Armida Zuñiga, comisionada de la COPRISE, dijo que este organismo supervisa 240 purificadoras de agua y se hace una verificación integral de la operación de todo el establecimiento, la mayoría de ellas se encuentran en los límites que marca la normatividad, tanto en los aspectos bacteriológicos, como físico-químicos.

La funcionaria explicó que cuando no cumplen con la normatividad se ejercen las sanciones correspondientes que pueden llegar incluso a la suspensión temporal o definitiva, en función del riesgo a la salud que se haya detectado.

Las principales deficiencias que se han encontrado son en el proceso de purificación, ya que no están debidamente aislados del exterior, por lo tanto hay presencia de fauna nociva como moscas, cucarachas o roedores y además deben tener un programa de fumigación.

Comentó que en lo va del año se han suspendido 6 plantas de purificación de agua en el interior del estado y una vez que se corrigen las anomalías piden que se retiren lo sellos para reiniciar su operación.