La disponibilidad, calidad y cantidad de agua se sitúan entre la espada y la pared debido al efecto combinado del aumento de la demanda del recurso, el cambio climático y las actividades humanas, según el informe sobre el desarrollo de recursos hídricos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De seguir apostando por este frenesí de excesos, las proyecciones más optimistas apuntan a que el 52% de la población mundial podría vivir a mediados de este siglo en zonas con un alto nivel de estrés hídrico en las que el agua, más que derecho humano, se considerase un auténtico privilegio solo al alcance de los más desarrollados. Leer más.