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Con el agua al cuello

21 noviembre 2007

Ciudad de México (18 de noviembre de 2007).- La mitad de los desastres provocados por fenómenos naturales en México está relacionada con inundaciones, y son nueve los municipios en mayor peligro, de acuerdo con el nuevo Atlas de Riesgos de México, publicado esta semana por la UNAM. Las poblaciones en mayor situación de riesgo por inundaciones son Ecatepec y Naucalpan, en el estado de México; Acapulco, Guerrero; Tijuana, Baja California; Guadalajara, Jalisco; Iztapalapa, DF; Tapachula, Chiapas; Monterrey, Nuevo León, y Torreón, Coahuila.

Además, la mitad de los 2 mil 443 municipios de la República tienen registros de una a más de 40 inundaciones en 34 años, según la investigación del Instituto de Geografía.

El estudio está basado en el número de inundaciones que sufrieron estos municipios desde 1970 a 2004, de acuerdo con una base de datos hemerográfica creada por la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina.

“Todo indica que los fenómenos de inundaciones se irán incrementando en nuestro país, no sólo por efecto de fenómenos naturales sino también por acciones emprendidas por el hombre que ponen en riesgo a cada vez más poblaciones”, sentencia la investigadora Oralia Oropeza.

De acuerdo con la investigadora, en paralelo se presentarán otros fenómenos que podrían agravar la situación, como son la deforestación, el cambio de uso de suelo que provoca la erosión de las tierras, el desvío del curso de los ríos, la construcción de grandes complejos hidráulicos y la saturación de los drenajes.

“Observamos que en 400 de estas poblaciones viven más de 5 mil habitantes, por lo que la magnitud de los desastres podría incrementarse”, alerta la catedrática, quien participó de forma directa en la elaboración de este atlas en su apartado de riesgos.

“El panorama para el DF es cada vez más riesgoso. Cada día hay más población, no hay control de la basura y el drenaje se tapa. El peso de las construcciones está hundiendo a la ciudad, lo que provoca que la inclinación del drenaje cambie y ya no haya desagüe. La ciudad y los municipios conurbados con el estado de México corren peligro”, denuncia la investigadora.

La utilidad de estas investigaciones, dice, es que la gente debe acercarse a ellas, conocer estos mapas porque en ellos encuentra información para la toma de decisiones, desde dónde y por qué comprar o no una casa, hasta hacia dónde queremos migrar o a qué tipos de riesgos nos enfrentamos en nuestra comunidad.

En aumento, el nivel del mar

En el golfo de México cinco regiones de las planicies costeras sufren un proceso de erosión marina, hundimiento y son afectadas por inundaciones debido al incremento del nivel del mar causado por el cambio climático, de acuerdo con una investigación hecha por el geógrafo Mario Arturo Ortiz y la bióloga Patricia Méndez.

Las regiones, ya afectadas por el calentamiento global, son el norte de Tamaulipas, en la llanura donde el río Bravo desemboca en el golfo de México; la región de Laguna de Alvarado, en Veracruz; la desembocadura de los ríos Grijalva-Mezcalapa-Usumacinta, en Tabasco; los Petenes, en Campeche, y bahías de Sian Ka’an, en Chetumal, Quintana Roo. La región de Laguna de Alvarado y la planicie tabasqueña son las que presentan el mayor riesgo debido a las concentraciones de población. Las ciudades de Tlacotalpan y Alvarado, en Veracruz, podrían quedar inundadas ante los efectos del cambio climático.

En el modelo de la investigación realizada en 2004, los investigadores calcularon que si el nivel del mar subiera uno y hasta dos metros, la inundación en suelo continental de la planicie tabasqueña se extendería a un radio de 50 kilómetros.

Debido al riesgo que corren las poblaciones e infraestructura clave en la economía de México, los investigadores trazaron el mapa de riesgos con las acciones que el gobierno debe tomar ante el fenómeno que consideran imposible de revertir.

“Ante este panorama hay tres políticas de normatividad muy claras. Cuando se tiene una infraestructura muy importante, caso de puertos y refinerías, se debe amurallar y proteger para evitar el oleaje y el ascenso del mar, dadas las inversiones que se han hecho”, asegura Mario Arturo Ortiz.

“La política más estricta, la más extrema es la de la retirada. Cuando ya hay pocas oportunidades de ganar frente al problema, si son suelos muy salinos y terrenos dedicados a la ganadería y agricultura, es muy caro rehabilitarlos y lo mejor es la retirada para evitar las catástrofes ante tormentas; es el caso de Tabasco, en especial las poblaciones costeras”, alerta.

La tercera política de normatividad establecida es el uso del suelo de forma racional y estricta, y en una convivencia con el entorno de planicies inundables y en las que no hay población que corre riesgos, como pasa en Tamaulipas, Campeche y Quintana Roo.

La investigación Escenarios de vulnerabilidad por ascenso del nivel del mar en la costa mexicana del golfo de México y el mar Caribe, fue editada por la Semarnat, Conacyt, el centro Epomex de Campeche y la Universidad de Quintana Roo en un libro del mismo nombre.

Para ambos investigadores, los desastres no sólo son naturales sino sociales, y es un error que la clase política y económica de México tome como bandera los efectos del cambio climático para justificar la inoperancia para prevenir los desastres, cuando en sus manos han estado las investigaciones que advierten de riesgos. “Sí hay una gran responsabilidad de la sociedad y de los gobiernos. Es muy frecuente que muchas de las autoridades le echen la culpa a la naturaleza, cuando los responsables somos la sociedad, aunque en diferentes niveles. Influyen la corrupción, la economía, la falta de conciencia”.

Por: Alberto Torres

Fuente: El Universal

Sitio web: http://www.eluniversal.com.mx/nacion/155904.html