Escenarios extremos del agua en México carecen de planificación

27 julio 2015

AFP

El problema en México en materia de planeación es muy grave, nos acostumbramos a los “bomberazos”, afirma Ramiro Rodríguez del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

De acuerdo con el académico, no hay proyectos nacionales a largo plazo que consideren posibles escenarios extremos para enfrentar sequías o el exceso del líquido por las intensas lluvias en algunas regiones del país.

Por ejemplo, muchos países que siembran caña de azúcar dedican una parte importante de su producción al etanol como biocombustible. En México, se podría empezar a cosechar más caña en regiones que se dedican a otros productos.

Otro de los problemas que enfrentan los agricultores es que no se les ha dado la atención necesaria para que experimenten otros sistemas de cultivo —por goteo o aspersión controlada— como la hidroponía. “Algunos utilizan el recurso de los pozos, en lugar de obtener aguas residuales tratadas para riego”, afirmó Ramiro Rodríguez.

Cualquier solución se verá reflejada en los precios de los productos. “No pagamos los costos reales, pero es el productor agrícola el que al final paga los platos rotos, porque buena parte del subsidio va a los consumidores. En la nación, la población entera, sin saberlo, sobrevive con subsidios en los alimentos”, indicó.

Agua del subsuelo

En México no existen recursos hídricos superficiales suficientes, por lo tanto, dependemos prácticamente del 70 por ciento del agua subterránea. Tampoco se cuenta con una institución que se enfoque en organizar esfuerzos y trabajos dedicados al agua subterránea.

“Esto significa que deberíamos tener ubicados, medidos y estudiados, los acuíferos de nuestro territorio y preservar su calidad, porque son nuestras reservas, de ahí es donde saciamos nuestra sed”, apuntó.

Si se habla de la subterránea, no se refiere a la que llovió ayer, aclaró. En algunas urbes del centro del país, la que llueve y se infiltra puede tardar docenas o cientos de años para terminar en un acuífero, destacó el especialista.

La eficacia del sistema doble de drenaje

Algunas naciones cuentan con un sistema doble de drenaje: uno para el agua residual y otro para la de lluvia, esto con el objetivo de evitar que esta última se mezcle y sea más fácil almacenarla, tratarla, manejarla, y disponer de ella para otros usos.

En la ciudad de México, el líquido pluvial no se aprovecha debido a que se une con el residual. En épocas de lluvia salen hacia el exterior de la cuenca entre 35 y 40 metros cúbicos por segundo de agua mezclada.

“En los territorios con sistema doble de drenaje, el que captura el líquido residual se dirige a una planta de tratamiento, y el que capta el de lluvia va a otra planta, a un sistema lagunar artificial o a una presa, lo que permite que su tratamiento sea mucho más barato, sencillo, y que se puede usar en la misma ciudad o en la agricultura”, concluyó el académico.

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14 de julio del 2015

Fuente: Teorema ambiental

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