El derecho humano al agua implica la protección de los ecosistemas

25 agosto 2017

23 de Agosto 2017
Fuente: ONU Medio Ambiente
Nota: UNEP Stories

La pérdida de servicios ecosistémicos clave socava los derechos a la vida, la salud, los alimentos y el agua. Cuando merman las poblaciones de pescado o se eliminan los filtros naturales que limpian el agua, se afectan los derechos humanos de las poblaciones.

Contaminación por bauxita en Jamaica, 2005 © ONU Agua. Foto tomada de ONU Medio Ambiente.

El acceso al agua y al saneamiento se ha consagrado desde hace mucho tiempo como un derecho humano. Sin embargo, un nuevo informe de la ONU sobre los avances en agua potable, saneamiento e higiene muestra que casi 30 % de la población carece aún de agua segura para beber, mientras que más de 60% vive sin un saneamiento adecuado.

La provisión de agua para uso humano es compleja; el agua es un recurso natural renovable y su ciclo no nace en un grifo y muere en el inodoro. Lamentablemente, las fuentes de agua se han convertido en receptoras de nuestras propias aguas residuales.

Se están haciendo nuevos esfuerzos para salvaguardar y proteger el agua en su fuente. Un reciente informe de la ONU pone en relieve la importancia de un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible para permitir el cumplimiento de los derechos humanos fundamentales, como los derechos a la vida, la salud, los alimentos y el agua. El documento reconoce que la pérdida de servicios ecosistémicos clave socava esos derechos, por ejemplo, cuando se reducen los productos agrícolas y pesqueros, se afecta negativamente la salud o se eliminan los filtros naturales en el ciclo del agua.

La protección y restauración de los ecosistemas de agua dulce, como lagos, ríos, humedales y acuíferos, constituyen una parte clave de la labor de ONU Medio Ambiente. Pero un acceso adecuado al agua y sus usos productivos también requiere sólidos marcos legales y una buena gobernanza.

Específicamente, el monitoreo a la calidad del agua es fundamental para ONU Medio Ambiente, ya que un agua de mala calidad amenaza la salud y el funcionamiento de los espacios naturales.

“Monitorear la calidad de su agua es como ir al médico para revisar los signos vitales”, explica Lis Mullin Bernhardt, de la Unidad de Ecosistemas de Agua Dulce de ONU Medio Ambiente. “Si una persona no se siente bien, acude al médico para explicar sus síntomas y el médico podría medir su frecuencia cardíaca, presión arterial y temperatura para hacer un diagnóstico sobre la causa de la enfermedad y poder tratarla”.

“Estamos viendo todo tipo de síntomas de ecosistemas de agua dulce ‘poco saludables’ a nuestro alrededor: por ejemplo, un aumento en las enfermedades transmitidas por el agua en las poblaciones alrededor de un lago, una disminución en el número de aves o un aumento en las floraciones de algas. Lo primero que un país debe saber para manejar y restaurar los ecosistemas y prevenir la contaminación es lo que hay en el agua, así se puede obtener una mejor idea del origen del contaminante y qué hacer para frenarlo”.

Proteger los derechos humanos con la ciencia

Mediante el Sistema Mundial de Vigilancia del Medio Ambiente sobre Agua (GEMS/Water), ONU Medio Ambiente presta apoyo a los países para evaluar la calidad del agua. Entre sus acciones, facilita el desarrollo de capacidades y publica análisis de datos sobre calidad del agua para apoyar evaluaciones científicas y la toma de decisiones. Los datos de monitoreo de la calidad de las aguas superficiales y subterráneas se comparten a través del sistema de información GEMStat, que alberga el Instituto Federal de Hidrología de Coblenza, Alemania.

GEMS/Water también realiza capacitaciones sobre monitoreo de agua dulce para empoderar a los países a entregar datos fidedignos y confiables; y apoya los esfuerzos para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre agua y saneamiento (ODS 6), con la gestión de datos, la garantía de calidad, el cálculo de indicadores y el desarrollo de capacidades.

A través de la Iniciativa Mundial de Aguas Residuales, una plataforma de múltiples actores, ONU Medio Ambiente y sus aliados están trabajando para crear conciencia sobre la importancia de la prevención de la contaminación y los controles en las fuentes, como claves para reducir la descarga de aguas servidas no tratadas en los cuerpos de agua.

La Unidad de Ecosistemas de Agua Dulce de ONU Medio Ambiente mide y valora los servicios de los ecosistemas, y trabaja para monitorear y proteger los cuerpos de agua dulce a través de su papel en los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con el agua.

Estas y otras iniciativas están respaldadas por la Estrategia de Agua Dulce de ONU Medio Ambiente, que guía a la organización en sus esfuerzos por proteger y restaurar los ecosistemas de agua dulce y sus servicios. Sus prioridades incluyen la promoción de la gestión integrada de los recursos hídricos, la mitigación de los impactos de los desastres y conflictos relacionados con el agua, y la lucha contra la contaminación del agua y la calidad del agua.

ONU Medio Ambiente compartirá información sobre su labor en la Semana Mundial del Agua de Estocolmo, el punto focal anual de las cuestiones mundiales relacionadas con el agua. El tema de esta Semana (28 de agosto – 2 de septiembre) es “Agua y residuos: reducir y reutilizar”.

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