“Science” dedica serie a la basura y necesidad de cambiar actitud

09 agosto 2012

9 de agosto de 2012

Fuente: ElPaís.cr

Por Harald Michaelis

En la basura hay tesoros por descubrir. Bajo esta consigna, expertos analizan en una serie de artículos que inicia hoy la revista “Science” la situación de los desechos en todo el mundo y las formas de evitarlos o gestionarlos mejor que hasta ahora.

En el ciclo humano del agua hay un artefacto que ha hecho una victoriosa conquista del mundo a partir de Europa a fines del siglo XIX: el inodoro. En la actualidad no solamente hay modelos que ahorran agua, sino algunos que reciclan para el compostaje la orina y los deshechos sólidos. En la metrópolis de Hong Kong, con sus millones de habitantes, se utiliza en los WCs agua de mar y se ahorra así un 20 por ciento del agua potable.

El avance en estos terrenos no se detiene: este mismo mes varios equipos de investigadores presentarán sus nuevos prototipos en una muestra en Seattle, Estados Unidos. Su objetivo es ganar el premio que ha instituido la Fundación de Bill y Melinda Gates para “la reinvención del inodoro”.

El principal obstáculo son las concepciones culturales fijas, sobre todo en Occidente, escribe el redactor de “Science” Greg Miller. Como la cultura del “tirar de la cadena y olvidarse”.

Mark van Loosdrecht, de la holandesa Universidad de Delft, presenta una propuesta para resolver uno de los peores problemas, la eliminación del nitrógeno en el agua de desecho. Con su técnica, bautizada Anammox, bacterias transforman los nitratos y nitritos sin oxígeno en nitrógeno que se evapora en el aire. Con ello se evita la sobrecarga del agua.

“En el año 2000 construimos en Hattingen una de las primeras plantas, y entretanto hay unas 30 en toda Alemania”, señaló a dpa Jörg Hennerkes, de la Asociación del Rin. “Este procesamiento no necesita sólo menos energía, sino que además no requiere la introducción externa de carbono. Eso funciona muy bien”.

De los desechos sólidos se ocupa Bruce Logan, de la Universidad Estatal de Pennsylvania en University Park (EEUU), que presenta prototipos de células de combustible microbiológicas. Éstas usan las características de ciertas bacterias del género Geobacter que se producen por la fermentación para producir electricidad. Aunque aún están comenzando a desarrollarse, estas técnicas apuntan nuevas formas de aprovechar los desechos biológicos.

Algunas sustancias problemáticas se pueden reutilizar de forma sencilla, como el polipropileno. Y también en los metales, que en teoría serían fácilmente reciclables, queda mucho por mejorar. En todo el mundo suelen reutilizarse los metales más comunes como el hierro, el níquel y el cobre, pero un análisis más detallado revela que durante toda su trayectoria de la mina a su desecho se pierde mucho: en el níquel por ejemplo un 48 por ciento.

También es necesario desarrollar proyectos para elementos poco comunes como el litio y el neodimio, que tienen un papel cada vez más importante en la alta tecnología.

En este contexto, la mejor alternativa sería un reciclaje mundial de todas las partes de los aparatos, algo que tiene que ser previsto ya desde el diseño. Aquí el problema no es la tecnología, según “Science”, sino los ciclos ya establecidos, que cuesta cambiar. Y eso necesita más bien impulso social.

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