La crisis del agua coahuilense

12 julio 2016

De acuerdo con el Atlas, en México hay mil 71 municipios con alta y muy alta vulnerabilidad de agua ante el cambio climático, y la agricultura es el sector productivo con mayor riesgo.

De acuerdo con los expertos elaboradores del Atlas, sus proyecciones arrojan cifras alarmantes. Por ejemplo, se prevé una crisis de desabasto de agua muy grave en el centro del país, en 10 años. Los impactos del cambio climático agudizarán aún más la situación de desabasto a lo largo del país.

Creo que en un primer acercamiento a los datos y proyecciones que arroja el IMTA, algo que sobresale es definitivamente el muy corto plazo en el que se prevé que comience una crisis hídrica en el país. Diez años antes de una crisis de desabasto en una de las regiones más pobladas no sólo de México, sino del mundo en tan corto plazo. Ante situaciones así, lo que instintivamente pregunto es: ¿Hay un plan de acción para enfrentar una crisis de tal severidad en un país azotado por problemas económicos, políticos y sociales? ¿Existe alguna planeación, capacidad de reacción o incluso conocimiento del problema en las zonas más vulnerables? La respuesta a esta y otras preguntas resulta realmente escalofriante, ya que es muy probable que esta sea que no. Los municipios, los estados y el país entero en realidad no está bien preparado para enfrentar la severidad de las crisis que están ya en nuestra puerta.

En otras ocasiones he hablado de la severidad de los impactos del cambio climático en el mundo, en México y en Coahuila. Sin embargo, los efectos que agudizan la grave crisis hídrica son los más graves de todo. La razón es muy sencilla: dependemos del agua para todo.

El agua ahora es un derecho incluido en nuestra Constitución. Sin embargo, y sobre todo enfatizando la severa crisis de justicia que existe en nuestro país, ¿cómo podrá el Estado garantizar el derecho al agua? Este cuestionamiento es muy importante y digno de una gran reflexión. Frente a la inminencia de una crisis hídrica generalizada en el país, ¿qué hará el Estado para garantizar aquello que en realidad no estará en posibilidad de garantizar? ¿Es el derecho
humano al agua garantizable? Sólo un Estado responsable podría comprometerse a ello, ya que requiere mucha planeación, diálogo científico, esquemas de adaptación eficientes y un excelente manejo hídrico. Además de lo anterior, para enfrentar esta situación, no será posible hacerlo bajo un esquema de corrupción e inconsciencia corporativa, que bien conocemos nosotros en Coahuila.

Frente al uso criminal que las mineras hacen del agua en el norte del país por un lado, y por otro, también la explotación de la industria cervecera en nuestro estado. En días recientes, el Edil de Zaragoza, Leoncio Martínez, envió una carta al gobernador Rubén Moreira para solicitarle agua potable para la población. Mientras que la empresa estadunidense Constellation Brands utiliza mil 400 litros de agua por minuto para fabricar una cerveza que no se vende en México, sino que se va directo a Estados Unidos, las poblaciones de Coahuila sufren por que no cuentan con agua. Este es otro tipo de saqueo de un recurso más valioso que el oro que dejamos que se lleven las empresas canadienses.

Esta empresa cervecera viene a saquear el agua potable que tenemos y luego ni siquiera permite que las ganancias directas de la explotación del recurso vital se queden en México. Todo se va a Estados Unidos, y el impacto
ambiental provocado se queda sin reclamarse y sin ser considerado ni siquiera.

Si unimos este tipo de comportamiento de servilismo a los corporativos extranjeros por encima de los derechos de los mexicanos, con la severidad de la crisis hídrica que enfrentaremos, entonces vemos la dimensión real del problema.

Sin agua no hay agricultura. Coahuila, como hemos dicho en otras columnas, es muy vulnerable a los impactos del cambio climático particularmente en el sector agricultura. Sin agricultura no hay seguridad alimentaria, con desnutrición vendrá también la miseria, delincuencia y otros muchos impactos sociales. Así de importante es luchar por garantizar la disponibilidad hídrica en el estado.

También así de importante resulta luchar contra la corrupción que rodea las políticas que favorecen únicamente la explotación de nuestros recursos por parte de corporaciones extranjeras que saquean nuestros recursos no renovables, sin consideración alguna del impacto ambiental tan grave que dejan en nuestro estado.

Simplemente no podremos hacer frente a la severa y preocupante crisis que tenemos frente a nosotros con las políticas públicas que tenemos en la actualidad. Recordemos que tenemos muy poco tiempo para actuar al respecto.

Tendremos alrededor de 10-15 años para planear cómo enfrentar la crisis del agua que viene. No más retórica ni corrupción. Es hora de actuar.


12 de julio de 2016
Fuente:   Zócalo
Nota de Silvia Guadalupe Garza Galván

Artículos relacionados
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El consumo de carne es bastante común en nuestra sociedad, pero causa graves daños al ambiente. ¿Cómo contamina el agua? ¿Qué sabes sobre el tema?

¡Pon a prueba tus conocimientos en este tema! ¡Y diviértete!

 Ir a la trivia