En esa reunión se expusieron estudios iniciados en 2013, precisó el diario Yomiuri Shimbun.
Un portavoz del ejecutivo japonés refirió que en caso de aprobarse la medida, el vertido del millar de bidones conservados en el interior de la central nuclear se haría de manera controlada.
La entidad operadora de la planta generadora de energía atómica, Tepco, considera que el pronunciamiento sobre el derrame hacia el océano Pacífico debe hacerse porque en 2022 carecerá de espacio de almacenaje en el interior de la planta nuclear desactivada.