Ríos: por el cambio climático se espera que a cada año bueno le sigan 3 o 4 secos en Argentina

04 noviembre 2015

El especialista, que disertó en la jornada de conferencias sobre cambio climático “La Casa Común, Laudato Sí, reflexiones a partir de Francisco” que se desarrolló este viernes en el departamento, explicó que debido al fenómeno global se espera una disminución de las nevadas en la cordillera en invierno y un aumento de las lluvias en el llano en el verano. A esto se suma que durante el siglo XX se redujeron por el calentamiento global los glaciares que alimentan los ríos mendocinos.

En ese marco, Villalba instó en diálogo con UNO San Rafael a no bajar la guardia porque el fenómeno de El Niño, que provocó más nevadas en la cordillera en los últimos meses y que ayudará a tener mayores caudales en este verano, durará hasta mediados de 2016.

“Según las estimaciones de Irrigación, el caudal del Diamante va a estar alrededor de un 78 a un 80% del caudal medio y el Atuel en un 85%”, pero “El Niño tiene una duración de un año y generalmente después viene el evento conocido como ‘La Niña’ que genera situaciones totalmente opuestas. Los pronósticos indican que para julio del año próximo habrá desaparecido El Niño, con lo cual no esperaríamos un invierno nevador”.

Entonces “lo importante es ser consciente que tener un año de buena precipitación en esta zona es algo que no va a ocurrir en forma continua por varios años”, sino que “hay que estar preparado para enfrentar esa enorme variabilidad de un año con alta precipitación seguido de tres o cuatro años de sequía, como la actual crisis hídrica”, advirtió el director del Ianigla.

Adaptarse a la nueva realidad

El cambio climático indica, según el científico, que “en el largo plazo vamos a tener mayor frecuencia de años secos, pero van a ser interrumpidos por eventos húmedos, entonces lo importante es cómo vamos a aprovecharlos para enfrentar los posteriores años secos”.

Consideró que hay que adaptarse a esa situación con diversas medidas como mejorar la eficiencia de riego y el transporte del agua desde el río a la finca. “Si llueve más en verano ¿cómo vamos a aprovechar esa agua? Los reservorios son una posibilidad”, planteó.

Además, ejemplificó que a inicios de octubre “Irrigación cerró el río Atuel para ahorrar agua tras las lluvias, entonces ese tipo de manejo son los que vamos a tener que implementar para ser más eficientes. Mientras llueva en el llano, se puede ir llenando el dique. Habrá que colocar medidores de humedad en las fincas para saber cuándo erogar agua por los cauces”.

“No significa que porque tengamos un año nevador nos tenemos que olvidar del problema del agua, estamos viviendo en una zona árida”, sentenció.

Inédito

Aunque 1968 fue el año de menor cantidad de nieve precipitada en cordillera, en los últimos 70 años relevados no hay registros de cinco años consecutivos de pocas nevadas en alta montaña, según Ricardo Villalba.

José Luis Salas

unosanrafael2012@gmail.com


02 de noviembre del 2015

Fuente: Uno San Rafael 

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