Piden en el Senado revocación definitiva a Cabo Cortés

09 septiembre 2010

Ponderan riesgos en el arrecife así como contravenir lo establecido en el Programa de Ordenamiento Ecológico de Los Cabos 

9 de septiembre de 2010

Fuente: Tribuna de Los Cabos

Por Humberto Peña

El Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México en el Senado de la República, solicitó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la revocación definitiva de la autorización otorgada al proyecto denominado Cabo Cortés, en virtud de que pone en riesgo el arrecife de Cabo Pulmo, considerado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, así como por contravenir lo establecido en el Programa de Ordenamiento Ecológico del Municipio de Los Cabos.

El pasado 6 de septiembre, el coordinador de la Fracción, senador Arturo Escobar y Vega, presentó un punto de acuerdo sobre el proyecto denominado Cabo Cortés en donde hizo una amplia exposición de motivos que llevaron a ese grupo de Senadores a solicitar la revocación del mismo. Relata que en 2008, la empresa Hansa Urbana obtuvo la autorización por parte de la Semarnat para iniciar la construcción del megacomplejo turístico Cabo Cortés, previsto en el municipio de Los Cabos.

El proyecto se desplegaría sobre una extensión superior a tres mil 800 hectáreas, contaría con una marina de 490 amarres, dos campos de golf, capacidad para 30 mil cuartos y cinco mil viviendas para los trabajadores; es decir, una capacidad habitacional casi igual a la de Cancún, Quintana Roo. Mencionó que ese desarrollo colinda con Cabo Pulmo, un Parque Marino Nacional que es parte de la lista del Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, y que en 2008 fue incluido en la lista del Convenio Ramsar para la protección de humedales de importancia internacional.

Apuntó que diversas organizaciones ambientalistas solicitaron a la Semarnat, la revocación definitiva del proyecto Cabo Cortés, en virtud de que pone en riesgo el arrecife de Cabo Pulmo, de gran importancia internacional. Dos años después y ante recursos legales de organizaciones como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) y Defensa Ambiental del Noroeste (DAN), la Semarnat decidió que la autorización no debió otorgarse, evidenciando el error de la misma dependencia.

“El hecho de que la Semarnat otorgara la autorización para el proyecto Cabo Cortés y después pretenda modificarlo porque tiene irregularidades que no fueron bien analizadas al recibir la manifestación de impacto ambiental del proyecto, pone en evidencia la forma en que se aprueba este tipo de proyectos que ponen en riesgo el medio ambiente”, dijo. Confirmó que en efecto, Cabo Cortés es un proyecto que pone en riesgo el arrecife de Cabo Pulmo, de gran importancia internacional y es por ello que algunas organizaciones ambientalistas como Wildcoast (Costa Salvaje), CEMDA, Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo A. C. (ACCP) y Greenpeace, solicitaron a la Semarnat su revocación definitiva. Apuntó que ante las manifestaciones de esos grupos, dicha dependencia suspendió de forma temporal el permiso para la construcción del proyecto turístico Cabo Cortés.

A este respecto calificó importante mencionar que aún y cuando el proyecto se apega a la vocación de uso del suelo, se contrapone con el criterio ecológico I-10, establecido en el Programa de Ordenamiento Ecológico del Municipio de Los Cabos que señala expresamente “no deberá permitirse ningún tipo de construcción en la zona de dunas costeras a lo largo del litoral”. De acuerdo con el diseño del citado proyecto la construcción de la marina del proyecto Cabo Cortés, se ubicaría en una zona de dunas costeras, por lo que estaría contraviniendo dicha restricción. En ese sentido y de conformidad con el artículo 35 fracción III inciso a) de la Ley General para el Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente (Lgeepa), la Semarnat, debe negar una autorización –o solicitud de autorización- en materia de impacto ambiental cuando la obra o actividad sometida a evaluación en la materia contravenga lo dispuesto en un ordenamiento ecológico, o Plan de Ordenamiento Ecológico como también se le designa, entre cuyas especies se ubica el ordenamiento ecológico local.

En el anterior orden de ideas, refirió que la autorización del proyecto Cabo Cortés carece de debida motivación en tanto que es requisito previo sine qua non a la emisión de una autorización en los términos del artículo 35 fracción II de la Lgeepa es que el proyecto o actividad sujeta a evolución guarde conformidad y no contravenga, entre otras disposiciones, el ordenamiento ecológico. “Resulta, acorde a lo visto, que esto no tiene lugar al no guardar congruencia la Manifestación de Impacto Ambiental con el Programa de Ordenamiento Ecológico del Municipio de Los Cabos respecto a su criterio I-10”. Escobar y Vega, aseveró que desde el punto de vista del ecosistema aún faltan elementos para garantizar que los bienes ambientales conservados, como es el arrecife Cabo Pulmo, se mantengan en su estructura y función. Citó que hay especies de moluscos, reptiles, tortugas, ballena jorobada, peces martillo y de pico, así como de ornato, que se recrean alrededor del arrecife, entre ellos varios en peligro de extinción; es hogar de mantas gigantes, tiburones, tortugas marinas, y paso obligado de ballenas jorobadas y refugio de especies protegidas por ser consideradas raras o amenazadas; el proyecto contará con 490 amarres y se construirá en una zona de dunas, lo que afectaría al flujo de las mareas y pondría en peligro el delicado ecosistema; contará con una planta desalinizadora que proveerá una cantidad de 750 litros por segundo y devolverá 500 litros de amargos y salmueras al mar. El resto del agua potable que usará Cabo Cortés será extraída de pozos, lo que significa que monopolizará el agua del único acuífero significativo en uno de los ecosistemas más desérticos del País.

De la misma manera, la propia Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), emitió dentro del procedimiento de evaluación, en julio del 2009, una opinión negativa sobre el informe de impacto ambiental presentado por la empresa Hansa, y sobre el impacto potencial del proyecto. Puntualizó que también la Dirección General de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial de la Semarnat, señaló la inviabilidad legal del proyecto dado que contraviene tanto el Plan de Ordenamiento Ecológico de Los Cabos como programas sectoriales y legislación. Dichos elementos no fueron tomados en cuenta por la Semarnat en su estudio de la manifestación, pero que ahora han sido considerados gracias a las presiones sociales e instrumentos jurídicos interpuestos en contra de la autorización del citado proyecto.

Reveló que el Subsecretario de Gestión e Impacto Ambiental de la Semarnat y el comisionado de la Conanp, destacaron que se solicitaron nuevos estudios de impacto ambiental a las autoridades, para entregarles un permiso más sólido. Sin embargo, las ONG’s, organizaciones civiles y pobladores del lugar, exigen que se revoque por completo la autorización, no que únicamente se modifique. Su grupo parlamentario considera que el proyecto contraviene lo dispuesto por los ordenamientos ecológicos vigentes en la región. El Municipio de Los Cabos cuenta con un Programa de Ordenamiento Ecológico consensuado y decretado. El proyecto de Cabo Cortés infringe abiertamente algunas de las disposiciones de ese ordenamiento, como la prohibición de construir en zonas de dunas. De manera aún más grave, la Semarnat al otorgar la autorización de impacto ambiental, ignoró el consejo de su propia Dirección General de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial, que emitió una opinión técnica contraria al proyecto, por contradecir el Programa de Ordenamiento Ecológico citado.

Advirtió que la infraestructura de Cabo Cortés, principalmente la marina y la desalinizadora, representan riesgos graves para la salud del arrecife de Cabo Pulmo. En el caso de la desalinizadora, los planes del desarrollador no garantizan que la salmuera no termine en el arrecife. El caso de la marina es aún más grave, pues su dragado generaría altos niveles de turbidez, que afectarían directamente al coral.

Por último, la construcción de las más de 30 mil habitaciones que contempla Cabo Cortés significaría la llegada de unas 40 mil familias a una zona escasamente poblada. Ese crecimiento poblacional rebasaría con toda certeza la capacidad de carga de las comunidades locales de un municipio como Los Cabos, que ya hoy sufre los efectos del crecimiento desmedido.

El desarrollo bien planeado, que garantiza la salud de ecosistemas tan importantes como Cabo Pulmo está en el interés de todos. A la inversa, un desarrollo como Cabo Cortés supone muchos más costos tanto ambientales como sociales, que los escasos beneficios que traería. Por lo anteriormente expuesto y fundado, los senadores del Partido Verde Ecologista de México, Arturo Escobar y Vega, Ludivina Menchaca Castellanos, Javier Orozco Gómez, Francisco Agundis Arias, Jorge Legorreta Ordorioca y Manuel Velasco Coello, es que piden la cancelación de ese multimencionado proyecto turístico.

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