Planeta enfermo

29 octubre 2010

Cerca de 3 mil científicos de todo el mundo estuvieron trabajando durante 6 años para llegar, en 2007, a una preocupante conclusión: nuestro planeta está gravemente enfermo. Para muchos de los investigadores, la enfermedad es irreversible.

28 de octubre de 2010
Fuente: El Universal
Por Luis Maldonado Venegas

Cerca de 3 mil científicos de todo el mundo estuvieron trabajando durante seis años para llegar, en 2007, a una preocupante conclusión: nuestro planeta está gravemente enfermo. Para muchos de los investigadores, la enfermedad (todo lo que ha traído consigo el cambio climático provocado por el calentamiento global) es irreversible.

Pronostican que la temperatura de la Tierra aumentará 4 grados centígrados hacia finales de siglo; el nivel del mar se elevará entre 18 y 59 centímetros en 2100, en función de los diferentes escenarios previstos; se reducirán los casquetes polares, y no descartan que a fines de siglo, el Polo Norte se derrita por completo, lo que elevaría siete metros el nivel de los océanos. Ya tenemos una ominosa señal en México: los estados de Tabasco y Oaxaca están cediendo playas al mar.

A este sombrío panorama se acaba de sumar el Informe Planeta Vivo, del Fondo Mundial para la Naturaleza, que califica como “alarmante” el estado de salud de la Tierra.

Según ese informe, mil millones de personas no tienen acceso suficiente al agua potable. Hay graves reducciones de especies en las selvas y los mares. Las poblaciones de vertebrados en las zonas tropicales bajaron 60% desde 1970, y 70% de la existencia de peces está amenazada por la sobreexplotación y, en general, la salud de los ecosistemas del mundo ha disminuido 30%.

Si no se toman medidas inmediatas para darle sustentabilidad a la Tierra, los expertos calculan que en 2030 harán falta dos planetas y casi tres en el año 2050 para satisfacer las demandas de la humanidad.

Esta crisis, sin embargo, ofrece la oportunidad de reevaluar el modelo de desarrollo y actuar en lo urgente. Si no lo hacemos, habrá sequías severas, hambruna, huracanes más violentos, el mar devorará litorales, los océanos cubrirán miles de islas y cambiará la geografía de la Tierra.

Con interés y preocupación, el Senado de México creó en julio último la Comisión Especial de Cambio Climático, cuyos integrantes ya han propuesto una amplia agenda de trabajo para que la Unión Interparlamentaria también presente su posicionamiento sobre el tema, en el curso de la 16ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y 6ª Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto, a celebrarse en Cancún del 29 de noviembre al 10 de diciembre próximos.

“El cambio climático ha sido identificado como la mayor amenaza a los ecosistemas mundiales y al desarrollo de la humanidad”, advierten los legisladores mexicanos.

Susan Solomon, prestigiada investigadora del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, ha hecho otra fría advertencia: “Los seres humanos somos muy adaptables y sin duda nos adaptaremos a los cambios. Pero debemos preguntarnos cuánto daño queremos realmente que sufra el planeta, cuánto cambio climático debemos permitir y cuánto tendremos que aceptar como alimento suficiente para la humanidad”.

Falta saber quién atenderá las respuestas y actuará en consecuencia.