamiento de aguas del subsuelo, contenidas en yacimientos geotérmicos hidrotermales para la generación de energía eléctrica. Esta es una de las razones del por qué se encuentra en la lista de la utilidad pública la generación de electricidad.

¿Qué se entiende por geotermia? En general, la palabra geotermia se refiere al calor natural existente dentro de la Tierra. La geotermia que se explota actualmente para generar electricidad proviene del calor transportado por agua subterránea de alta temperatura. En la práctica se denomina geotermia al estudio y utilización de la energía térmica que, transportada a través de la roca y/o fluidos, se desplaza desde el interior de la corteza terrestre hacia los niveles superficiales de la misma, dando origen a los sistemas geotérmicos (OLADE/BID, 1994).

Hasta principios del siglo XX se empezó a utilizar de forma comercial, haciéndose notoria su existencia desde los 70 debido al incremento en el costo de los combustibles fósiles, contribuyendo en parte a solucionar los requerimientos de energía de algunos países.

Actualmente la energía geotérmica se la considera un recurso explotable económica y técnicamente, limpio, flexible, confiable y abundante, con una gran variedad de aplicaciones, entre las que se encuentran generar electricidad, enfriar o calentar espacios habitables, producir diversas materias primas, balneología y turismo, invernaderos (agricultura, floricultura e hidroponía), criaderos de peces y mariscos y procesos industriales y de manufactura (e.g. secado, concentración de soluciones). (Arellano Gómez et al, 2008)

A la fecha se han identificado cinco tipos de sistemas geotérmicos: a) hidrotermales, b) roca seca caliente, c) geopresurizados, d) marinos y e) magmáticos.

En México hay varios campos geotérmicos identificados, cuatro de las cuales se encuentran actualmente bajo explotación con una capacidad total instalada de 1017.4 MW netos, lo que representa casi 2 por ciento de la capacidad eléctrica total del país operada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para el denominado servicio público de energía eléctrica: Cerro Prieto, B.C., con 720 MW, Los Azufres, Mich., con 194 MW, Los Humeros, Pue., con 93.4 MW, Las Tres Vírgenes, B.C.S., con 10 MW y Cerritos Colorados, Jal., sin plantas en operación, pero con varios pozos perforados y un potencial evaluado por la CFE en 75 MW http://www.geotermia.org.mx/ geotermia/?page_id=688.

En el caso de Puebla, el campo geotérmico de Los Humeros, localizado en el extremo oriental del cinturón volcánico mexicano, aproximadamente a 200 km de la Ciudad de México, en el municipio de Chignautla, en la Sierra Nororiental y en los límites con Veracruz; a 40 kilómetros de Perote. En 1968 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) efectuó los primeros estudios geológicos, geoquímicos y geofísicos en este campo. En 1982 se perforó el primer pozo profundo con el objeto de confirmar los resultados de los estudios, pero fue hasta 1990 que se inició la explotación comercial del yacimiento, con la instalación de la primera unidad de 5 MWe. A la fecha se han perforado más de 40 pozos y se cuenta con una capacidad instalada de 35 MWe, en 7 unidades de 5MWe cada una (Gutiérrez–Negrin y Quijano León, 2005; Gutierrez–Negrín, 2007).

La excavación de pozos geotérmicos ocupa mecanismos y técnicas similares a la de los pozos petroleros y a profundidades semejantes; los pozos son el conducto para llevar los fluidos geotérmicos, una mezcla de agua salina de la cual debe separarse, ya que lo que enviará a la turbina es únicamente el vapor a la superficie con cargas mínimas de presión y temperatura; se utilizan para mover una turbina exactamente como lo hace el vapor de agua a presión que se produce en las calderas de las plantas termoeléctricas convencionales. (La Jornada de Oriente, Saberes y Ciencias, 4 /11/ 2012)

En mayo de 2014 el gobierno federal anunció que invertiría mil 748 millones de pesos en los próximos cuatro años para la instalación de más plantas geotérmicas. 11 por ciento de los 15 mil 857.4 millones de pesos que el presidente Peña Nieto anunció para Puebla en el Programa Nacional de Infraestructura 2014–2018 es para cuatro proyectos de energía en Los Humeros: 8 millones para Humeros fase A; 7 millones para Humeros fase B; 554 millones para Humeros III fase A, y mil 179 millones para Humeros III Fase B.

Documentos de la Comisión Federal de Electricidad de ese año especificaban que en Puebla está uno de los ocho proyectos que licitó a finales de 2013 y que en los siguientes años producirán una capacidad conjunta de generación de 3 mil 145 megawatts (MW), con una inversión estimada para todos los proyectos por 4 mil 637 millones de dólares. Los proyectos a los que hacía mención la CFE son Combustión Interna Guerrero Negro IV (Baja California), Geotermoeléctrica Los Humeros III Fase A (Puebla), Combustión Interna Baja California Sur V (Baja California Sur), Ciclo combinado Norte III (Chihuahua), Ciclo combinado Centro II (Morelos), Hidroeléctrica Chicoasén II (Chiapas), Ciclo combinado Valle de México II (estado de México), Ciclo combinado Noreste (Nuevo León). En noviembre de 2013 la empresa Alstom anunció la firma de un contrato con la CFE por 43 millones de dólares para la instalación de una geotérmica Los Humeros III – Fase A, ubicada en Chignautla, Puebla.

Además, existen nuevas exploraciones, una de ellas, se localiza en los límites de los estados de Puebla e Hidalgo, en el municipio de Chignahuapan, Puebla, a 85 kilómetros al noroeste de la ciudad de Puebla y a 65 kilómetros al sureste de la ciudad de Pachuca, Hidalgo. Desde el punto de vista fisiográfico está ubicada en la porción oriental de la faja volcánica mexicana, muy cerca de los límites con la Sierra Madre Oriental. Se han efectuado estudios geológicos, geoquímicos y geofísicos de detalle, y la CFE perforó dos pozos exploratorios: el EAC–1 en 1995 y el EAC–2 en 2008 y se siguen realizando estudios en la zona.

Entonces, necesariamente nos preguntamos, para Puebla u otras entidades y regiones, qué relación tienen estos desarrollos en materia energética con la nueva legislación en materia de agua y expropiaciones y con la expansión automotriz e industrial, minera y turística, entre otras, que nos obliga a analizar diversas partes de un rompecabezas muy complejo, que necesitamos resolver.

 

30 de marzo de 2015

Fuente: La Jornada de Oriente

Nota de: Susana Rappo Minguez

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