Vender agua, ¿es o no un gran negocio?
09 octubre 2012Frente al interés de entes públicos y/o privados de asociarse para constituir una empresa y, a través de ésta, administrar un servicio, lo primero que cabe preguntarse es ¿por qué habría de interesarles invertir en ésta o aquella empresa, o hacerse con su control administrativo?
La respuesta es obvia: porque el servicio en cuestión, en el largo plazo representa la obtención de ganancias económicas importantes, en primer lugar para recuperar la inversión en un período razonable y, enseguida, para incrementar el capital de los accionistas.
En otras palabras, nadie se tomaría la molestia de siquiera analizar la posibilidad de asociarse para administrar una empresa cuyo futuro estuviera comprometido o, por las causas que fuera, tuviera como destino inminente el cierre de sus puertas.
Habiendo dejado claro que nadie buscará convertirse en socio de un negocio para perder dinero, la siguiente pregunta que debe contestarse es, ¿cómo se maximiza la ganancia al invertir en una empresa?
La respuesta forma parte también de cualquier curso elemental de administración de negocios: comprando lo más barato posible los activos presentes y, si se trata de una empresa pública que presta un servicio indispensable e insustituible, despreciando el valor potencial de la misma.
Eso justamente es lo que parece estar ocurriendo con la creación de la empresa Aguas de Ramos Arizpe, en donde los primeros números difundidos retratan al actual sistema de distribución como una empresa “en ruinas”, sin valor prácticamente, razón por la cual los futuros socios deberían realizar una inyección mínima de capital para hacerse casi con la mitad de su acciones.
Por supuesto, lo que no se está tomando en cuenta en la valuación de la empresa es, en primer lugar, el activo fundamental de la misma, el agua y, en segundo lugar, el potencial que en materia de dividendos representa el hecho de que la distribución de agua potable constituya un monopolio.
Fundamentalmente, de acuerdo con los datos hechos públicos, lo que se está tomando en cuenta para valuar el costo del Simas Ramos Arizpe es el estado de resultados, un elemento que parecería suficiente para demostrar la viabilidad financiera de un negocio pero que, en este caso, sirve sólo para manipular la realidad.
Por supuesto que el agua es un gran negocio. Por ello y por ninguna otra cosa es que si se pone a la venta, acudirán sin dudarlo inversionistas de cualquier parte del mundo para hacer una oferta. Cualquiera con un mínimo entrenamiento en administración de empresas sabe que se trata de un negocio sumamente lucrativo en el que es imposible perder.
Los únicos que parecen ignorarlo, según parece, son los integrantes del Ayuntamiento de Ramos Arizpe, quienes se encuentran a punto de cerrar un trato que es una ganga para los inversionistas, pero un atraco para el pueblo que dicen representar.
Fuente: Vanguardia
09 de octubre de 2012
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