Río Nazas: sólo 30 kilómetros con caudal, el resto está seco

21 febrero 2012

*  Por 270 km del cauce, que pasa por áreas urbanas y ejidales, dejó de correr agua hace 70 años
* Gladis Aguirre Balza, directora del Parque Cañón de Fernández, explicó que esta área protegida es la última esperanza de que La Laguna mantenga una recarga permanente en los mantos acuíferos.

21 de febrero de 2012
Fuente: Milenio
Nota de Héctor García

En el Cañón de Fernández el río Nazas sigue vivo, le quedan 30 kilómetros. Foto: Hector Garcia

Torreón .- La parte baja del río Nazas, motivo de asentamiento de los laguneros que llegó a comprender 300 kilómetros de agua lineales, no ha muerto por completo pues 30 kilómetros sobreviven dentro del área natural protegida: Parque Estatal Cañón de Fernández.

A pesar de que en los 270 kilómetros restantes, que pasan por diferentes áreas urbanas y ejidales, corresponden al lecho seco del río por el cual dejó de pasar agua desde hace 70 años, este ecosistema natural es el recuerdo que motivó a nombrar a esta tierra la Comarca Lagunera.

Gladis Aguirre Balza, directora del Parque Estatal Cañón de Fernández, explicó que esta zona ubicada al sur del municipio de Lerdo, representa la zona más importante de la cuenca baja Nazas Aguanaval; la cual inicia desde la Presa Francisco Zarco en Durango, y llegaba hasta a la desaparecida Laguna de Mayrán en Coahuila.

Resume que esta área protegida es la última esperanza de que La Laguna mantenga una recarga permanente en ciertos mantos acuíferos: para que este desierto siga habitado por las próximas generaciones.

Explicó que a pesar de que las compuertas de la presa se encuentren cerradas la mayor parte del tiempo; el río sigue vivo. Gracias al agua que logra filtrarse de la bóveda, por lo que se mantiene el humedal durante todo el año.

Esa parte del río que sobrevive, contribuye a un alto porcentaje del agua que se recarga todos los años en el acuífero principal y en el de Villa Juárez.

La parte baja del Río Nazas, forma parte de la cuenca Nazas Aguanaval, la cual mide 600 kilómetros lineales y nace en la parte alta de la Sierra Madre Occidental; este sistema hídrico está conformado por dos presas: la primera es la Lázaro Cárdenas (El Palmito), presa captadora; y la Francisco Zarco, presa derivadora y reguladora.

Según estudios realizados por la Comisión Nacional del Agua, el tramo del río Nazas que pasa por el Cañón de Fernández, aún cuenta con la capacidad para purificar y mantener el líquido en los estándares adecuados.

Para Gladis Aguirre, esta zona protegida es la evidencia de todos los servicios ambientales que los laguneros deberían haber recibido.

Pues además de sus contribuciones hidrológicas y de alto impacto ante el cambio climático, el cañón guarda valores escénicos, recreativos y biológicos; servicios ambientales que asegura muchas veces no se valoran porque no cuestan.

Indicó que el parque estatal representa el sitio más importante para la recreación de los habitantes de La Laguna, pues solamente en Semana Santa recibe más de cinco mil personas, quienes acuden para hacer uso de las bondades del ecosistema natural.

“Esa riqueza biológica, es la importancia por la que se debe permite seguir teniendo el cauce, seguir teniendo el agua. Que sea el último sitio de la cuenca baja, es de vital importancia”, contó.

Recordó que los laguneros decidieron colonizar el desierto pues contaban con el río Nazas como aliado, por ello que sea una fuente de identidad regional.

Enfatizó en que a los laguneros se les olvida que viven dentro de un desierto, detalle que asegura no debe pasar desapercibido, pues a pesar de vivir en una zona que está rodeada de cultivos verdes como la alfalfa -los cuales son utilizados como insumos- no representan un recurso natural.

“Nosotros vivimos en el desierto y el río Nazas. Nuestro padre Nazas fue almacenando durante siglos y siglos ese reservorio de agua. El que pasara por esos lugares no fue al azar”, recordó.

Gladis Aguirre espera que las personas que toman las decisiones que afectan directamente a sitios como el Cañón de Fernández, las tomen de manera inteligente y no se repitan los mismos errores del pasado.

En riesgo área protegida por falta de pagos

La administración de la reserva estatal, representa un ejemplo de participación democrática, pues convergen tanto gobierno, como la sociedad. La administración del Cañón de Fernández se realiza con la participación ciudadana por medio de Prodefensa del Nazas, asociación civil que promovió la declaratoria de área protegida; mientras que el Gobierno del Estado de Durango, es el único encargado de aportar el recurso económico para el sustento de la zona.

Gladis Aguirre, directora del sitio protegido asegura que el formato mediante el cual se administra, debe asegurar la sana relación de sociedad y gobierno.

“El que la sociedad esté involucrada en proyectos como estos, dan certeza, dan continuidad y transparencia”, asegura.

Actualmente la reserva es atendida únicamente por dos personas, quienes llevan a cabo los diferentes proyectos dentro de la zona: conservación, educación ambiental, vigilancia permanente, relación con la sociedad, entre otros.

Es un área que depende directamente del estado de Durango para el aspecto financiero y trabajan en coadministración directamente con la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Estado.

A pesar de que se ha resentido un distanciamiento en esa relación, por la falta de algunos pagos, los directivos del área y de la sociedad civil, esperan que el lazo se refuerce y realicen esfuerzos en conjunto en pro del Cañón de Fernández.

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