¿Seguiremos mandando el dinero de Sacmex por un tubo?

15 junio 2018 Agua

14 de junio de 2014
Fuente: Contraloría Ciudadana Autónoma del Agua de la Ciudad de México

SACMEX cuenta con 1.5 mil millones anuales para obras hidráulicas, del Programa de Devolución de Derechos (PRODDER), manejado a través del Fideicomiso 1928. Desde 2008 ha estado gastando este dinero en los Túneles Emisor Oriente y Canal General.  En su programa de gobierno, Claudia Sheinbaum se compromete a seguir dedicando recursos al Emisor Oriente con la expectativa de “terminarlo pronto”.  Esta obra, asignada a un consorcio encabezado por Grupo Carso sin licitación y sin proyecto ejecutivo, por un costo total supuestamente de 9 mil millones, este año habrá consumido $50 mil millones, y la ASF afirma que todo indica que seguirá rebasando estimaciones de costos y de fecha de conclusión.

Aún cuando se haya concluido Emisor Oriente, no habrá acabado la “necesidad” de seguir construyendo túneles–proyectos que intentarán de seguir imponiéndonos con supuestos mapas del Zócalo bajo agua.

La realidad es que el Lago Tláhuac-Xico, a una altitud de 2225 msnm este año (se está hundiendo 35 cm/año), el punto más bajo de toda la cuenca, ya queda por debajo de la entrada al Emisor Oriente (2235 msnm)–siendo una altitud fija, dado que el TEO se ha construido en roca fija.

Se está repitiendo la misma historia siglo tras siglo–obras faraónicas para poner fin para siempre a las inundaciones en roca fija, para drenar una ciudad en pleno proceso de hundimiento.

La propuesta es comprometernos a gastar TODOS nuestros recursos públicos en una serie interminable de túneles interconectados hasta lograr un queso gruyer… el cual seguirá hundíendose en relación con los túneles de salida.  (Esto a su vez, genera presiones para entrar en arreglos privatizantes, para esconder deuda que podríamos evitar.)   (La Conagua y BM ya están sentando las bases para la 4a. etapa Cutzamala vía APP.

https://www.gob.mx/conagua/documentos/programa-de-seguridad-hidrica-y-resiliencia-para-el-valle-de-mexico-proseghir )

(Ver también: https://agua.org.mx/biblioteca/marco-de-gestion-social-y-ambiental-para-el-proyecto-resiliencia-y-seguridad-hidrica-del-valle-de-mexico/ )

Al terminar el TEO, todavía faltarían 30 km para conectar los túneles La Compañía y Canal General…

No tenemos que tirar recursos frescos tras los recursos mal gastados.  En algún momento tenemos que romper con este paradigma.

Por debajo de las arcillas, la base de la cuenca inclina hacia el sur–el sur siempre va a hundirse más rápidamente… y llueve más en el sur que en el resto de la cuenca.

Si damos lugar al agua en el sur, principalmente a través de la profundización de sus lagos y las actuales lagunas de regulación, podríamos almacenar el agua de lluvia localmente–para prevenir inundaciones y encharcamientos, contar con agua para usos varios y hasta para su potabilización (Lago Tláhuac-Xico podría proveer agua para 1.2 millones en la zona con menor acceso a agua de calidad de toda la Ciudad.)

Esta estrategia es complementaria a la de “jardines infiltrantes”–y de mucho mayor impacto… y más costo efectiva.  Las aguas de lluvia se presentan con volúmenes que rebasan las tasas de infiltración de jardines y pozos–se tendría que almacenar para poder infiltrar…  Y luego hay problemas con la calidad del agua infiltrada, y el hecho de que los pozos de infiltración en zonas fronterizas con arcillas han estado causando dinámicas de erosión subterránea y socavones.  Y se requiere de menos energía para utilizar agua almacenada en la superficie que la del subsuelo.

La obra del Lago sería sencilla… excavación de arcillas que podrían servir como material de construcción, con la posibilidad de provocar hundimientos con pozos superficiales que extraerían agua de las arcillas (técnica inventada por el Dr. Nabor Carrillo y utilizado para crear el lago que lleva su nombre).  Se iría avanzando celda por celda–cada una aumentaría la capacidad de almacenamiento y reduciría la necesidad de bombeo (actualmente el agua de Tláhuac pasa por 9 estaciones de bombeo).  Una vez que se empieza a utilizar, la propia agua “hace obra”–su peso seguirá comprimiendo las arcillas.

Ha llegado el momento para poner fin a la guerra contra el agua–y celebrar el hecho de que vivimos en una cuenca lacustre.

 

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