¿Cómo duplicar la producción de alimentos para 2030 con menos agua?

27 febrero 2014

Para un sector que tiene el mayor apetito por ello, el reto para utilizar menos agua es, por lo tanto, enorme. Según fuentes del CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica), la agricultura representa en la actualidad tres cuartas partes de toda el agua que se consumen en todo el mundo, y el consumo de agua con fines agrícolas se estima que ha aumentado seis veces entre 1900 y 1975.

Una vuelta rápida por el mundo

La zona agrícola más grande del planeta se encuentra en Australia, con 425 millones de hectáreas, por delante de Brasil (340 millones) , Estados Unidos (220 millones), Rusia (196 millones) y China (125 millones). En Europa, Francia es el líder indiscutible, con casi 28 millones de hectáreas, o sea la mitad de la superficie total del país. Habiéndose convertido en el segundo mayor exportador mundial de trigo, Francia puede declarar su modelo agrícola en un gran éxito. Pero ¿a qué precio? Sin lugar a dudas, el agua y el medio ambiente han estado bajo presión en estos últimos decenios, con la contabilidad del consumo agrícola actual para el 48% del consumo total del país, cifra que puede aumentar hasta el 79% en la temporada de verano de acuerdo con el  Informe Anual 2010 del Consejo del Estado Francés.

Impacto sobre los recursos hídricos 

En primer lugar, esto afecta al volumen de agua utilizada en la agricultura a través del riego. ¡La agricultura representa el 70 % del agua que se utiliza en todo el mundo! Una cantidad asombrosa, que ha conseguido lo mejor de algunos países, que ahora están experimentando estrés hídrico. La enorme cantidad de agua utilizada en la agricultura, principalmente para riego, plantea interrogantes en algunas zonas donde los suministros de agua son escasos, sobre todo en los meses de verano. Estas desigualdades geográficas ponen de relieve la urgente necesidad de formular propuestas para la gestión de las reservas de diferentes maneras.

El segundo impacto de la agricultura es la infiltración de residuos de los plaguicidas y los nutrientes contenidos en los fertilizantes, en particular los nitratos, que se filtran en el suelo , contaminando las aguas subterráneas. Esta contaminación se vió agravada por la introducción de métodos de producción más intensivos en los años 1970 y 1980, y el aumento del uso de fertilizante químico para la agricultura a gran escala y la ganadería intensiva, que iba de la mano con ellos. La cantidad de los recursos hídricos es vital, pero por lo tanto, la calidad es igual de crucial.

¿Sabes qué…?

1 kg de grano de maíz utiliza 454 litros de agua, 1 kg de trigo utiliza 590 litros, 1 kg de soja, 900 litros y 1 kg de algodón utiliza 5.263 litros.


27 de febrero de 2014

Fuente: iAgua.es

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