Comité de agua en Caleras auspicia contaminación del Atoyac

03 julio 2017

03 de Julio 2017
Fuente: e-consulta.com
Nota: Laura Ruíz

Aguas con coloración y olores fuertes que provienen de industrias pueden ubicarse la Barranca Tenancingo, así como a la altura de compuertas del río.

Foto tomada de e-consulta.com

Donde hace 70 años brotaba agua potable en la junta auxiliar de San Jerónimo Calerashoy se registran los puntos de mayor contaminación del Río Atoyac debido a descargas de industrias que alguna vez sostuvieron y respaldaron a la comunidad.

Tanto en el Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (Soapap), como en la Secretaría de Desarrollo y Sustentabilidad del Ayuntamiento se ha señalado el riesgo de la zona que alberga corredores de fábricas.

Aunque estas deberían de cumplir con desechar sus fluidos tratados, en recorridos realizados por la Barranca Tenancingo, así como a la altura de compuertas del Atoyac en la zona conocida como el Chapulín, se pudieron observar contaminantes característicos de zonas industriales.

Aguas con coloración y olores fuertes que varían en días, horarios y flujos, según lo que han detectado vecinos de la zona de la barranca; así como masas de lodo que flotan y burbujean cerca de algunas industrias ubicadas al margen de las compuertas, son algunos de ellos.

Los comités de agua potable de Caleras y otras juntas auxiliares del norte de la ciudadhan sido señalados por la autorización de permisos para descargar, que tienen como destino final al afluente del Atoyac y se ha anunciado la investigación de más de una veintena de industrias textiles y metalúrgicas.

Al margen de la existencia de estos permisos, el actual Sistema de Agua Potable de San Jerónimo Caleras A.C. que lleva en funciones un año heredó un faltante cercano a los 2 millones de pesos y deudas de usuarios a los que se les exige pagar con mensajes en la radio comunitaria.

Para José Asunción Blanco Lima, uno de los impulsores de este comité a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, este ha estado siempre vinculado de manera económicamente dependiente con las industrias de la zona.

Tan sólo para las instalaciones de los primeros pasos y las obras completamentarias de los mismos, recordó, fue el dueño de lo que eran Cementos Atoyac, quien puso la mayor parte del capital y material.

“Lo buscamos, le dijimos del agua potable y nos ayudó, fue como el padrino y cooperamos todo el pueblo, todos éramos obreros”, recordó el hombre de 82 años.

Además de la cementera, otras industrias de la época colaboraron para que por medio de descuentos en salarios de los trabajadores, mayormente vecinos de Caleras, pagaran aportaciones para la construcción del sistema vecinal.

Como vecino fundador, comentó Blanco Lima, no descarta contaminantes de industrias de Caleras en barrancas de la comunidad, pero también ve riesgos por descargas de fábricas de Cuautlancingo e incluso de una reciente obra de drenaje en San Felipe Hueyotlipan.

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