Asia, una calamidad por sismo y lluvias
05 octubre 20095 de octubre de 2009
Fuente: Excélsior (AFP, EFE, AP)
NUEVA DELHI.— Equipos de rescate médico acudieron ayer a la zona sur de India, devastada por inundaciones y donde por lo menos 205 personas han muerto y 750 mil han sido desplazadas por las crecidas que trajeron las lluvias torrenciales, informó el gobierno.
Los helicópteros de la Fuerza Aérea repartieron alimentos y agua potable a cientos de pobladores que permanecían aislados, pues las carreteras están sumergidas o habían sido destruidas por el agua.
El panorama desolador en Asia se agudizó con el paso, el sábado, del poderoso tifón Parma que provocó la muerte de 17 personas en Filipinas.
Las fuertes lluvias en Manila y los alrededores de la ciudad, a unos 350 kilómetros al sudeste del centro de Parma, podrían empeorar la situación en el área de la capital, afectada por las inundaciones hace una semana tras la tormenta anterior, Ketsana. Hasta ahora 300 personas han fallecido y cerca de medio millón se encuentran sin casa.
En Indonesia se vive otra calamidad, pues las intensas lluvias impiden el rescate de miles de personas sepultadas por el terremoto de 7.6 grados que azotó a Sumatra la semana pasada.
Sin embargo, indonesios ya cavaron una fosa para un entierro masivo en la ciudad de Padang mientras habitantes de aldeas en colinas cercanas trabajaban con azadones de madera en el barro en una búsqueda casi sin esperanzas de los cientos de víctimas sepultadas por los deslaves de tierra.
“Soy el único que quedó”, dijo un sobreviviente, de 39 años. “Mi hijo, mi esposa, mi suegra, todos desaparecieron. Ellos están bajo tierra ahora”, agregó.
La Organización de Naciones Unidas estima que por lo menos, hasta ahora, hayan mil 100 muertos tras el sismo.
“Tendremos cifras más fiables dentro de tres o cuatro días”, afirmó la ministra indonesia de Salud, Siti Fadilah Supari, y agregó que “nuestro balance se basa en el recuento de cuerpos claramente identificados, con nombres y direcciones”.
Ante la ola de catástrofes en naciones asiáticas, Benedicto XVI pidió la solidaridad y el apoyo de la comunidad internacional para la población afectada.
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