La guerra por La Parota

10 diciembre 2007

La Parota, Guerrero (9 de diciembre de 2007).- Conforme pasan los días y se escurren los meses, lo que impera y se acrecienta en esta región del país es un pueblo partido en dos: un sí que se aviva en dar su consentimiento para que se construya la hidroeléctrica, en tanto que la otra faceta es un no que se enciende como reto para quien se atreva a hacer algo en ese sentido sobre estas tierras ubicadas en la montaña guerrerense.

En esta zona localizada a 28 kilómetros del puerto de Acapulco, los comuneros y ejidatarios se han colocado en sus respectivas trincheras y desde ahí esperan impacientes para saber si la Comisión Federal de Electricidad construye o no el proyecto hidroeléctrico La Parota.

Ante este escenario, la CFE considera “necesario construir organizaciones comunitarias y económicas autónomas, reconstruyendo el tejido social”, así lo refiere en uno de sus documentos más recientes sobre el proyecto, mismo que fue presentado en septiembre de este año y que se denomina Coordinación de Proyectos Hidroeléctricos de la Gerencia General de Construcción de la paraestatal.

Por ello, si el sí llega a salir avante, se iniciaría de inmediato el proceso expropiatorio de al menos 19 núcleos agrarios, así como el pago de indemnizaciones, con base en la Ley Agraria, y la reubicación de 14 poblados —diez son totales y cuatro parciales— lo que haría una suma aproximadamente de tres mil 39 habitantes y 809 viviendas. Además, la CFE ha dado su palabra de que elaboraría un conjunto de acciones que permitan resarcir las afectaciones que provoque la construcción del proyecto hidroeléctrico.

El siguiente paso del sí, sería el de inundar con agua al menos 14 mil 866 hectáreas, de un total de 11 mil 500, mediante los cauces del río Papagayo con el fin de que la presa se localice a 11 kilómetros aguas debajo de la cortina de La Parota que tendría una altura de 164 metros.

Si el sí sale exitoso, la CFE tiene el compromiso de construir casas habitación, equipar edificios públicos, urbanizar las zonas y pagar la escrituración a los pobladores que sean reubicados. Del municipio de Acapulco cinco ejidos y dos bienes comunales se verían inundados de la siguiente manera: Ejido Los Huajes que cuenta con una superficie total de tres mil 480 hectáreas, se inundarían 714.31 hectáreas lo que representa el 20 por ciento; Dos Arroyos que tiene una superficie total de 7 mil 913 hectáreas, se inundaría el 43 por ciento, es decir, tres mil 438 hectáreas.

Del ejido Las Sabanillas, que tiene tres mil 368 hectáreas, el embalse o inundación del territorio sería de 267.94 hectáreas, un ocho por ciento. De Alto Camarón, cuya superficie es de dos mil 987 hectáreas, se inundarían mil 767 hectáreas, es decir, el 59 por ciento. De Agua de Perro, que tiene mil 702 hectáreas, su inundación alcanzaría el 19 por ciento, que significan 319 hectáreas.

Por lo que hace a los bienes comunales, el de Agua Zarca vería inundado mil 664 hectáreas de sus 4 mil 613 que tiene. En tanto que de Cacahuatepec, se inundarían dos mil 315 hectáreas de un total de 37 mil 622 con que cuenta. Por lo que hace a este bien comunal, la CFE indica en su documento referido que los poblados Parotillas, Agua Caliente, El Cantón, Las Cruces, Huamuchitos, Salsipuedes y Cacahuatepec están “fuera del proyecto”. Y es que son justo estas poblaciones en las que se encuentra el bastión principal del movimiento opositor a este proyecto y que se conoce como Consejo de Ejidos en Contra de la Parota (Cecop).

Del municipio de Juan R. Escudero, se verían involucrados tres ejidos y sus cuatro poblados. Del ejido Tierra Colorada 197 ejidatarios verían sus casas, un total de 56, inundadas; del ejido Omitlán quedarían bajo el agua 133 viviendas de 485 habitantes. Del municipio de San Marcos serían inundadas 34 viviendas de sus 132 habitantes del poblado el Chamizal, ubicado en los bienes comunales de Agua Zarca de la Peña.

Cada uno de esos habitantes tendría el derecho de ver restituida no sólo su vivienda sino el ver obras de construcción de jardín de niños, escuelas primarias, centros de salud, parroquias, comisarías, canchas deportivas y nuevos panteones; además de contar con agua potable, electricidad y drenaje. “Por eso y más queremos y exigimos el sí”, afirma Mario Carmona, habitante del poblado La Concepción y uno de los principales líderes a favor de la construcción de la presa La Parota.

Mario Carmona, de 47 años de edad, nació en estas tierras, como sus padres y sus abuelos. Este líder que le apuesta al sí, asegura que no sólo la mayoría de los habitantes de La Concepción siguen su causa, sino también de otros poblados y ejidos, con quienes organiza asambleas informativas para dar a conocer los avances del proyecto.

“Yo creo que este proyecto va a terminar siendo de todos y nos va a dar trabajo a todos, habrá trabajo de mano calificada”, confía y aporta datos novedosos que contradicen las recientes declaraciones del gobernador del estado, Zeferino Torreblanca en el sentido de que su posición es neutral y de reconciliación entre las partes.

Y es que a decir de Mario Carmona, el gobernador, en coordinación con la Universidad Autónoma de Guerrero, organizó y coordinó cursos de manejo de maquinaria pesada para los pobladores que le apuestan al sí.

“Ese curso nos lo dieron en el poblado de San Isidro Gallinero y al término de éste nos dieron una credencial que nos acredita como trabajadores capacitados y nos llamarán apenas comiencen las obras de construcción de la presa. Incluso durante el curso nos dieron una beca”, aseguró Carmona.

Mario Carmona agregó que las reuniones de los pobladores que están por el sí, se dan cuando así lo requieren los funcionarios del gobierno del estado y de la CFE. “Me llaman por teléfono o yo les llamo de vez en cuando y así le hacemos el resto de los coordinadores que estamos ubicados en diversos ejidos y bienes comunales tales como el señor Quiñones, ubicado en el poblado Las Parotillas; Israel Lorenzo, en Cacahuatepec; Francisco Morales, en Parotas; en San Isidro”.

El líder dijo a MILENIO Semanal, que “los funcionarios nos dijeron que lo que restaba del año ya no iba a darse nada de movimiento ni de declaraciones, pero Elías Ayub echó el chingadazo por delante y se calentó el asunto”. Domitilo es compadre de Mario Carmona. Es un señor cuya edad raya los 60. Sin dejar de atender su estanquillo, asegura que su compadre tiene toda la razón; sin embargo, le pide al reportero que “hable con la verdad… dígame si es cierto que va a cumplir todo lo que promete la CFE. No sé si me estén engañando y por eso la gente se pone en contra, aunque mi compadre tenga la razón”.

Con los machetes por delante

En uno de los tantos panteones que hay en esta región del país, como hay ejidos y poblados, una mujer de edad avanzada recién falleció. Su nombre en vida fue el de Margarita. Ella fue líder en el movimiento opositor. Hoy sobre su tumba ubicada en el poblado de Agua Caliente, su epitafio lo dice todo: “A TODOS MIS COMPAÑEROS LES PIDO QUE NO DESMAYEN EN LA LUCHA EN DEFENSA DE LA TIERRA Y EL AGUA. YO LES PUSE EL EJEMPLO Y JAMÁS DI UN PASO ATRÁS ¡PÓNGANSE LAS PILAS! LA TIERRA NO SE VENDE. “NO A LA PAROTA”

Y es que lo dicho por Mario Carmona en el sentido de que las declaraciones de Elías Ayub calentaron el ambiente, se nota a las primeras de cambio.

Marco Antonio Suástegui, uno de los principales líderes de la Cecop, narra los momentos de tensión que se vivieron en el movimiento opositor cuando se enteraron de que Elías Ayub aseguraba que un juez ya había dado luz verde a la construcción de la obra. “Todo mundo quería sacar los machetes. Había mucha indignación y tuvimos que ir atenuando ese ambiente ante las declaraciones incendiarias de Elías Ayub que no fueron sino eso y toda una provocación”, dice Suástegui.

Durante una charla telefónica con el editor nacional de MILENIO Diario, Francisco Garduño, Suástegui hizo suya la intención de los ejidatarios y comuneros que se oponen a la obra de La Parota: “El gobierno nos está obligando a sacar los machetes y a defender con sangre nuestra tierra”.

Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, y que asesora jurídicamente a la Cecop, aclaró que el movimiento opositor a la presa no está preparando una resistencia violenta.

Empero reconoció que los opositores “están dispuestos a defender la tierra con su vida”. Y es que esas fueron las expresiones de los mismos ejidatarios que el domingo 2 del presente mes, expresaron durante la Asamblea que se realizó en Cacahuatepec, región rural de Acapulco y limítrofe con la Costa Chica.

Abel Barrea dijo que en dicha asamblea se llegó al acuerdo de defender resoluciones judiciales y no hacer uso de la violencia, pues tanto el Tribunal Unitario Agrario, como el Juzgado Tercero de Distrito, ambos con residencia en Acapulco, brindaron medidas de protección a favor de los comuneros y ejidatarios opositores a la presa para el efecto de evitar que la CFE ingrese a sus territorios comunales.

Otro acuerdo fue hacer valer la decisión unánime de la asamblea realizada el 12 de agosto del presente año en la que participó directamente Eugenio Laris Alanís, director de Inversión Financiera de la Comisión Federal de Electricidad, a quien le consta que más de tres mil campesinos y campesinas manifestaron su rechazo al proyecto.

Además de ello, Abel Barrera también admitió que los campesinos manifestaron su preocupación sobre las declaraciones del director de la CFE, Elías Ayub, en virtud de que no son apegadas a la verdad, pues afirma que la paraestatal ganó un juicio de amparo que le permite iniciar con el proceso de construcción de la presa, lo cual es del todo falso porque el amparo se encuentra en trámite de revisión.

Por esas razones, dijo, los campesinos opositores acordaron defender su territorio por la vía legal, haciendo valer los juicios de amparo 447/2005, 72, 73 y 74, todos de 2006 ante el Tribunal Unitario Agrario de Acapulco, y los juicios 821/2006, así como el 637 y 638 del mismo año, ante el juzgado de distrito con sede en Acapulco, que impide toda acción de preparación y ejecución de la presa.

El mismo Elías Ayub reconoció que no se hará ninguna obra en esta región del país si no es con la anuencia de los ejidatarios.

Pros y contras

Los ejidatarios y comuneros que se manifiestan por el no a la construcción de la hidroeléctrica La Parota son un total de ocho mil 284 y están concentrados principalmente en cuatro de los diez y nueve núcleos agrarios que están involucrados en el proyecto de construcción de la hidroeléctrica.

En el ejido Dos Arroyos los comuneros opositores son un total de 572; en el ejido Los Huajes, 224; en el ejido La Palma, 203, en tanto que en el bien comunal de Cacahuatepec está el mayor número de la resistencia con un total de 7 mil 285 comuneros.

Por lo que hace a los ejidatarios y comuneros que están por el sí, estos se aglutinan en torno a al menos cuatro líderes que operan tanto en diversos poblados como en ejidos y bienes comunales. Uno de ellos, que es considerado como una especie de coordinador general de los pobladores por el sí, se llama Mario Carmona y está ubicado en el poblado La Concepción. Él asegura que cerca de dos mil ejidatarios son los que ha logrado congregar en diversas reuniones informativas a favor de La Parota. Otro líder a favor es el señor Quiñones, ubicado en los linderos de Tierra Colorada. Ahí la mayoría está por el sí y sus habitantes son 684.

Israel Lorenzo organiza a los comuneros y ejidatarios que no están con la resistencia en Cacahuatepec, principalmente en Las Crueces y El Cantón. Francisco Morales opera en el poblado de San Isidro Gallinero. Más de mil comuneros y ejidatarios también le apuestan al sí.

Por: Rodolfo Montes/ enviado y Juan José Delgado/ corresponsal

Fuente. Milenio

Sitio web: http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=575533