En Argentina, mientras algunos llenan piletas, otros juntan agua de lluvia

23 noviembre 2010

* Un experto sostiene que el consumo que se registra en Yerba Buena es exorbitante. Comenzaron las obras en Anfama, pero el suministro no se cortó. Aún quedan reservas en la red instalada en el piedemonte.

23 de nhovimbre de 2010
Fuente: La Gaceta

TAREA DIARIA. Fernando Córdoba, del barrio Castillo, deja todos los días los tachos de agua para su mamá. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO

 

Ayer a las 8, los operarios de la UNT instalados en Anfama procedieron a cerrar la enorme cañería, el primer paso de la obra de reparación del acueducto que suministra agua a buena parte de los barrios ubicados al pie del cerro San Javier. La obra, que se extenderá al menos durante tres días, amenaza con el corte total del suministro en El Corte y en los barrios más altos de Yerba Buena. Muchos vecinos tomaron recaudos extra ante la inminente falta de agua: verificaron que el tanque esté lleno, cargaron bidones, botellas, fuentones y hasta termos. Pero afortunadamente el agua no les faltó. O, al menos, no más de lo que están acostumbrados.

“Acá siempre hay problemas con el agua, todos los días nos cortan en algún momento, pero es algo con lo que convivimos. El domingo hubo todo el día y hoy (por ayer) cortaron durante la mañana”, le contó a LA GACETA María Olea, una vecina de Las Higueritas al 2.600, en el barrio Horco Molle.

Según informó un vocero de la SAT, la provisión normal de agua fue posible gracias a dos factores: por un lado, la lluvia del sábado que permitió que se recargaran las napas y, por el otro, las reservas que hay en varios tramos del sistema. “Por el momento no hizo falta salir con el camión a repartir agua, pero seguimos atentos y poniendo énfasis en la necesidad de ahorrar más que nunca el agua”, aseveró el vocero.

Penurias habituales

Cuando María Olea se levantó ayer, encontró las canillas secas. No fue algo sorprendente para ella. Preparó su té con el agua que había dejado de la noche anterior y salió a ver su jardín, repleto de hortensias, rosas, calas, manzanilla y decenas de especies más. “Es cierto que el agua escasea y que nos viven cortando, pero acá los vecinos no pueden quejarse muy mucho: todos los días veo cómo uno u otro larga a la calle el agua de las piletas y las vuelven a recargar”, contó.

De lo que más disfruta María es de cuidar su enorme jardín y ver florecer sus plantas. “Todos los días tengo que regarlo, pero para no andar con la manguera derrochando agua, cuando llueve junto agua en un tacho y después la uso para mis plantas”, contó la señora de 80 años.

En el barrio Ampliación Castillo, la familia Córdoba tomó recaudos extra: “Siempre tenemos que juntar agua en fuentones porque en algún momento nos cortan. Ahora dijeron que se iba a cortar por tres días así que llenamos más recipientes por las dudas, pero no se cortó”, explicó Juana Leiva, que vive en su casa junto a su marido y sus seis hijos.

Manos a la obra

En medio de una crisis que dejó sin una gota de agua durante más de seis días a algunos usuarios de barrios, como Horco Molle, Castillo y su ampliación, el viernes pasado la Municipalidad de Yerba Buena anunció el comienzo de una excavación para captar agua y solucionar el eterno problema de esta zona. La obra durará al menos un mes y es una tarea conjunta del municipio, la SAT y el Instituto Provincial de la Vivienda.

En tanto, el grupo vecinal “Por Yerba Buena” organizó para hoy a las 21 una mesa panel para informar a la comunidad por qué es que falta agua en Yerba Buena. En el encuentro, que tendrá lugar en Bascary 550, tres profesionales disertarán sobre uno de los problemas que más preocupan a los habitantes de la vecina ciudad.

FranklinAdler, uno de los expositores, adelantó a LA GACETA algunos puntos sobre los que se explayará en la conferencia. “Es una buena noticia saber que se están haciendo nuevos pozos, pero, a mi juicio, el problema va a seguir en forma estructural por varios años. Yerba Buena no es una zona en la que abunden los recursos hídricos. Las tomas son subterráneas y se alimentan básicamente con la recarga (agua por lluvia) en el piedemonte. Y todo esto tiene un límite”, explicó. El experto afirmó que Yerba Buena está creciendo demasiado y que tiene una demanda de agua que es desorbitante. “Además del derroche típico de agua que hay en nuestra cultura, es una zona en la que hay jardines grandes y piletas. Hay que tener en cuenta que todo esto tiene un límite, aunque nadie sabe bien cuál es”, explicó.

Como solución, el ingeniero propuso imponer una racionalización del consumo. “Esto se logra por medio de la medición. A quien esté dentro de los parámetros racionales de consumo se le debe cobrar en forma razonable y a quien se exceda se lo debe penalizar. El consumo normal debería ser de entre 250 y 300 litros por día por habitante; en Yerba Buena se consumen 600 litros por día por habitante. Con la medición quizás se logre bajar en unos años a 500 o 400 litros y después, a medida que la gente tome conciencia, se pueda llegar a la medida normal”, afirmó.

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