Culpa de “gobiernos anteriores”, la tragedia en Tabasco, dice SG

06 diciembre 2007

Ciudad de México (6 de diciembre de 2007).- Ante el reclamo de los senadores de oposición de que se esclarezca la tragedia ocurrida en Tabasco y se finquen responsabilidades, el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, dijo que la investigación debe remontarse a la gestión de gobiernos anteriores.

“Esto no pasó en los últimos tres días; viene de décadas anteriores, por lo que tenemos que hacer la revisión de qué fue, qué se necesita, quiénes no cumplieron con su deber como gobernadores, presidentes de la República o legisladores locales. Estamos interesados en que se conozca toda la verdad”, manifestó.

Dijo que en la indagatoria deben participar la Secretaría de la Función Pública, la Procuraduría General de la República y el Congreso de la Unión para esclarecer el manejo de los recursos entregados a Tabasco, porque “primeramente, de lo administrativo surge lo penal”.

Hasta el momento, el comité de evaluación ha contabilizado daños por 4 mil 38 millones de pesos, pero Ramírez Acuña dijo que seguramente la cifra superará los 7 mil millones, monto fijado para la reconstrucción.

Los damnificados directos son 383 mil, y los indirectos (afectados en vivienda o fuentes de empleo) 1.2 millones, según las cuentas del gobierno federal. En Chiapas, los damnificados suman 73 mil, por la ocurrencia de diversos sucesos, como el deslave en Juan de Grijalva.

El titular de Gobernación aseguró que la Federación ha entregado a Tabasco 3 mil 501 millones de pesos en total –principalmente para la reconstrucción de la estructura hidráulica–, de los cuales, 376 millones corresponden a anticipos para el arranque de obras, además de 15 mil vales –de 10 mil pesos cada uno– para la compra de enseres domésticos.

Dijo que hasta el momento no hay decesos atribuidos a la contingencia, desaparecidos, brotes epidemiológicos ni hechos relevantes de desestabilización social.

Defensa personas y de los suyos

La comparecencia de funcionarios federales ante los integrantes de la Comisión de Recursos Hidráulicos del Senado se convirtió en una larga ronda de explicaciones técnicas respecto a los factores que detonaron el desastre, pero nadie asumió una responsabilidad, al menos parcial, de lo sucedido en Tabasco y Chiapas.

Cada uno puso límites y barreras defensivas para ellos y los suyos; legisladores y funcionarios lamentaron, todos, el nivel que alcanzó la catástrofe,  y hasta exigieron –una vez más– planes preventivos para que no ocurra otra desgracia, producto de la inundación. Pero nadie asumió culpas.

El director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Alfredo Elías Ayub, dijo que el desfogue de presas no fue la causa de la tragedia, porque antes de la ocurrencia de lluvias atípicas (de octubre a noviembre) éstas se hallaban en niveles bajos.

Con base en una amplia exposición de aspectos técnicos, subrayó que la operación del sistema de presas del río Grijalva fue “responsable y escrupulosa”, para garantizar la seguridad de la población.

“Las presas del Grijalva evitaron que la tragedia en Tabasco fuera mayor de lo que realmente fue”, expresó ante los senadores.

Por su parte, José Luis Luege, titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), repitió los argumentos difundidos desde los primeros días de noviembre, incluida la influencia de la atracción lunar que alteró la marea, aunque advirtió que el número de damnificados se elevó porque, en el pasado reciente, el gobierno local permitió la construcción de asentamientos humanos en zonas de riesgo.

“Estamos ante un problema social (de pobreza), político y de corrupción”, aseguró.

Lo anterior –detalló basándose en diapositivas–, por el rango de urbanización, antes y después de 1999; por ello, comentó que poco se puede hacer para evitar una nueva tragedia si continúa la autorización de asentamientos humanos en zonas de riesgo o el corte a barreras de contención. No obstante, admitió que sí hubo restricciones presupuestales, por lo que ahora es necesario impulsar un programa de largo plazo, de reordenamiento, para evitar un nuevo episodio de inundaciones severas.

Tanto el titular de Conagua como el de la Secretaría de Gobernación aseguraron ante los legisladores que emitieron en total 172 avisos y boletines de alertamiento, lo cual evitó la pérdida de vidas humanas.

En esta sesión de defensa colectiva, el senador panista Eduardo Tomás Nava Bolaños consideró que, en el caso Tabasco, “no se trata de buscar culpables ante casos de fuerza mayor”.

Ninguna obra en 20 años

Aun cuando reconoció que durante más de dos décadas se dejaron de realizar grandes obras de infraestructura en el país, debido a la crisis económica, “tenemos ante nuestros ojos  una perspectiva de la vulnerabilidad humana ante la naturaleza”, dijo.

El senador Juan Bueno Torio, su compañero de partido, no se quedó atrás. Ocupó su intervención para refutar al senador perredista Ricardo Monreal, quien minutos antes había llamado a los funcionarios “presuntos responsables de delitos cometidos por la tragedia criminal contra el pueblo”, respecto a la demanda penal que interpuso recientemente en la PGR.

El perredista dejó en claro que el desastre sí era evitable, por lo que “es necesario ubicar a los culpables”. Así, responsabilizó directamente a la CFE por no completar las obras hidráulicas y exigió al gobierno el pago de daños e indemnización a la población, como dictan las normas y tribunales internacionales de justicia.

“El desastre en Tabasco puede tener su origen último en el cambio climático, pero antes tenemos orígenes irresponsables inmediatos (…) La CFE y demás dependencias responsabilizan al cambio climático, a la luna llena, que sin dejar de ser una realidad científica inocultable, se ha convertido en una coartada encubridora en manos de funcionarios irresponsables”, advirtió Monreal.

¿Qué fue lo que de verdad pasó en Tabasco? –preguntó Silvano Aureoles, presidente de la comisión referida, al inicio de la reunión que duró más de cuatro horas.

Para resolver la incógnita, ya trabaja en ello un equipo mutidisciplinario de investigadores universitarios, pero mientras tanto, dijo el legislador perredista, de nada sirve adjudicar la tragedia al cambio climático. “Tampoco sirven las cortinas de humo, las especulaciones, los anuncios espectaculares ni derramar lágrimas ante las cámaras”.

Por: Fabiola Martínez

Fuente: La Jornada

Sitio web: http://www.jornada.unam.mx/2007/12/06/index.php?section=sociedad&article=043n1soc

 

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