Sustentabilidad en el agua potable, el gran pendiente

26 septiembre 2012
Que pese a que cuenta con 6% del agua potable del mundo, siete de las 13 regiones hídricas están sobreexplotadas y enfrentan una realidad: 77% de la población se concentra en donde se cuenta sólo con 31% del agua disponible y se carece de una estrategia sostenible para revertir el estrés hídrico que enfrentamos, con todo y lo que alegue el director de Conagua, José Luis Luege.
Fíjese usted, el reporte indica que mientras la inversión en infraestructura hidráulica ascendió a 237 mil millones de pesos (mmp) 16.7% más que el monto programado en el Plan Nacional de Infraestructura, la inversión en fuentes alternativas de potabilización apenas alcanzará 57 mil 600 millones de pesos de 84 mil millones autorizados en el sexenio que concluye y, de ese total, el sector privado participó con 25 mil millones de pesos.
De toda la inversión, y pese al reconocimiento oficial del grave estrés hídrico, la inversión anual en programas para mitigar las consecuencias de las sequías –que sólo este año importan 34 mil millones de pesos– en México se ha invertido en ¡una planta desaladora en Los Cabos!, ¿lo puede creer?
Usted sabe que he cuestionado en múltiples ocasiones en este espacio la prioridad que se le ha dado en la administración de Luege al trasvase de agua entre cuencas como la que se pretende realizar de la presa El Novillo, a través del Acueducto Independencia, en el que se han invertido tres mil 330 millones de pesos para permitir –con alto costo político y división social– el trasvase de agua de la Cuenca del Yaqui hacia Hermosillo, una de las ciudades con mayor presión hídrica del país.
Una propuesta que el gobierno federal y el estatal dejaron atrás fue la construcción de una alternativa sostenible, la de una planta desaladora de gran capacidad como la de Singapur –país recién visitado por el presidente Felipe Calderón, y fue a la reserva de agua más impresionante de la isla– donde el costo promedio por metro cúbico de agua desalada es de 0.49 dólares.
En el caso de Hermosillo, aún suponiendo un costo de dos dólares por metro cúbico de agua desalada, el reporte dice que la inversión realizada en el Acueducto Independencia equivaldría a abastecer de agua potable desalada a la ciudad de Hermosillo durante todo un año, con la diferencia de que esta fuente es sostenible y sustentable, debido a la tecnología que se usa para el filtrado de salmuera por el proceso de ósmosis inversa.
Este ejemplo sirve para mostrar un hecho que preocupa: en este sexenio sólo se ha invertido 0.13% del total.
De ahí que, ahora que el equipo de transición, encabezado por Luis Videgaray, trabaja en la integración del Programa de Inversiones y Prioridades, podría considerar el trasvase de agua de desaladoras hacia el centro y norte del país, donde existe la mayor presión hídrica. Con un presupuesto de inversión de 12 mil millones de pesos podría alcanzar la meta que RECSA ubica en la provisión continua de 600 millones de metros cúbicos anuales de capacidad instalada de desalación, equivalente a 19 metros cúbicos por segundo.
Una zona como el Bajío, en expansión industrial y alta concentración poblacional, podría tener una inversión de dos mil millones de pesos por cada 100 millones de m3 anuales de capacidad instalada y, ni China lograría anticipar con tal visión estratégica la demanda de 90 mil millones de metros cúbicos de agua para 2030 (16% más de lo que se consume hoy en todo el país).

Fuente: Excélsior / Alicia Salgado
26 de septiembre de 2012
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