Muere millón y medio de niños por falta de agua y saneamiento

17 marzo 2010

* En México, 13% de habitantes de zonas rurales no tienen acceso al líquido: Unicef

17 de marzo de 2010
Fuente: La Jornada
Nota de Ángeles Cruz Martínez

Por la falta de acceso al agua potable y los servicios de saneamiento cada año muere un millón y medio de menores de cinco años en el planeta, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS). El principal reto para superar el problema es la carencia de drenaje, que afecta a 39 por ciento de la población global, sin el cual es poco lo que se puede avanzar en materia sanitaria, indicó.

Aún cuando se cumpla la meta del milenio de garantizar en 2015 las fuentes de abastecimiento de agua potable, a la que ya tienen acceso 87 por ciento de personas, alrededor de mil millones quedarán excluidas de las mejoras en servicios de saneamiento.

Un informe emitido por el organismo en colaboración con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) plantea respecto de México que en las zonas rurales 13 por ciento de la población todavía no tiene acceso al líquido, mientras en las áreas urbanas el promedio es de 4 por ciento.

De cualquier manera representa una mejoría respecto de la situación que prevalecía en 1990, cuando 36 por ciento de personas que vivían en áreas rurales y seis por ciento de las urbanas carecían de acceso al agua potable.

En cuanto al mejoramiento de servicios, el reporte Progresos en materia de saneamiento y agua potable 2010 indica que todavía 10 por ciento de individuos en las áreas urbanas y 32 por ciento en las rurales no cuentan con drenaje y de alguna forma están en contacto con excretas, sea porque entre dos o más hogares comparten el baño o porque las letrinas no reúnen las condiciones de sanidad necesarias.

Otros grupos (2 por ciento en ciudades y 12 por ciento en comunidades rurales) todavía defecan al aire libre. De acuerdo con el informe, en el periodo 1990-2008 se registró una mejoría significativa en las zonas rurales, donde el porcentaje de personas que lograron garantizar una separación efectiva e higiénica de las excretas –sistema de drenaje, tanques sépticos, letrinas o baños ecológicos– pasó de 30 a 68 por ciento en dicho lapso.

En las áreas urbanas del país 80 por ciento de habitantes contaban con ese beneficio y en 2008 el porcentaje fue de 90.

En relación con el panorama mundial, el informe señala que para 2 mil 600 millones de personas todavía son inexistentes los servicios de saneamiento. De hecho, indica, de mantenerse la tendencia actual para 2015 alrededor de mil millones todavía estarán excluidos de esas mejoras.

La buena noticia, sostiene el documento, es que la defecación al aire libre –práctica que involucra los mayores riesgos para la salud– bajó en todo el mundo de 25 por ciento en 1990 a 17 por ciento en 2008. Ello significa que 168 millones lograron tener acceso a sistemas seguros de desecho o depósito.

Sin embargo, expresa, aún es un hábito extendido en Asia meridional, donde aproximadamente 44 por ciento de la población defeca al aire libre.

El estudio reconoce las desigualdades que persisten entre quienes viven en las ciudades y el campo, pues la mayoría de quienes carecen de agua y servicios de saneamiento se encuentran en las áreas rurales: siete de cada 10 personas sin servicios básicos de saneamiento y ocho de cada 10 que carecen de agua potable.

Las inequidades de género también afloran en este panorama, pues en los hogares que carecen del líquido son las mujeres quienes tienen que ir a buscarlo. Así ocurre en tres cuartas partes de familias de 45 países en vías de desarrollo analizados por la OMS y el Unicef.

Esa tarea corresponde a los niños en 12 por ciento de los núcleos familiares. Y nuevamente con mayor carga para las mujeres, en particular para las menores de 15 años, que duplican en número a los niños que efectúan la misma labor.

Al analizar las diferencias entre países ricos y pobres, resulta que sólo en la población de África subsahariana 20 por ciento de la población más rica tiene el doble de probabilidades de utilizar una fuente de abastecimiento de agua potable mejorada y casi cinco veces más posibilidades de disponer de servicios de saneamiento, con relación al 20 por ciento de los habitantes más pobres. Las mismas disparidades se encuentran en otras naciones, asegura el informe.

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