Exponen especialistas dudas sobre NAICM

30 octubre 2014

 

Pocos asistentes acudieron al foro que organizó el gobierno federal para dar a conocer a la población de la región oriente del Valle de México el proyecto aeroportuario.

Ramón Ojeda Mestre, secretario general de la Corte Internacional de Arbitraje y Conciliación Ambiental (CIACA), consideró que el proyecto aeroportuario es la oportunidad más desafiante y más importante que se ha presentado en la historia contemporánea de México, con el que se debe demostrar que los mexicanos son capaces de hacer un plan de gran envergadura y de largo aliento, pero con criterios ambientales, sociales y de los derechos humanos, explicó.

Gustavo Alanís Ortega, director del Centro Mexicano del Derecho Ambiental (Cemda), pidió que se establezca un grupo ciudadano para que las obras se puedan monitorear tal y como fueran planeadas.

Además, solicitó una opinión a Protección Civil federal para que realice un estudio en el territorio de construcción del aeródromo, para saber si el tipo de suelo existente podrá soportar las obras, pues es una área sísmica y con cercanía a los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

El ambientalista propuso que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) intervenga para que garantice el salvamento y protección de vestigios arqueológicos que se encuentran en la zona donde se ubicará la terminal aérea.

Patricia Muñoz Sánchez, investigadora de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), dijo que independientemente de las virtudes en materia de construcción arquitectónica de vanguardia, el nuevo aeropuerto estará asentado en lugares que forman parte importante de la recuperación y preservación del equilibrio ecológico, no solamente de la región, sino de la propia Zona Metropolitana del Valle de México.

“El nuevo aeropuerto ahondará la fragilidad en el impacto ambiental, urbano, social, cultural y económico de la región, toda vez que reconfigurará el territorio ejerciendo una fuerte presión sobre los recursos naturales como lo es el agua, el suelo, la vegetación y el aire; mismos que no sólo reducirán la calidad de vida de los habitantes, sino el deterioro de la cultura y formas productivas locales. Habrá la desarticulación de comunidades y aumentará la fragmentación y pérdida del tejido social”, expresó.

Fernando José Montes de Oca, presidente del Instituto Mexicano de Derecho Forestal Ambiental, manifestó que se debe definir qué se va a hacer con la extensión territorial con la que se cuenta y se debe iniciar el proyecto de reforestación en toda la franja donde se alzará el aeropuerto.

“La información que genere el esfuerzo interinstitucional y multidisciplinario, será el origen para definir la pertinencia del planteamiento constructivo del nuevo aeropuerto.

“Debido a la relevancia de la información que produzca el plan de investigación, su colofón debería ser un proyecto museográfico de orden regional, en el que se integren los resultados y se explique a la población la dinámica de interacción entre naturaleza, comunidades humanas y Lago de Texcoco”, expuso.


28 de octubre de 2014
Fuente: Ciudadanos en Red
Nota de  Emilio Fernández. Corresponsal | El Universal

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