Eluden pago de agua 25% de usuarios del Valle de México

13 agosto 2009

Primera de dos partes

13 de agosto de 2009
Fuente: El Sol de México
Por Nidia Marin
 
Ciudad de México.- El gigante tiene sed. Su consumo de 33 metros cúbicos de agua por segundo, "lo que equivale a más de mil Estadios Azteca por año", se ha visto mermado por las escasas lluvias y el consecuente descenso del nivel de las presas del Sistema Cutzamala que lo abastecen, así como por las fugas en redes y domicilios, por lo cual el Valle de México vive un severo racionamiento que afecta a 11 millones de personas, aproximadamente.

El panorama no es promisorio, porque el erario pierde 2,000 millones de pesos anuales debido a las fugas en la añosa red de distribución, cantidad que se duplica por las fugas en los domicilios, además de que 25 por ciento de los usuarios jamás paga el agua.

Ello, de acuerdo con el planteamiento de Eduardo Reyes, del Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. (CIDAC) en su trabajo Alternativas para la Crisis de Agua en el Valle de México, en el cual establece los riesgos de que se desaten conflictos de gobernabilidad y refiere la presión que se ejerce sobre las finanzas públicas.

Al plantear la crisis de agua potable que vive la población del Valle de México, señala la contradicción existente: "se padece por su escasez y abundancia".

Lo explica. "Escasez, por las complicaciones de abastecer a una ciudad densamente poblada y con un consumo mayor al disponible en las fuentes locales".

El consumo de la Ciudad de México, añade, "ha provocado la sobreexplotación de los recursos internos y el uso intensivo de fuentes externas".

En cuanto a la abundancia, dice, "porque la ciudad ha sufrido inundaciones desde siempre, por la alta precipitación pluvial durante la temporada de lluvias y las características orográficas del Valle".

* Bajo pago y alto precio

Reyes explica por qué estamos en tal situación crítica: "la zona metropolitana del Valle de México ha experimentado un crecimiento urbano acelerado y desordenado, aparejado con el desarrollo de un sistema hidráulico con poca atención a criterios de sustentabilidad e impacto económico. Los altos subsidios al precio del agua, deficiencias en el cobro por el servicio y en el mantenimiento de la red han agudizado la problemática".

Lo apuntala al señalar que el precio promedio del agua en la Ciudad de México es de 3.5 pesos por metro cúbico por segundo, muy por abajo de su costo, que es de 13.5 pesos. "Aún con este subsidio -añade-, 25 por ciento de los usuarios no paga nunca el líquido que consume. El GDF cobra apenas el 53 por ciento del agua que provee a los usuarios residenciales".

Y precisa una gran verdad: "En el sistema actual, el desperdicio es la norma". Lo demuestra al expresar que debido a fugas en la red de distribución se pierden cada año más de 150 millones de metros cúbicos de agua, que le cuestan al erario más de 2,000 millones de pesos; pérdida que se duplica "al considerar las fugas que tienen lugar en los hogares".

A su juicio, las consecuencias son varias. Una de ellas es el abasto insuficiente al que hace referencia. "Los cortes recientes en el Sistema Cutzamala son un recordatorio de que el abasto regular de agua no está garantizado. Peor aún, para muchos éste es un problema perenne (más de un millón de personas reciben el agua por tandeo y 180 mil ni siquiera cuentan con redes o tomas domiciliarias)", puntualiza.

(La Comisión Nacional del Agua dio a conocer que se reducirá el suministro en 30 por ciento debido al descenso en el almacenamiento del sistema Cutzamala que abastecen al Valle de México, el que apenas alcanza 41 por ciento en promedio. En años normales era de 75 por ciento.

(Se trata del Sistema Cutzamala con sus presas Tuxpan y el Bosque, en Michoacán; Ixtapan del Oro, Villa Victoria, Valle de Bravo, Chilesdo y Colorines, en el Estado de México, que envía el 25 por ciento del agua a 13 municipios del Estado de México: Atizapán, Huixquilucan, Toluca, Naucalpan, Tlalnepantla, Nicolás Romero, Cuautitlán Izcalli, Tultitlán, Coacalco, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Lerma y Ocoyoacac, donde habitan 5 millones de habitantes, así como a 10 delegaciones del Distrito Federal: Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Coyoacán, Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Tlalpan e Iztapalapa, con una población de aproximadamente 6 millones de personas.

(Ha sido tal descenso en las lluvias durante esta temporada que el Valle de México tiene una media histórica de precipitación de 368 milímetros de enero a julio y este año ha sido de 291 aproximadamente, lo que representa un déficit de 21 por ciento.)

Según la Conagua, durante la actual temporada de lluvias no se ha logrado la recuperación de los almacenamientos en las presas de este Sistema, "ya que julio, ha sido calificado por el Servicio Meteorológico Nacional como el segundo mes de julio más seco de todos los registros en 68 años.

El investigador Reyes recuerda que la Organización Mundial de la Salud alerta que la falta de abasto de agua propicia el desarrollo de enfermedades y es un potencial foco de epidemias.

En cuanto a la presión sobre las finanzas públicas, especifica que la falta de pago, los subsidios y las fugas contribuyen a que el Gobierno del Distrito Federal "padezca un déficit anual de 10,000 millones de pesos por la provisión de agua. El gasto en servicios de agua suma aproximadamente el 14% del presupuesto del GDF".

Otra de las consecuencias que menciona es el deterioro del medio ambiente, el cual describe: "Para abastecer a la ciudad de agua se utilizan 900 millones de kilovatios de electricidad (equivalentes al consumo anual de la ciudad de Monterrey), que producen 2,000 millones de toneladas de dióxido de carbono".

Como si no fuera suficiente, "La sobreexplotación de los recursos subterráneos provoca el hundimiento de la ciudad a un ritmo de por lo menos 7 centímetros por año. Este hundimiento provoca fracturas en las redes de agua potable y drenaje, aumentando el problema de fugas e inundaciones".

También enuncia los de gobernabilidad: "48 por ciento de las fuentes de abastecimiento de la Ciudad de México se encuentran fuera del Distrito Federal, lo que favorece la disputa inter-jurisdiccional por el aprovechamiento de un recurso escaso".

* La vía de las correcciones

Eduardo Reyes, en su texto, traza lo que actualmente llevan a cabo las autoridades para corregir el problema: "están canalizando inversiones para reducir las pérdidas por fugas y mejorar la eficiencia en la distribución del líquido. Minimizar el desperdicio es un paso indispensable para garantizar la sustentabilidad del sistema y un imperativo ético considerando los niveles de pérdidas imperantes".

Y menciona cifras espeluznantes cuando expone que "sin embargo, hay consenso sobre la necesidad de realizar, adicionalmente, cuantiosas inversiones en infraestructura hidráulica -que podrían ascender a más de 50 mil 000 millones de pesos- y reducir la brecha entre el precio y el valor del vital líquido".

Su consideración es que, "en general, queda claro que estas iniciativas enfrentan serios retos de carácter financiero, político y social, y que su implementación podría no ser inmediata. También, que se debe evitar un aumento en la dependencia de fuentes externas de alto costo. En este marco, es indispensable adoptar ideas innovadoras que marquen diferencia en el corto plazo".

(Continuará)

 

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