Salud prevé que dure meses labor para prevenir dengue y paludismo en México

10 septiembre 2010

10 de septiembre de 2010

La Secretaría de Salud mexicana consideró hoy que durarán “varias semanas o meses” las labores para prevenir el dengue, el paludismo y otras enfermedades en las zonas inundadas del sudeste de México, explicó hoy Miguel Ángel Lezana, alto funcionario del ministerio.

“En este momento son muy importantes las acciones que se están llevando a cabo para atender a la población afectada en todas las localidades” de varios estados afectados por graves inundaciones, especialmente los de Tabasco y Veracruz, agregó el experto.

El también director General del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (Cenavece) señaló en declaraciones a la emisora MVS que en estos momentos hay desplegadas brigadas que trabajan “a nivel comunitario” en realizar recorridos “casa por casa, brindando información a la gente, dotándolos de algunos insumos que son importantes”.

En los casos más graves la población ha sido evacuada a refugios temporales porque sus viviendas están anegadas, pero los que siguen en sus casas reciben “suero oral para casos de diarrea”, sustancias “para que desinfecten el agua” y recomendaciones sobre “qué hacer en caso de alguna enfermedad”.

“Además, a través de estas mismas brigadas, llevamos a cabo acciones para controlar las poblaciones de mosquitos que pueden transmitir enfermedades como el dengue, el paludismo, y que son muy importantes en esta zona”, añadió Lezana.

Varios estados de México, especialmente los del sudeste del país, padecen estos días las consecuencias de severas lluvias que han inundado amplias zonas del país y obligado a evacuar poblaciones como Tlacotalpan y Minatitlán, ambas en Veracruz.

Lezana señaló que el interés del Cenavece es estar y continuar algún tiempo en las zonas afectadas “fumigando, invitando a la población a eliminar recipientes que puedan funcionar como criaderos de mosquitos”.

Otras labores emprendidas el organismo incluyen brindar “atención médica permanentemente” y “psicológica” a los refugiados, así como garantizar que “toda la red de los servicios de salud (…) preste servicios las veinticuatro horas, de manera continua, para que la gente que se quedó en sus domicilios pueda acudir a estos centros”.

Datos de la Cruz Roja cifran hasta el momento en más de 600.000 las personas damnificadas por los estragos de la lluvia repartidos en los estados de Veracruz, Tabasco, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Tamaulipas, principalmente.