Pretende explorar Pemex en pantanos

01 junio 2010

Pide permisos para dos proyectos en Tabasco.

Temen ambientalistas que intente perforar en zona de amortiguamiento.

Tienen añejo interés en el área

31 de mayo de 2010

Reforma, estados/ 31 Mayo, 2010
Carlos Marí

VILLAHERMOSA.- Pemex solicitó a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorización para reanudar la exploración de yacimientos de gas en la zona de amortiguamiento de Pantanos de Centla.

Esta petición de la paraestatal, que pretende invertir en ese proyecto casi 700 millones de pesos, ha puesto en alerta a las autoridades de esa reserva de la biosfera y a agrupaciones ambientalistas.

Ahora, Pemex gestionó ante la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Semarnat los proyectos de exploración sismológica Cobo II y Tojual, que implican el uso de “explosivos sismográficos altamente direccionales con mínima liberación de gases”, en esta zona que se caracteriza por diversidad de especies de flora y fauna.

Cobo II comprenderá un tendido de pequeños pozos para hacer estallar dinamita a lo largo de mil 668 kilómetros para “líneas receptoras” y 858.5 para “líneas receptoras”, en la zona norte de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera de Pantanos de Centla.

Mientras que Tojual prevé el depósito de explosivo en 984 y 685 kilómetros, respectivamente, pero incluyéndose tramos lagunares.

De acuerdo con los de Manifiestos de Impacto Ambiental (MIA) que tramitó Pemex ante la (DGIRA), los estudios sismológicos con uso de dinamita no están prohibidos para ninguna de las actividades normadas como altamente riesgosas.

Pemex señala en sus nuevos proyectos, el uso de este tipo de explosivos como posible riesgo en su actividad exploratoria, pero presume que con esta tecnología ha conseguido que la DGIRA aprobara los proyectos Chopo, Paradera Norte, Pradera Sur y Cobo Norte.

En ambos documentos, Pemex asegura que en la actividad sismológica existe una “reversibilidad total”, en cuanto a la alteración causada en impactos generados al suelo, aire y vegetación, ya que -argumenta- asimilan los efectos con una “autodepuración” del medio ambiente.

La paraestatal asegura que la exploración sismológica no implica que posteriormente habrá un crecimiento (de actividades de explotación o exploración) en las zonas núcleo I y II de la Reserva de la Biosfera, prohibidas para cualquier actividad productiva, porque sólo obtendrá información del subsuelo.

Por su parte, el director de la RBPC, Carlos Bautista Jiménez, afirmó que aún cuando los proyectos son viables en términos ambientales, la paraestatal debe hacer modificaciones y sujetarse a condicionantes.

En el caso del Cobo II, detectó que Pemex incluyó un tramo de la zona núcleo de la reserva de Pantanos de Centla, a la altura de la laguna de El Viento, y ante ello, pidió que Pemex la excluya y considere otras alternativas.

“La Dirección de la Reserva ya pidió la exclusión de la laguna del trazo original del proyecto y le corresponderá a la DGIRA emitir, en todo caso, la condicionante”, expuso Bautista Jiménez.

Además, recomienda a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental que le condicione a Pemex, tanto para el Cobo II como para el Tojual, que entregue reportes del monitoreo sobre los posibles impactos a la flora y fauna.

“Si bien la Manifestación de Impacto Ambiental señala que las actividades a realizar son de bajo impacto, se deberá de implementar un programa de monitoreo de cada uno de los factores bióticos (agua, peces, aves, entre otros), que nos permita tener un seguimiento puntual del impacto que se ocasionará a dichos componentes, debiendo informar oportunamente y de manera periódica a la Dirección de la Reserva el resultado de los mismos”, señala el documento que remitió Bautista a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental.

Para Hugo Ireta, miembro de la organización ecológica Santo Tomás, ninguno de los dos proyectos debe de ser aprobado por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental , porque con las reformas a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, del 23 de febrero del 2005, se estableció que sólo las comunidades asentadas en las reservas naturales pueden desarrollar actividades económicas.

Esa restricción, refirió, entró en vigor 180 días después de su publicación, y por lo tanto, agregó, “Pemex no puede realizar ningún proyecto exploratorio en la zona núcleo ni tampoco en las de amortiguamiento”.

El ambientalista manifestó su preocupación porque ambos proyectos de Pemex se sitúan en la periferia de la zona núcleo y teme que a partir de los datos de yacimientos que obtenga, perfore pozos ya sea en la zona de amortiguamiento o en las clasificadas como núcleo.

Y mientras la Semarnat emite los resolutivos, Petróleos Mexicanos ya tiene retraso en el inicio del proyecto Cobo II, que tenía previsto iniciar a partir del pasado 1 de marzo.

“Estamos viendo la factibilidad de estos dos proyectos, respetando las normas y demás disposiciones ambientales y si es factible, lo llevamos a cabo, si no, no”, admitió el subdirector regional Pemex Exploración y Producción, José Serrano, el pasado 7 de mayo.

Zona de impacto

Pemex presentó dos nuevos proyectos para explorar la Reserva de la Biosfera de Pantanos de Centla.

Tojual

Inversión: 346 millones de pesos
Periodo programado para realizarse: 1 julio del 2010 al 30 de abril del 2012
Extensión: 143 kilómetros cuadrados
Localización: Norte de la zona de amortiguamiento de la RBPC
Municipios: Centla

Cobo II

Inversión: 346 millones de pesos
Periodo programado para realizarse: 1 de marzo de 2010 al 31 de diciembre de 2011
Extensión: 407.6 kilómetros cuadrados
Localización: sur de la zona de amortiguamiento de la RBPC
Municipios: Macuspana, Centro, Centla y Jonuta

Tienen añejo interés en el área

VILLAHERMOSA.- A diferencia del resto de las reservas naturales decretadas por el Gobierno federal, la de Pantanos de Centla que sobresale por su extensión y biodiversidad en manglares, es la única en la que Pemex cuenta con instalaciones petroleras y busca nuevos yacimientos de hidrocarburos.

La Reserva de la Biosfera de Pantanos de Centla, creada por decreto presidencial, el 6 de agosto de 1992, con una extensión de 302 mil 706 hectáreas, cuenta con 434 especies de plantas, 39 de peces, 50 de anfibios y reptiles, 60 de mamíferos y de aves, 125, entre ellas varias migratorias que provienen desde Norteamérica.

No obstante esta diversidad, Pemex tiene el siguiente inventario en las zonas núcleo y de amortiguamiento, que son las restringidas: 55 campos petroleros con 295 pozos; 5 estaciones de recolección, 150 líneas de descarga de pozos y 5 ductos.

Según datos de la paraestatal, si bien a partir de 1995 la operación de Pemex se redujo a siete campos, la producción pasó 446.5 millones de pies cúbicos de gas a 51 mil 800 millones de pies cúbicos, en 1997.

Actualmente, la RBPC es atravesada de noreste a suroeste por tres ductos que transportan hidrocarburos de la Sonda de Campeche al Complejo Petroquímico de Ciudad Pemex, con una longitud de 96 kilómetros.

La insistencia de Pemex de explorar la zona es tal, que la Semarnat en los últimos cuatro años, le ha rechazado al menos cinco proyectos y ha modificado varios de los que le ha autorizado.

El caso más sobresaliente, fue el proyecto Perforación y construcción de infraestructura de pozos exploratorios ubicados en zona de amortiguamiento Pantanos de Centla, el cual recibió tres negativas, entre el 2005 y 2006.

“Hay la insistencia de Pemex con ese proyecto, pero hasta ahora por la cercanía con el campo Narváez y la conceptualización de su polígono de carácter regional y algunas omisiones, lo más seguro es que se le va decir que no (se puede)”, advirtió Juan Carlos Romero Gil, director de la RBPC en diciembre del 2005.

Desde aquél entonces, Romero Gil detectó que Pemex intentaba explorar los yacimientos de la RBPC solicitando varios proyectos que a su vez ocasionaban “daños sinérgicos” que, según el Plan de Manejo de esa reserva, son la suma de “daños acumulados”.

Otra de las razones por las que se pronunció en contra de ese proyecto, es que Pemex formulaba sus actividades a escasos metros de la RBPC, como ahora sucedió con el Cobo II, donde su sucesor, Carlos Bautista Jiménez, pidió la modificación del trazo de la exploración sismológica.

Pemex manifiesta la urgencia de explotar más gas natural en esa zona y a la vez buscar una “reconciliación productiva” con la normatividad ambiental, según destaca dentro de su Programa Estratégico de Gestión Ambiental.

“El objetivo es establecer una reconciliación productiva con la naturaleza, para que fomente un manejo racional del medio ambiente y no frenar a la producción con el pretexto de sus probables efectos nocivos, pero que tampoco impulse a la producción sin considerar alguno de sus posibles efectos ambientales negativos”, argumenta Pemex en sus recientes proyectos.

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