El suelo y el agua, sustento de vida

29 junio 2023 Agua

RedacciónDiego Prida-Estudiante de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana y agua.org.mx/Karina Bautista-Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental, A.C.

Foto: Shutterstock

El suelo y el agua constituyen una relación vital para cualquier forma de vida en la Tierra. El 7 de julio se conmemora el día mundial de la conservación del suelo, esto como un reconocimiento de la importancia  que tiene para la vida.  Tanto el suelo como el agua son considerados recursos naturales renovables, es decir, que pueden recuperase mediante diversos procesos naturales, no obstante, ambos están siendo consumidos y sobreexplotados a una velocidad mayor a la de su regeneración natural. Esto significa que podrían llegar a agotarse si no se consumen de manera controlada y sostenible.

El suelo y el agua son considerados pilares fundamentales para nuestra existencia y para toda forma de vida, pues permiten que existan procesos biogeoquímicos que propician la circulación de flujos en la Tierra. Algunos de estos procesos son: la ingesta de agua, la respiración y la alimentación[1]. Es muy importante la relación suelo-agua, que cualquier modificación en las condiciones físico-químicas de uno de ellos afectaría al otro. Por ejemplo, el suelo depende del agua, ya que éste la absorbe y actúa como un solvente, moviendo nutrientes a lo largo del suelo[2]. La presencia de agua en el suelo es esencial para la transferencia de nutrientes hacia las raíces de las plantas, lo cual favorece su crecimiento.

En ausencia de agua, los microorganismos no podrán sobrevivir en el suelo, pero ¿cómo se obtiene agua en el suelo? La mayor parte proviene del agua de superficie, ya sea por irrigación o debido a las condiciones climáticas. Por otra parte, el agua también se beneficia del suelo ya que  sirve como almacenador y actúa como depósito, conservando su calidad y cantidad.

Las coberturas del suelo, favorecen el ciclo del agua. Si hay más vegetación se capta más agua en el suelo evitando su escorrentía[3]. Como podemos notar, el suelo, el agua y la vida están intrínsecamente relacionados y su conservación es indispensable.

El suelo y el agua se unen para realizar diversas funciones beneficiosas para la vida. Entre las más importantes:

  • El suelo como fuente de alimento: En el suelo crece el 95% de los alimentos que consumimos, es el soporte nutricional y mecánico para las plantas, y es la principal fuente de materia orgánica para los cultivos. A través de la descomposición de materia orgánica, los organismos del suelo liberan nutrientes que están disponibles para las plantas y cultivos.
  • El suelo como mitigador del cambio climático: El suelo constituye la mayor reserva de carbono orgánico terrestre, más del doble de la cantidad almacenada en la vegetación.[4] El suelo mitiga el cambio climático a través de funciones como el secuestro de carbono y la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero.
  • El suelo como conservador de biodiversidad: El suelo alberga el 25% de la biodiversidad total del planeta. Estos diversos organismos (plantas, animales y microorganismos) brindan innumerables servicios ecosistémicos. Hay más organismos en una cucharada de suelo sano que gente en el planeta[5].
  • El suelo como proveedor de medicina: El suelo proporciona los nutrientes y las condiciones adecuadas para que las plantas medicinales crezcan y desarrollen compuestos químicos con propiedades curativas. Además, proporciona minerales que se utilizan en la producción de medicamentos.

A pesar de los diversos beneficios que el suelo aporta a la vida, su sobreexplotación y contaminación es cada vez más alarmante. La mayor contaminación del suelo es de origen antrópico, y éstas son unas de las más perjudiciales: [6]La contaminación por sustancias químicas, se da cuando se introducen elementos sintéticos en el entorno natural. Algunas de las sustancias son los pesticidas, plaguicidas, hidrocarburos y solventes. La contaminación por infiltración, sucede cuando hay una sobrecarga de agua, ocasionando una saturación donde en muchos casos el agua tiene altos niveles de contaminación, la cual se filtra en el suelo, afectando su calidad. La contaminación por residuos, la acumulación de residuos (domésticos, comerciales o industriales), en un lugar específico provocan contaminación directa del suelo, ya que los residuos se degradan y filtran a través del suelo, el ejemplo perfecto son los vertederos de basura. La contaminación por instalaciones abandonadas, sucede cuando los elementos de las instalaciones abandonadas se convierten en residuos peligrosos y se filtran a través del suelo y el agua, contaminando desde la superficie hasta niveles profundos de la tierra. Finalmente, la contaminación por lluvia ácida, se da cuando partículas de los combustibles fósiles se quedan suspendidas en la atmósfera, y al llover, quedan capturadas en las gotas, llegando hasta los suelos e infiltrándose profundamente.

Ahora que se conoce la riqueza de los suelos, así como sus principales afectaciones por parte de la contaminación, es entendible la urgencia de su conservación y uso sostenible, y para ello existen diversas maneras de hacerlo siendo las principales:

  • Prohibición de prácticas dañinas: Prohibición de fertilizantes, plaguicidas, extracción minera, vertidos de químicos y basura, o cualquier otra actividad que contamine el suelo y el agua.
  • Mitigación de erosión: Implementar técnicas de conservación del suelo, como terrazas, barreras vivas, agricultura urbana, agricultura regenerativa, rotación de cultivos y plantas que den cobertura, para reducir la erosión del suelo.
  • Control de explotación: Evitar la sobreexplotación del suelo, el uso de maquinaria pesada en ecosistemas naturales y el cambio de uso de suelo
  • Conservación de áreas de recarga de acuíferos: Preservar y proteger las áreas de recarga de acuíferos, como los humedales y las zonas de captación de agua subterránea para permitir la recarga de acuíferos preservando su calidad y cantidad
  • Restauración de suelos degradados: Implementar técnicas de restauración del suelo, la bioremediación (restaurar ecosistemas contaminados utilizando seres vivos, como bacterias, plantas, hongos) y la recuperación de áreas degradadas para mejorar la calidad del suelo y su capacidad de retención de agua.

La conservación del suelo y el agua es esencial para garantizar la sustentabilidad ambiental, la mitigación del cambio climático y de la vida. No obstante,  estos recursos están siendo sobreexplotados a una velocidad tan rápida que no permite su regeneración, por lo tanto, debemos protegerlos y utilizarlos manera sostenible de forma que exista un equilibrio.

Fuente: FAO

 

 

Referencias:

[1] Luis, J. (20 de enero de 2023). Cambio climático, agua y suelo. Iagua.

[2] Cromtek (11 de octubre de 2019). LA IMPORTANCIA DEL CONTENIDO DE AGUA EN LOS SUELOS. Cromtek.

[3] Marroquin, M. (25 de Agosto de 2020). CINCO BENEFICIOS DE FAVORECER EL CICLO DEL AGUA PARA LA AGRICULTURA. ASA.

[4] FAO (9 de febrero de 2015). 5 razones por las que el suelo es clave para el futuro sostenible del planeta. FAO.

[5] FAO (9 de febrero de 2015). 5 razones por las que el suelo es clave para el futuro sostenible del planeta. FAO.

[6] Juste I. (21 de noviembre de 2017) Contaminación del suelo: causas, consecuencias y soluciones. Ecología Verde.

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